Por: Corriente Socialista de los Trabajadores (CST-PSOL)
Julio 12 2017
Hoy el ex presidente Lula fue condenado por el juez Sergio Moro, en el marco de la operación Lava Jato, por corrupción y lavado de dinero. También fue condenado Léo Pinheiro, ex presidente de la OAS*, por corrupción activa y lavado de dinero. De acuerdo con la sentencia, Lula recibió prebendas indebidas de la OAS mediante un tríplex en el Guarujá.
Lula tiene derecho a apelar el fallo en libertad y sigue con los derechos políticos intactos, hasta una nueva decisión en segunda instancia. La decisión judicial condenando a Lula está provocando un amplio debate en el país. Entendemos que se necesita una posición que supere la polarización entre los «defensores de Lula» y los «defensores de Moro».
¡La izquierda no puede defender a Lula!
Entendemos que el PT, desde la reforma de las jubilaciones de 2003 y el Mensalão** de 2005, cometió una traición de clase y se transformó en un instrumento de la clase dominante, gobernando al servicio de los banqueros, contratistas y del agronegocio, aplicando proyectos similares a los del PSDB y PMDB. En esa transformación, defendiendo las instituciones burguesas, Lula y Dilma gobernaron a través de métodos corruptos que signaron a los gobiernos de Sarney, Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso. Ampliaron su espectro de alianzas y mantuvieron el Congreso como un mostrador de negocios con las viejas oligarquías. Compraron votos para constituir una mayoría parlamentaria y votar reformas neoliberales como en el caso del Mensalão, para aprobar la Reforma de las jubilaciones de 2003. Entraron en la financiación patronal de las campañas, donde las empresas apoyan a candidatos que, después de elegidos, benefician a las empresas «donantes». Lotearon cargos públicos y transformaron empresas estatales, como Petrobras, en un mega esquema de corrupción para implementar medidas contrarias a los derechos de los trabajadores y del pueblo. En ese proceso, la cúpula del PT se enriqueció, cambió de lado y se degeneró. Sus principales dirigentes entraron en los esquemas inherentes al actual sistema. Se convirtieron en asesores, ponentes, lobistas de las contratistas, ayudando a su expansión. Por eso, la izquierda socialista, los luchadores clasistas, la juventud combativa, jamás pueden defender a Lula y al PT.
El ex presidente Lula está tan comprometido con esos esquemas corruptos, que recientemente dio declaraciones en defensa del presidente ilegítimo Michel Temer, con quien gobernó el país por varios años en medio de la coalición estratégica del PT con el PMDB. Aún más, llegó a dar testimonio en defensa de Eduardo Cunha, el odiado ex presidente de la Cámara de diputados. Además, Lula, junto con Sarney y Fernando Henrique Cardoso, así como Gilmar Mendes y Temer articulan un intento de acuerdo nacional para salvar a los corruptos. No por casualidad, Lula no defiende la revocación de las medidas que ya fueron aprobadas por Temer y junto a la burocracia sindical ayudó a desmontar el 30 de junio, ocasión en que las centrales retrocedieron de la huelga general y abandonaron el Fuera Temer.
¡Ninguna confianza en la justicia burguesa! ¡Ninguna confianza en el juez Sergio Moro!
No podemos depositar ninguna confianza en la justicia burguesa que integra un acuerdo que deja impune a Michel Temer y sus ministros, Aécio Neves y José Serra, y los presidentes de la Cámara y del Senado, Rodrigo Maia y Eunicio Oliveira. No es casual que Aécio Neves, además de no haber sido arrestado, volvió a ocupar la silla de senador, al mismo tiempo que la justicia acaba de conceder arresto domiciliario a Geddel Vieira (ex ministro del Temer). Pero, sin duda, el mayor absurdo de todos es que el corrupto Temer siga impune y en la silla presidencial, cuando hay pruebas más que suficientes para su condena, lo que muestra el carácter parcializado de esa (in)justicia. Además de los ex presidentes de la República como Fernando Henrique Cardoso y Sarney. Todos deberían ser condenados por corrupción y perder sus cargos, con sus bienes confiscados. La justicia burguesa nunca es imparcial. El juez Sergio Moro y la operación Lava Jato colocaron bajo secreto la lista de Odebrecht en 2016, y también ayudaron a Temer vetando preguntas formuladas por Eduardo Cunha. No podemos esperar nada de Moro ni del grupo operativo del Lava Jato.
Para alcanzar un efectivo castigo de todos los corruptos, sin selectividad, hay que seguir en las calles, luchando contra el recorte de derechos y la reforma previsional, por el Fuera Temer, y contra todos los involucrados en esquemas ilícitos: PMDB, PSDB, DEM, etc. Ocupar las calles para exigir la divulgación de todos los audios y de todos los secretos de los involucrados en Lava Jato, la prisión y confiscación de los bienes de todos los políticos y empresarios corruptos, la estatización de las empresas involucradas en la Lava Jato, así como la revocación de todas las medidas en contra del pueblo, votadas durante la vigencia del Mensalão y el Lava Jato, como la reforma previsional de 2003, las MP’s 664 y 665 de 2016, la PEC 55 de 2016, la tercerización y la reforma laboral.
Por último, sabemos que todavía hay muchos trabajadores honestos que siguen creyendo en Lula. A estos trabajadores, les hacemos un llamado a romper con el PT y Lula y a ayudar a construir una nueva alternativa para la clase trabajadora.
Notas de la traducción:
*OAS es un conglomerado multinacional brasileño, de capital privado, que reúne empresas presentes en territorio nacional y en más de 20 países.
**Escándalo de las mensualidades, sobornos pagados periódicamente a diputados opositores para que apoyaran las contrarreformas laborales de Lula al inicio de su primer gobierno.
Enlace a la declaración original http://cstpsol.com/home/index.php/2017/07/13/nota-obre-a-condenacao-de-lula/