Por: Miguel Sorans
China es hoy un tema de debate mundial. Los medios de prensa hablan de una nueva potencia mundial gracias a los avances del capitalismo. El gobierno del PC chino se vanagloria de los logros del llamado «socialismo del mercado». ¿Cual es la realidad de China? ¿Hacia donde va con el proceso de restauración capitalista? La contracara del supuesto «milagro económico» chino son las cifras del crecimiento de la miseria en la mayoria de los 1.300 millones de habitantes. La neumonía atípica, con el virus del SARS, puso en evidencia la existencia de un colapso sanitario fruto de las privatizaciones. La futura entrada de China en la OMC (Organización Mundial del Comercio) profundizará la crisis social y política.
Insolitamente fue un médico quien causó una crisis política en las filas de la sangrienta dictadura gobernante del PC. Lo hizo al enviar una carta a los periodistas acusando al gobierno de ocultar la expansión del virus de la neumonía atípica (SARS). El 20 de abril, un mes después de que el mundo comenzó a preocuparse por el SARS, el gobierno chino reconoció que había mentido y ocultado los datos de muertos y enfermos.
Tal fue el escándalo político que la burocracia gobernante tuvo que hacer saltar las cabezas del alcalde de Pekín, Men Xuenong y del ministro de Salud, Zhang Wenkang, médico personal de Jiang Zenin, ex presidente de China. El semanario The Economist comparó la crisis del SARS en China con lo ocurrido con Chernobyl en la ex Unión Soviética, en 1896. Esa catástrofe nuclear aceleró la crisis de la burocracia soviética y el repudio de las masas a ese régimen lo que culminaría, en 1989, en la caída del Muro de Berlín. El tiempo dirá si es justa la comparación.
Lo que también mostró la expansión del virus del SARS fue las consecuencias del proceso de restauración capitalista y los métodos del mercado en China. El virus del SARS puso en evidencia la existencia de un colapso sanitario muy lejos de una potencia económica que brinda seguridad a sus habitantes. En los últimos 20 años se fue desmantelando el sistema de medicina social. El gobierno descentralizó la salud y dejó a cada provincia y comunidad librada a su suerte. De las 30 provincias, 21 tuvieron infectados con SARS. Mientras en Pekín el número de camas cada 10 mil habitantes es de 196, en las zonas rurales, donde viven más de 800 millones de personas, es de 2,4 camas de hospital. En China hay más de 100 millones de trabajadores golondrinas que no tiene cobertura médica. Y encima, en el campo se vive cada vez más en condiciones precarias. La falta de previsión en salud de la burocracia gobernante llevó a que solo el 5% de los médicos estuviera preparado para tratar enfermedades severas respiratorias (datos Clarín, 4/5/03).
China, restauración y miseria creciente
El caso de la neumonía atípica muestra claramente que no estamos ante una gran potencia de modernización y con un futuro de expansión y prosperidad capitalista. Tampoco en China existe un avance hacia el socialismo y hacia el bienestar de las masas chinas, como declara el PC chino y avala Fidel Castro, que intenta copiar ese modelo para Cuba.
Por el contrario, en China está avanzando la restauración del capitalismo. Desde 1978 hay un proceso de penetración del capitalismo y semicolonización del país, basado esencialmente en la explotación de millones de trabajadores y campesinos por la mano de obra barata, con un avance tecnológico menor, no cualitativo.
El futuro de China va hacia una gran crisis, hacia una miseria creciente y no hacia una gran potencia, como lo anuncia el imperialismo, o el gran país socialmente avanzado que anuncia la burocracia estalinista china.
Es un hecho indudable que China ha tenido un crecimiento económico que ha sido el mayor del mundo entre 1988 y 1998, con un promedio de crecimiento anual entre el 12 y el 14%. Este crecimiento, a partir de la crisis de los tigres asiáticos, que se transformó en un nuevo ciclo de crisis de la economía capitalista mundial, empezó a descender, llegando en el 2000 al 8% de crecimiento anual, y en el 2001 al 7%.
Este crecimiento económico no se basa en un alto desarrollo de tecnología. El eje de este crecimiento económico se apoya, en primer lugar, en la explotación masiva de mano de obra barata, de millones. El salario promedio de un obrero chino está entre los 60 y 70 dólares por mes, 0,40 dólar por hora es el promedio industrial. Es segundo lugar, se ha combinado con una inversión capitalista importante, con baja tecnología, en el 2002 se calcula que fue de 50.000 millones de dólares. Se parece mucho al modelo de los tigres asiáticos, que cuando terminó la tendencia exportadora terminaron en un estallido económico y la decadencia de esos países.
