Por: IDP (Partido de la Democracia Obrera)
La elección adelantada del 24 de junio ocurrió bajo estado de emergencia. La oposición no tuvo el tiempo ni se preparó para ellas, ni tuvo libertad de expresión.
Durante el período previo a las elecciones, todos los partidos por fuera de la Alianza del Pueblo, mayormente el HDP, sufrieron una represión significativa. Muchas ciudades fueron testigo de las provocaciones a la oposición. Tras el cierre de las urnas, se llevó a cabo un manejo total de los resultados de las elecciones, emitidos por la Agencia Anadolu. Tanto es así que podemos decir que Erdogan estaba listo para enfrentar la posibilidad de derrota.
La oposición y las masas
De acuerdo con los resultados no oficiales, el AKP y la alianza MHP, consiguieron retener una porción significativa de los votos de los islamistas y los sectores de extrema derecha. Los partidos de la oposición burguesa, por su parte, dejaron en claro que no les gustan las movilizaciones masivas a través de su consigna: «Vote por nosotros y nos ocuparemos de todo». Todo lo que lograron, como resultado, fue crear un sueño de democracia, en primer lugar, imaginado alrededor de Muharrem Ince. A pesar del hecho de que ellos pudieron haber movilizado a las masas que tenían bastante con AKP y su enemistad con la democracia y los trabajadores por sus decisiones electorales, el reducir la democracia solo a votar y la movilización alrededor de las elecciones terminó por garantizar el triunfo de Erdogan.
El capitalismo atraviesa una crisis profunda y por lo tanto no puede darse el lujo de promover la democracia. Al insistir en su política de orientar la bronca de las masas hacia los votos, los partidos burgueses las arrastraron a la derrota. La vida no se construye vía crítica mordaz a Erdogan o la sátira, la construcción de vida requiere confianza en la organización, así como la continua movilización de las masas.
La victoria parcial del HDP
A pesar de las medidas represivas, el mantenimiento de escaños en el Parlamento por parte del HDP superando el umbral electoral es un resultado positivo para las luchas del pueblo kurdo. No hay dudas de que el HDP carece de un programa revolucionario que lleve a los trabajadores al poder. Sin embargo, su defensa de los derechos democráticos del pueblo kurdo lo convertirá en el blanco del régimen de Erdogan y la Alianza del Pueblo. Es decir, apoyar al HDP y a los millones que éste representa en su lucha por demandas democráticas permanecerá siendo importante en el futuro cercano.
Posibilidades y lucha de clases
La victoria de Erdogan en el primer round de las elecciones presidenciales evidentemente lo fortalecieron, así como el poder de destrucción de la Alianza del Pueblo. Sin embargo, los 16 años del gobierno del AKP solo han traído crisis recurrentes en Turquía. Fue imposible evitar los procesos de crisis económica, política y diplomática.
Pasadas las elecciones, los líderes del AKP garantizaron el uso de recursos del estadoÂÂ por más tiempo. La burguesía industrial se mantiene apoyando al régimen de Erdogan con el objetivo deÂÂ mantener el ataque a los trabajadores a través de bajar los salarios y el poder adquisitivo de los trabajadores, la incautación de las indemnizaciones por despidos y la prohibición a la huelga. A pesar de ello, el régimen de Erdogan enfrentará dificultades en el futuro cercano, no solo por las contradicciones entre el trabajo y el capital, sino también por las contradicciones internas del capitalismo basadas en la lógica de tratar de obtener ganancia en la competencia de mercado, el acceso al crédito y también el robo y el saqueo. El incremento del déficit en Turquía, un problema arraigado en el país, así como el crecimiento de la deuda externa a niveles impagables bajo el régimen de Erdogan, son expresiones concretas de esas dificultades. En el período por venir, Erdogan tratará de corregir estos problemas atacando a los trabajadores y a la naturaleza. Sin embargo, el capitalismo turco está en una crisis profunda y no importa qué medidas represivas Erdogan elige aplicar para conducir, no lo logrará. Es probable que recurra al imperialismo, al que no deja de criticar, por ayuda. Esto tendrá efectos negativos sobre los trabajadores a la vez que preparará el terreno para que rompan con el régimen.
Por lo tanto, la clase trabajadora tendrá muchas razones para pelear en los próximos días. La liberación no vendrá de una encuesta o solamente del voto. La democracia no reside en el voto, reside en nuestra lucha, la lucha de los trabajadores. Un futuro confiable puede ser garantizado solamente a través de la lucha de las masas movilizadas, y no a través de la habilidad de contar votos uno a uno. Dado el ambiente de crisis en el que estamos viviendo, esto habría sucedido aún en el caso de que las elecciones fueran a segunda vuelta o Erdogan hubiera perdido. Las urnas no hubieran podido revertir la apropiación de nuestras indemnizaciones, el descenso del poder adquisitivo, la destrucción de la naturaleza, o el aumento de la canasta básica de alimentos.
El futuro no está escrito en números contables, está determinado por las luchas y la organización de los trabajadores. Como Partido de la Democracia de los Trabajadores, mantenemos el dedicar toda nuestra energía en construir nuestro futuro junto a los trabajadores en lucha.