Por: Unidad Internacional de los Trabajadores- Cuarta Internacional
Huelgas y rebeliones de los pueblos recorren el mundo. Por trabajo, salario, salud y educación pública, en defensa del medio ambiente y la vida de poblaciones enteras castigadas por las multinacionales, por una vivienda digna, entre otros.
Estos millones se levantan enfrentando los durísimos planes de ajuste que el imperialismo y las burguesías de cada país descargan sobre los hombros de los pueblos oprimidos. El actual jefe del imperialismo yanqui, el ultra reaccionario Donald Trump, encabeza esa contraofensiva del capital.
La crisis del sistema capitalista-imperialista está llevando a una grave debacle social a miles de millones en el planeta. Las multinacionales saquean los recursos naturales y avanzan en la depredación de la naturaleza y en la contaminación ambiental. Pretenden que sean los de abajo, la clase trabajadora, los sectores populares, las mujeres oprimidas, la juventud, los campesinos y clases medias cada vez más empobrecidas, los que paguen por la crisis que ellos provocaron.
Pero los pueblos del mundo no se rinden. Se movilizan y resisten a estos planes de ajuste y saqueo. Se dan huelgas obreras en Francia, Alemania, Grecia, Turquía. En diversos países de Latinoamérica, en China, en Sudáfrica. Centenares de miles manifestándose por la independencia de Cataluña. El 8M fue una clara demostración de la rebelión mundial de las mujeres por sus derechos adoptando el método de lucha de la clase trabajadora: la huelga. El pueblo palestino no cede en su histórica lucha contra el estado sionista de Israel. Comenzó 2018 con movilizaciones en Túnez, cuna de la revoluciones iniciadas en 2011 en el Norte de Arica y Medio Oriente.
Pero frente a este panorama, la crisis y la ausencia de una dirección revolucionaria sigue siendo el mayor de los problemas para la clase trabajadora y los sectores populares. Las movilizaciones de masas son traicionadas por las direcciones políticas neoreformistas y conciliadoras con la burguesía y sus planes. Uno de los ejemplos más claros es el de Syriza en Grecia, que bajo el rótulo del «anticapitalismo» llegó al poder para traicionar y pactar con el FMI y las multinacionales. Por ese mismo camino va Podemos en el estado Español. Así también fracasaron los proyectos «progresistas» de Latinoamérica de la mano de los gobiernos de conciliación de clases del chavismo y Maduro, de Lula/PT, del peronismo de los Kirchner o de Evo Morales. La debacle social en Venezuela ha puesto en evidencia el falso «socialismo del Siglo XXI» que pregonaba Hugo Chávez. Nuevamente se volvió a demostrar que no habrá progreso para el pueblo trabajador ni socialismo sin romper con las estructuras del capitalismo y pactando con las multinacionales, los empresarios y el sector financiero.
Asistimos al trágico aislamiento del proceso revolucionario sirio que se había iniciado en el 2011 y que la mayoría de la izquierda mundial le dio la espalda defendiendo, en los hechos, al carnicero Bashar Al Assad. Llegando al colmo de considerar «progresista» el respaldo del reaccionario de Putin o del régimen teocrático iraní. Damos apoyo a los levantamientos y procesos revolucionarios que han convulsionado el Norte de Africa y Oriente Medio.
Asistimos a la permanente traición de las burocracias sindicales atadas a esos aparatos políticos burgueses y reformistas.
Frente a ello hay miles y miles de luchadores obreros y populares en el mundo que buscan una alternativa de dirección. Los socialistas revolucionarios que integramos la UIT-CI seguimos creyendo que la salida a la explotación capitalista sigue siendo la lucha por lograr gobiernos de trabajadores y una sociedad socialista. Seguimos creyendo en el viejo lema de la Primera Internacional que «La liberación de los trabajadores será obra de los de trabajadores mismo». Y que para ello es necesario construir partidos revolucionarios. Como nos legó el ejemplo de la gloriosa revolución rusa de 1917. Sabemos que existen organizaciones de izquierda que han capitulado al sistema y han abandonado estas banderas. Pero también sabemos que existen militantes y organizaciones en el mundo que siguen reivindicando la lucha intransigente por el poder de los trabajadores y una revolución socialista. A ellos nos dirigimos.
Los que conformamos la UIT-CI estamos convencidos que la solución de la crisis de dirección no vendrá de una única organización. Rechazamos toda autoproclamación. Por esta razón buscamos puntos mínimos revolucionarios que puedan aproximarnos y unificarnos con corrientes, grupos y sectores revolucionarios que provengan de otras tradiciones y experiencias. Vemos imprescindible la construcción de una internacional revolucionaria que pueda, en medio de esta compleja y a la vez rica situación mundial, contribuir para resolver la crisis de dirección revolucionaria.
En ese sentido estamos abiertos a explorar todo tipo de intercambio político y de acción común hacia un reagrupamiento de fuerzas socialistas revolucionarias en base a un programa mínimo revolucionario que ponemos a consideración. Para iniciar un proceso de debates y de experiencias en la lucha de clases, pues será la forma para verificar acuerdos y/o divergencias.
Propuesta de programa mínimo revolucionario:
Apoyo a las luchas contra el ajuste capitalista! Apoyo a todas las luchas obreras, campesinas, indígenas, estudiantiles y populares del mundo contra el imperialismo y sus gobiernos. Contra los despidos, rebajas salariales y de pensiones. Defensa de los sistemas públicos de educación y sanidad contra las privatizaciones y los recortes. Que la crisis la paguen los capitalistas. No al pago de la deuda externa. Por la expropiación de las multinacionales, la banca y empresas estratégicas.
No a las agresiones imperialistas en el mundo! Por el apoyo a las luchas de los pueblos del Medio Oriente y el Norte de África contra las dictaduras, en especial solidaridad con la lucha del pueblo palestino contra el estado sionista de Israel!
Por la autodeterminación nacional de los pueblos (catalán, kurdos, saharauis, y otros).
Contra la criminalización de la protesta, por plena autonomía sindical de los gobiernos y del Estado. Abajo la burocracia sindical! Por nuevos dirigentes antiburocráticos y por la democracia obrera!
Todo apoyo a las luchas de las mujeres del mundo!
Luchamos por la independencia política de clase; no al apoyo a gobiernos burgueses. Por gobiernos de los trabajadores con plena democracia obrera y popular. Avanzar hacia el Socialismo.
Por una Internacional revolucionaria y partidos revolucionarios en cada país.
Comité Ejecutivo Internacional de la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
Marzo 2018