Escribe: Miguel Lamas
La histórica huelga de más de 300.000 maestros peruanos, que cumplió más de dos meses en las regiones del interior y casi un mes en Lima, fue suspendida. Decenas de miles de maestros del interior, que permanecieron un mes en Lima, manifestando a diario, volvieron a sus pueblos. Se despidieron entre abrazos y lágrimas, con carteles de «volveremos», mientras los vecinos portaban pancartas expresando «gracias maestros». Este lunes 4 de septiembre se rindió homenaje en las escuelas a los maestros caídos en la huelga.
La resolución de «suspender» la huelga se tomó en un congreso extraordinario del Sutep Bases Regionales, realizado en Lima el sábado 2 de septiembre, mediante una votación democrática de centenares de representantes. El profesor Pedro Castillo, dirigente de la huelga electo por las bases en junio pasado, subrayó que se trata de una tregua. «Nuestra lucha recién empieza», aseveró. «Le decimos al gobierno que vamos a regresar con mayor fuerza, con mayor firmeza, si el gobierno pretende liquidar la escuela pública con el despido de los maestros y con ese fantasma de la evaluación».
La otra resolución muy importante es estructurar a Sutep Bases Regionales como nueva organización sindical, desconociendo a la conducción traidora del Sutep Nacional en manos de los maoístas derechizados de Patria Roja, «dueños» del sindicato desde hace 40 años, que no solo se opuso a la huelga sino que además calumnió a los huelguistas acusándolos de no querer trabajar, de estar manejados por «terroristas» de Sendero Luminoso y de ser «incapaces».
Este hecho extraordinario, de una nueva conducción sindical legitimada por medio de un congreso democrático de bases, y la grandiosa huelga, es realmente una gran lección de los maestros peruanos para la clase trabajadora peruana e internacional. Muestra que es posible expulsar a los burócratas sindicales subordinados al Estado capitalista.
La huelga, que tuvo gran apoyo popular, enfrentó la brutal represión policial y una campaña sucia de calumnias. Cuatro maestros murieron y decenas resultaron heridos en la represión. El gobierno se negó a recibir al Comité Nacional de Lucha, acusándolo de ser de Sendero Luminoso, una provocación disparatada que no logró convencer a la población. Y el pasado viernes sacó un decreto autorizando descuentos de salarios y despidos masivos si no se reanudaban las clases.
El gobierno sí se vio obligado a hacer una negociación indirecta, a través de diputados, y a prometer aumento salarial de 1.200 a 2.000 soles, significativo aunque por debajo de la canasta familiar de 4.000 soles que pedían los maestros. También dijo que iba a postergar evaluaciones para «estudiar» la forma, aunque no renunció a hacerlas. Los huelguistas denuncian que el propósito es privatizar parcialmente la educación y echar a miles de maestros. La huelga mostró que no le será fácil al presidente Kuczyinski aplicar este plan siniestro.