Por: Simón Rodríguez Porras
Mientras participaba de un acto de campaña en el estado sureño de Alabama, el presidente yanqui Donald Trump protagonizó el 20 de septiembre un nuevo incidente locoide, al lanzar un desenfrenado ataque contra los jugadores de fútbol americano que protestan por la brutalidad y el racismo policial.
Desde el año pasado, varios jugadores negros vienen protestando contra los asesinatos racistas perpetrados por la policía, arrodillándose durante la ejecución del himno nacional antes de los partidos. Trump exigió a los dueños de los equipos que reaccionen ante estas protestas diciendo: «Saquen a ese hijo de puta del campo ahora mismo, está despedido». El mariscal de campo Colin Kaepernick de los 49ers de San Francisco inició este método de protesta. «No me voy a parar para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a los negros y personas de color», expresó el año pasado. Al finalizar la temporada no fue contratado nuevamente, pero otros jugadores continuaron arrodillándose durante el himno para denunciar el racismo en los EE.UU.