El crecimiento de China se basa esencialmente en la exportación hacia EE.UU. y el mundo de productos baratos basados en la explotación de mano de obra muy barata. No se exportan riquezas naturales, sino el trabajo barato de las masas. Parecido a lo que hicieron los tigres asiáticos, pero en una dimensión colosal por la magnitud de China como país. China tiene el 3% de la exportación de bienes mundial. En el 2001, el 41% de las exportaciones fueron a EE.UU. Wall Mart, ese año compró 14.000 millones de mercaderías baratas chinas (Clarín, 27/10, 02).
Aunque China ha avanzado económicamente y ha tenido parciales niveles de mejora tecnológica en las zonas industriales de la costa, sigue siendo un país atrasado y no una potencia económica mundial que esté al nivel de las grandes potencias capitalistas.
Veamos algunos datos para comparar las contradicciones del crecimiento económico chino. El PBI sigue siendo bajo. En EE.UU. el PBI total es alrededor de 9.200 millones de dólares, que es nueve veces el de China, de 989 millones de dólares. EE.UU. goza de un PBI per cápita de 33.500 de dólares. China tiene un PBI de sólo 790 dólares per cápita. Es decir 1/40 menos que EE.UU ( datos Clarín, 3/7/02). «Los bajos salarios de China tienen mucho que ver con boom fabril. La población de 1300 millones de habitantes proporciona una fuente casi inagotable de mano de obra barata. El salario industrial promedia los 40 centavos por hora, un sexto del de México y un cuarto de lo que cobran los trabajadores de EE.UU.» (Clarín, 27/10/02). Por eso a China se la considera la fábrica del mundo. Con baja tecnología se explota a millones de trabajadores para producir mercadería barata, que se exporta al resto del mundo, facilitando las ganancias de las multinacionales instaladas en China o que compran su producción.
Sobre el proceso de restauración del capitalismo
Desde 1978, con la política de Deng, la burocracia del PC chino impulsa un proceso de restauración y semicolonización del país. Con semicolonización queremos decir que hay un proceso abierto hacia una mayor dominación por parte del imperialismo. El proceso de restauración tiene distintos aspectos:
a) Las zonas especiales (ZEE) en la costa. Allí se produce un mayor crecimiento por medio de la entrada de los capitales extranjeros, fundamentalmente de filiales de las multinacionales, con distintas formas de propiedad y de producción. Predomina en gran porcentaje la asociación de multinacionales con empresas estatales, llamadas joint ventures, también la forma de cooperativas, pero lo que rige en general son las joint ventures (sociedades mixtas). Para dar un ejemplo, la General Motors yanqui pactó con una empresa estatal de Shangai. Está la Shangai Bel, de telecomunicaciones, constituida en 1984, que tiene el 60% de propiedad estatal, y el 40% es de Alcatel, francesa. La Philips holandesa, tiene 23 fábricas, de las cuales 17 son asociaciones y 6 directas. Exporta el 40% de microondas de Europa.
b) La economía estatal está en retroceso. La producción estatal bajó del 78% en 1978 al 34 en 1996.
c) Las normas de mercado en el campo han ido avanzando. En 1978 se abrió a la propiedad individual, lo que provocó una masiva emigración de campesinos hacia las ZEE. Entre 1988 y 1998 la población urbana pasó de 15 a más del 25.
China sigue teniendo un desarrollo muy desigual, con el grueso de la población (800 millones) rural y una industrialización muy concentrada en la costa. Desde 1978 se inicia un proceso en el campo de entrega de la tierra en propiedad. El vuelco a la economía de mercado en el campo hace que la capacidad de producción de 800 millones de campesinos esté basada en unidades de producción muy limitadas, que, en la zona de mayor capacidad de granos (trigo y soja) no tienen más de 6 u 8 hectáreas cada uno. Como consecuencia de esta estructura de producción reducida la posibilidad de aumentar los niveles de productividad agrícola es muy limitada. La razón fundamental es que esta unidad de producción frena la utilización sistemática de tecnología, sobre todo de maquinaria agrícola moderna (datos de La Nación, 11/10/02). Los costos de producción de granos de un campesino chino son entre un 15 y un 20% más altos que el promedio internacional. Por lo tanto, la aceptación por parte de la burocracia china de la apertura del mercado de alimentos, a partir de la entrada en la OMC, provocará esa desocupación calculada en 150 o 180 millones de campesinos.
