Por: Máximo Almonte (Movimiento Socialista de Los Trabajadores, República Dominicana)
Los trabajadores dominicanos y latinoamericanos debemos seguir con mucha atención la convocatoria a un paro nacional para el día 25 de septiembre por parte de las principales centrales sindicales de ese país. Se está librando una lucha muy importante contra los planes de ajuste en curso en toda la región recetados por las burguesías nacionales, el imperialismo y sus organismos como el FMI. Las movilizaciones obreras y populares siguen en auge y han obligado a la burocracia sindical a convocar el paro general.
Desde diciembre de 2015 la coalición «Cambiemos» gobierna Argentina, encabezada por el empresario Mauricio Macri. Su gobierno se ha caracterizado por la aplicación de un ajuste contra la clase trabajadora, agravando sus ya deterioradas condiciones de vida. Una vez instalado en La Casa Rosada echó por tierra sus promesas electorales de eliminar los impuestos al salario y no devaluar la moneda. Aplicó alzas en servicios elementales como el gas, la energía eléctrica y el transporte, sufriendo la electricidad un aumento de más del 300%. Desde los primeros meses de gestión, puso en marcha una aplanadora contra los trabajadores del sector público, despidiendo a más de 50 mil trabajadores. Esta política ajustadora aplicada por Macri y por los gobernadores del peronismo, incluyendo al Kirchnerismo, tiene como objetivo aumentar las ganancias de las transnacionales y la burguesía nacional, y sostener los pagos de la deuda externa, reduciendo el gasto del Estado a costa del hambre y la miseria del pueblo trabajador.
En diciembre del año pasado el gobierno sometió un proyecto ley de «reforma» previsional, que modificaba de manera negativa la ley de jubilación, recortando al rededor, de 200 mil millones de pesos (alrededor de 10 mil millones de dólares) del dinero previsto para las pensiones y jubilaciones. Todas estas medidas no han sido aplicadas sin la resistencia de la clase trabajadora, ha habido fuertes luchas en las calles, marchas, cortes de rutas, e incluso un paros nacionales impuestos por las bases a las centrales sindicales. Si la política hambreadora, que ahora se enmarca en acuerdos con el FMI, no ha sido aun derrotada, no es por falta de luchas, sino por la complicidad de la burocracia de las centrales CGT y CTA. Las últimas medidas de las cuales tenemos conocimiento, como el cierre del hospital Posada, el ataque al convenio colectivo de los trabajadores de la estatal Compañía de Electricidad de la Provincia de Córdoba Luz y Fuerza, los despidos de trabajadores del astillero Río Santiago en La Plata y la represión brutal de que fueron victimas por órdenes de la gobernadora Vidal, todas evidencian un recrudecimiento de la represión al servicio del ajuste de Macri.
Desde República Dominicana nos solidarizamos con las luchas de los trabajadores argentinos y particularmente con el sindicalismo combativo que se fortalece como referencia y como alternativa a la vieja burocracia sindical.