Por:Corriente Socialista de los Trabajadores / PSOL
La segunda vuelta de las elecciones terminó con la victoria del capitán Jair Bolsonaro, que capitalizó el descontento generalizado contra el PT, los partidos tradicionales y la crisis económica, defendiendo un proyecto conservador y reaccionario.
Tanto es así que la noche del domingo el presidente electo y su equipo anunciaron una serie de medidas de ajuste fiscal, como la reforma previsional y privatizaciones. También habló en términos antidemocráticos, contra la izquierda que se opone a él.
Con Bolsonaro triunfa un proyecto de gobierno capitalista, ultra reaccionario. En su campaña nunca dejó de reivindicar la dictadura, atacó las libertades democráticas y los derechos de las minorías. Es por esto que durante el proceso electoral, hubo un movimiento de oposición a Bolsonaro del que participamos junto con el conjunto de la izquierda.
Desgraciadamente, una gran parte de los trabajadores y sectores populares votó a Bolsonaro. Este voto equivocado sólo se explica por el justificado odio de millones de trabajadores al PT, Lula y Dilma. Ellos desprestigiaron el nombre de la izquierda y del socialismo gobernando para los de arriba, las multinacionales y los banqueros. Un amplio sector votó esta opción de derecha para evitar que el PT volviera a gobernar el país. Los trabajadores tienen en sus cabezas la corrupción, los efectos de las medidas de ajuste fiscal y el crecimiento del desempleo. El PT representa la falsa izquierda que gobernó contra el salario y los derechos de los trabajadores. Este equivocado voto también se explica por la bronca contra los viejos partidos patronales tradicionales y por eso, además del PT, votaron contra PSDB y PMDB. Eligieron a Bolsonaro creyendo que habrá un cambio, pero la realidad es que se equivocaron.
Nosotros también somos fuertes críticos del PT, pero aun así votamos a la lista 13 contra Bolsonaro. Durante la elección explicamos que el voto a Bolsonaro era profundamente equivocado. Sabemos que muchos trabajadores no estuvieron de acuerdo con lo que hablamos durante la elección. Pero ahora que se avecinan nuevos ataques contra nuestros derechos, necesitamos unirnos para defender nuestras conquistas independientes de lo que cada uno votó.
Bolsonaro no va a solucionar ningún problema del pueblo
Bolsonaro lleva casi 30 años en el parlamento. Durante la mayor parte de sus largos mandatos estuvo en el PP de Maluf, uno de los partidos más corruptos del país. En los últimos dos años sostuvo el gobierno Temer y apoyó sus medidas antipopulares. Las propuestas de militarización de la seguridad pública fallaron miserablemente en Río de Janeiro. La intervención federal de las fuerzas armadas, que cuesta una fortuna, no resolvió la inseguridad y aumentó la violencia contra la población negra, las favelas y las periferias.
Por otro lado, queremos discutir que es imposible generar empleo aplicando el ajuste fiscal que afecta a las áreas sociales y avanzando en las privatizaciones. Bolsonaro finge que es nacionalista, pero tiene una política entreguista hacia los EEUU. Su futuro ministro de economía realizará privatizaciones para beneficiar a empresas extranjeras. No por casualidad Bolsonaro recibió una llamada de Donald Trump el pasado domingo y mantiene relaciones de amistad con el Estado sionista de Israel, al que hace permanente apología. Bolsonaro defiende la dictadura del 64´, momentos en los que no había libertad de opinión y manifestación. En consecuencia, apoyó la intervención arbitraria de la policía y la justicia contra los estudiantes, violando la libertad de libre manifestación y la autonomía de las universidades en plena elección. Además, Bolsonaro habla de perseguir a opositores y periódicos que no comulgan con sus propuestas reaccionarias. Todo esto tiene una explicación, es que en Brasil triunfó la extrema derecha, compuesta por generales provenientes de la dictadura del 64´, empresarios ultra liberales e innumerables líderes conservadores, entre ellos algunos dirigentes religiosos, que están en contra de los derechos de los sectores explotados y oprimidos, estimulando ataques contra las minorías.
Desde nuestro punto de vista la causa principal del desencanto que lleva sectores obreros y populares a votar en un proyecto ultraconservador es la quiebra del proyecto del PT y sus alianzas con los patrones. El retroceso político e ideológico que asistimos es fruto de los trece años de gestión petista, durante los cuáles Lula presentó enemigos históricos de la clase trabajadora, de las mujeres, de la población negra, de LGBTs, como si fueran «aliados progresistas», dentro de su proyecto «democrático y popular» con la burguesía y el imperialismo.
¡La lucha tiene que seguir en las calles!
En la segunda vuelta se produjo una amplia movilización espontánea de mujeres, estudiantes, artistas, profesores y servidores, en defensa de nuestros derechos y libertades democráticas. Ahora será necesario fortalecer ese movimiento: hay que continuar con la movilización para convertir llenar las calles contra Bolsonaro!
Es necesario impulsar la más amplia unidad de acción para enfrentar estos ataques. Empezando por unificar a los sindicatos, DCE, movimientos populares bajo un plan de lucha común, fortaleciendo los actos de las mujeres y de la juventud que ya están en curso. Para esto, un primer paso es agrupar la CUT, CTB, UNE, MST, MTST, CSP-CONLUTAS, en una jornada unificada de movilizaciones, junto con los movimientos negros y de identidades disidentes. Las centrales sindicales tienen que convocar asambleas de base y plenarios estatales para enfrentar el ajuste fiscal, construyendo un plan de luchas nacional contra la política de reaccionaria de Bolsonaro.
Al mismo tiempo que luchamos contra la extrema derecha y sus aliados, necesitamos organizar una alternativa política de izquierda, que supere los errores del lulismo. Creemos que el PSOL, PCB y PSTU deben realizar una gran reunión nacional para debatir cómo intervenir en esas luchas y construir un programa de emergencia para el país. Porque lo que necesitamos es la construcción de una alternativa de izquierda que luche contra los patrones, los gobiernos subordinados al imperialismo norteamericano, la corrupción y que defienda el interés de la clase obrera y del pueblo.
29 de Octubre de 2018