Las consecuencias de los avances de la restauración capitalista en China han sido que vuelvan los problemas previos a la expropiación de la burguesía. La desocupación en 1997 era del 4% y tiene a crecer. Hay una desocupación urbana urbana de 14 millones y rural de 120 millones.
Otros avances de la restauración se dan a nivel de la banca y la bolsa. La banca sigue siendo mayoritariamente estatal, pero desde el 2001 se empezó a abrir parcialmente a bancos extranjeros. Ese año abrió en Shangai el primer banco extranjero. Siguieron otros, aunque con límites para moverse en el mercado.
Las consecuencias de la entrada en la OMC
El punto que va a marcar un nuevo salto en la restauración capitalista y en la crisis social china es la entrada en la OMC, dado que la burocracia china deberá abrir, hasta el 2007, mucho más su mercado a la entrada de capitales y profundizar sus reformas capitalistas. Por ejemplo, tendrán que reducir aranceles aduaneros, en un 17% en la agricultura y en la industria un 9%. Tiene que ir levantando paulatinamente las restricciones geográficas a los servicios de telefonía. En cinco años tendrá que autorizar el acceso pleno a los bancos extranjeros. Conclusión: esto afectará al campo, ya que se abrirá la importación de productos agropecuarios del exterior, y en segundo lugar van a tener que seguir avanzando en el proceso de cierre o achicamiento de las grandes empresas estatales que aún subsisten en China, fundamentalmente en los rubros donde aún está prohibida la desestatización, como telecomunicaciones, defensa, entidades de prensa, etc. Esto va a provocar un salto explosivo en el desempleo, con la perspectiva de choques sociales. En el campo se calcula que el desempleo afectará a 160 millones de campesinos que se trasladarán a la ciudad, que a su vez se verán afectadas por el cierre o privatización de las actuales empresas del Estado.
Todo esto hará que en los próximos años aumenten los niveles de pobreza, que se profundice la caída en los servicios sociales y también la tendencia a que pueda intensificarse la resistencia obrera y campesina a este proceso y se vaya a un choque social que ahora es aun incipiente.
Las consecuencias sociales del proceso de restauración son esencialmente el crecimiento del desempleo, la caída del ingreso, el atraso en los pagos de trabajadores estatales y jubilaciones, crece la corrupción.
China y el conflicto social
Es evidente que la burocracia china ha tenido un punto a favor para seguir avanzando con la restauración del capitalismo con la derrota de 1989 del primer intento de revolución política en Tianamen. No hay un ascenso generalizado del movimiento obrero o rural. Pero si hay un proceso crecimiento de la resistencia, aunque no tenemos una información exhaustiva. Por los datos que hay, desde el 99 hay un crecimiento de la resistencia obrera, con distintas manifestaciones, como huelgas o cortes de calles y atentados explosivos.
En 1999 se enjuició a dos gremialistas por haber formado un sindicato autónomo en Ganza. Hubo 2.500 atentados explosivos, un 9% más que en 1998. En el 2000, 20 mil campesinos hacen una gran movilización contra el aumento de impuestos. En el 2001 hay protestas rurales que provocaron más de 4000 heridos y algunos muertos en combates entre campesinos y policías (Clarín, 3/02). Trabajadores de la construcción de Shnazhen, ciudad del sur, se treparon a una grúa amenazando tirarse si no los restituían en sus puestos de trabajo. Un informe del mismo Partido Comunista admite que crecen las protestas sociales (Clarín, 5/6/01, citando al NYT). Ese año se produjo un atentado con 100 muertos en Shijizhuang, capital de Hebei, por cierre de empresas (Clarín, 18/3). En el 2002 protesta de trabajadores y jubilados. Es interesante el dato de que aumenta la movilización de los jubilados porque está retrocediendo la seguridad social. En este año hubo 80.000 jubilados que protestaban en las ciudades nororientales de Dagingliayang por falta de pago. También surgen distintos sindicatos independientes. La perspectiva es al desarrollo del enfrentamiento y la polarización, y más si se empiezan a aplicar las medidas de despidos masivos que se preven para los próximos cinco o seis años.
