El sábado 26 de mayo, casi 190.000 personas marcharon por toda Francia en la llamada «marea popular» contra de la política del gobierno de Macron. La movilización es parte la pelea que se está dando en el país contra los planes de privatización del Gobierno de Macron para empresas como la de los trenes (SNFC), la reducción de funcionarios públicos, los cambios en la admisión en la universidad y su restrictiva política de inmigración.
La misma tarde, las noticias de «France 2» realizan un informe del supuesto fracaso de estas manifestaciones. Los reporteros del canal público retoman una información reiterada por editorialistas y «expertos» en muchos medios importantes: la movilización ha disminuido desde la manifestación previa del 5 de mayo. Pero cuando se comparan las cifras de la participación nacional de la «marea popular» con las de la manifestación del 5 de mayo se llega a la conclusión opuesta. Y esto, independientemente de la fuente: la manifestación del 5 de mayo había reunido a más de 100.000 manifestantes según los organizadores, 40.000 según la policía y 38.900 según el «recuento de los medios», subcontratado a la empresa Ocurrencia. El 26 de mayo, las cifras de la participación nacional fueron de 250.000 para los organizadores y 93.315 para la fuerza policial, el «conteo de los medios» se refería únicamente a la manifestación de París. Esto quiere decir que la movilización sigue creciendo.
Esta movilización se de en una oleada de luchas de los trabajadores y estudiantes contra los planes del gobierno conservador de Macron, de ajuste económico duro contra el conjunto del movimiento obrero y los sectores populares. La huelga de los ferroviarios por la defensa de sus conquistas en el Estatuto Ferroviario y contra la privatización de la empresa estatal de ferrocarril SNCF. La privatización no sólo significaría eliminar conquistas laborales sino el cierre de varios ramales, como ya ha ocurrido en otros países donde se privatizó este transporte. Como respuesta los sindicatos han lanzado un plan de huelgas hasta junio. Esta lucha se combina con la huelga de los empleados de la compañía de transporte aéreo Air France, ante la miserable oferta del 2%.
En Francia las luchas obreras se combinan con una rebelión estudiantil contra la derogación de la Ley relativa a la Orientación y el Rendimiento Escolar (LORE), que de avanzar, significará una selección de estudiantes en el ingreso a la universidad pública. Una de las principales consecuencias implica una mayor segmentación social por la excusión de los egresados de institutos técnicos.
Sin embargo, la burocracia sindical de la CGT y de los sindicatos ferroviarios mantienen una política de diálogo social con el gobierno. Pero somos claros, para derrotar las reformas y el plan antiobrero del gobierno de Macron, hay que unificar las luchas de trabajadores y estudiantes en una gran huelga general.
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