Por: Miguel Lamas
En las últimas semanas Francia está conmovida por una ola de huelgas. Ahora se encuentra semiparalizada por la de los ferroviarios, la más grande desde 1995.
Los trabajadores enfrentan los planes del gobierno conservador de Macrón, de ajuste económico duro contra el conjunto del movimiento obrero, y en especial contra los ferroviarios que por su combatividad han mantenido antiguas conquistas contenidas en el Estatuto de Ferroviario. Macrón quiere privatizar la empresa ferroviaria estatal, SNCF, convirtiéndola en sociedad anónima.
Como sabemos por experiencia en la Argentina, la privatización empeorará el servicio de transporte, además de liquidar antiguos derechos conquistados por la clase trabajadora, entre ellos el régimen jubilatorio especial que aún mantienen los ferroviarios. El gobierno planifica incluso cerrar ramales «secundarios», supuestamente porque «darían pérdidas».
Ya en 1995 una gran huelga ferroviaria de tres semanas derrotó planes similares durante el mandato de Alain Juppe. Ahora el gobierno conservador de Macron, que se impuso electoralmente ante el hundimiento de la socialdemocracia, que también había gobernado contra los trabajadores, intenta nuevamente derrotar a los 160.000 ferroviarios, el sector más combativo de la clase obrera francesa. Los sindicatos anunciaron paros de dos días (cada cinco) durante tres meses. Será un total de 36 jornadas de huelga hasta junio. El gobierno, que representa al capitalismo imperialista francés, trata de ganarse a la población diciendo que los trabajadores ferroviarios son «privilegiados» porque tienen estabilidad laboral, días libres compensando los que trabajan de más y jubilación a los 52 años. Sin embargo, pese a esta campaña y a los naturales problemas para trasladarse que tienen los usuarios, la huelga goza de la simpatía de importantes sectores populares.
El paro ya está causando un fuerte efecto. Los ferrocarriles transportan más de 4 millones de personas al día. Las primeras jornadas de huelga, martes y miércoles de la semana pasada, produjeron un caos de tránsito, especialmente en París. La empresa reportó que paró el 77% de los maquinistas.
Pero los ferroviarios no son los únicos huelguistas en Francia. Trabajadores de la electricidad, de la salud, de Air France y profesores también pararon por reclamos salariales. Y, al mismo tiempo, hay grandes movilizaciones estudiantiles universitarias. Todas estas acciones van contra el brutal plan de ajuste de Macrón. Es una batalla decisiva para derrotar esta ofensiva.
Aunque la burocracia sindical no unifica las luchas, la tendencia es a que se coordinen desde las bases. Es que sólo manteniendo las huelgas y movilizaciones se puede derrotar al plan antiobrero del gobierno. Los trabajadores franceses están mostrando un camino de lucha a seguir contra planes similares que los capitalistas están tratando de imponer en toda Europa y a nivel mundial.
Solidaridad de la Unión Ferroviaria de Haedo
Rubén Pollo Sobrero, Edgardo Reynoso y Mónica Schlotthauer de la Unión Ferorvaria de Argentina, hicieron llegar su solidaridad a la CGT francesa por la heroica huelga que se está llevando adelante en los ferrocarriles de ese país contra el brutal ajuste del gobierno de Macron.