En China está abierta la posibilidad de que se puede dar una revolución política, para derribar a la dictadura del PC, que tenga una característica distinta a como se dio en la Unión Soviética y en Europa del Este. Mientras allá, equivocadamente, los trabajadores aspiraban, en un primer momento, a entrar en la privatización, en China, al estar tan avanzado el proceso de penetración del capital extranjero y de restauración del capitalismo, las luchas del movimiento obrero y el campesinado pueden ir contra la burocracia gobernante pero también rechazando y repudiando la entrada del capitalismo en China, lo que abre una peculiaridad a tomar en cuenta cuando se desate el proceso revolucionario.
En síntesis, en China se están acumulando cada vez más contradicciones sociales entre la clase obrera, el campesinado y la dictadura del PC, que van a estallar en algún momento y pueden dar pasos al inicio de un proceso revolucionario. Es difícil determinar el tiempo, el desarrollo de choque social estará está mediado por la posibilidad de que la clase obrera y el campesinado transformen su actual resistencia molecular y parcial en procesos masivos. Cuando eso se produzca va a tener grandes consecuencias para el proceso revolucionario de Asia y todo el mundo.
El XVI Congreso del PC chino
Los «camaradas capitalistas»
En noviembre del 2002 se realizó el XVI Congreso del PC chino que hizo un recambio de dirigentes en su cupula; asumió la llamada «cuarta generación de dirigentes», encabezada por Hu Jintao de 60 años, tras las generaciones encabezadas por Mao, Deng y Jiang Zemin. El congreso tuvo la peculariedad de cambiar los estatutos para incorporar a «militantes capitalistas» como afiliados al PC bajo la nueva teoria de la «triple representatividad» (obreros, campesinos y capitalistas) como «línea directriz y al mismo nivel que el marxismo leninismo, el pensamiento de Mao y la teoria de Deng Xiaoping»- indicó la agencia Nueva China (La Nación, Argentina, 15/11/02).
También fue cambiado el lema «el partido comunista es la vanguardia de la clase obrera», para ser el partido de «la vanguardia de la clase obrera, del pueblo y la nación china».Â
De esa forma tratan de asimilar el surgimiento de una nueva burguesía al regimen burocrático-dictatorial y al partido comunista, intentando no dar espacio al surgimiento de otros partidos y de una oposición burguesa.
Según los datos disponibles hay un desarrollo de una burguesía china, en la vieja china, se calcula que hay más 10.000 burgueses chinos, que ganan más de 10 millones de dólares al año. También hay una burguesía china en HongKong, que se ha incorporado a China continental. Crece una clase media que se calcula en unos 120 0 130 millones (entre ellos funcionarios del PC y del gobierno), que ganarían 30 mil dólares anuales, contra los millones y millones de pobres, trabajadores y campesinos, que ya describimos.
En nuestra corriente está abierta la discusión sobre la definición del carácter de clase del estado o país chino. Pero existe una total coincidencia de que en China existe una dictadura sangrienta de un partido único, el PC, que gobierna basado en el poder del Ejercito Popular de 2.470.000 hombres y de una policía de 1.300.000. Esta dictadura impulsa un proceso de restauración capitalista pactada con el imperialismo. En China está prohibido el derecho de huelga como el de organizar sindicatos obreros, campesinos o estudiantiles por fuera de los oficiales, controlados directamente desde el estado. También está prohibido fundar partidos políticos por el fuera del PC y sus satétiles. Se persigue a todo tipo de disidencia y se llega al colmo de tratar de controlar el uso de internet, que se ha transformado en un frente de resistencia. Por ejemplo, a fines del 2001 el gobierno ordenó cerrar 17.448 cibercafés, argumentando que no se bloqueaba sitios considerados, por el gobierno, como subversivos o pornográficos.
La lucha en China tiene como centro organizar la resistencia obrera y campesina para derribar a la dictadura del PC y reemplazarla por un gobierno revolucionario de los trabajadores, los campesinos y el pueblo. En ese sentido nos solidarizamos con todas las formas de lucha contra la restauración capitalista en China, contra los cierres de empresas, los despidos, las privatizaciones de las fábricas y del campo; por el derecho de huelga y a organizar libremente sindicatos y partidos políticos y por la libertad de los sindicalistas y luchadores presos.