Por: Miguel Sorans, Dirigente de la UIT-CI y de Izquierda Socialista
La crisis política y social de Venezuela abre todo tipo de dudas y debates sobre su realidad y qué va a pasar. Como socialistas revolucionarios queremos ser claros ante esos debates. Rechazamos categóricamente toda injerencia imperialista como cualquier intento de golpe por parte de Trump, Guaidó y la derecha proyanqui. De la misma manera decimos: no a Maduro y a su gobierno cívico-militar hambreador y represivo. Estamos por la movilización autónoma del pueblo trabajador para imponer una salida obrera y popular a la crisis.
Donald Trump volvió a amenazar con una intervención militar en Venezuela. Es una «opción», dijo en una entrevista a CBS, una cadena de noticias norteamericana. La semana anterior su gobierno decretó el bloqueo a las cuentas en Estados Unidos de la venta diaria de 500.000 barriles de petróleo venezolano. Rechazamos el intervencionismo del imperialismo en Venezuela. En nombre de las «libertades» el reaccionario Trump busca imponer a su hombre, Juan Guaidó, con un golpe militar y hasta amenazando con una intervención militar. De la misma manera rechazamos el mismo reconocimiento de los gobiernos capitalistas de la Unión Europea (España, Reino Unido o Alemania), o de los Bolsonaro o Macri en Latinoamérica.
No son ellos los indicados para hablar de «libertades» y de derechos sociales». Los gobiernos de los Estados Unidos y del imperialismo europeo desde siempre han avalado todo tipo de intervención militar y genocidio contra los pueblos del mundo. Menos puede hablar de derechos «sociales» el gobierno de Macri, que ajusta de la mano del FMI. Como corriente internacionalista impulsamos acciones unitarias contra la injerencia imperialista y la intentona golpista proyanqui, pero esto no significa que demos apoyo al régimen dictatorial y hambreador de Nicolás Maduro. Nadie que se diga de izquierda puede seguir sosteniendo a Maduro. Su gobierno no es de izquierda ni socialista. Es una dictadura apoyada por los militares «bolivarianos», la «boliburguesía» y las multinacionales petroleras (Chevron, Total, Shell, Repsol, entre otras). Su falso «socialismo del siglo XXI» es el responsable del hambre que vive el pueblo venezolano con salarios de 6 dólares. La debacle social provocada por Maduro es la que ha llevado a agrandar a la derecha proyanqui y a que miles y miles de venezolanos caigan en la confusión de creer que políticos de derecha los pueden sacar de esa grave crisis social y humanitaria.
Una contraofensiva de la derecha proyanqui
Está en curso una contraofensiva de la derecha venezolana proimperialista (ex MUD) que busca utilizar el odio generalizado contra Maduro y la movilización popular para intentar que se produzca un golpe militar. Quiere así recuperarse del fracaso de 2017 que llevó al estallido de la MUD y a su creciente desprestigio popular. La vieja derecha busca volver al poder para ser ellos los que primen en los negocios capitalistas y no la «boliburguesía».
Aún no lograron dividir a las fuerzas armadas, ya que gran parte de su alta oficialidad participa de los negociados del régimen.
El llamado de Guaidó a los militares, luego de autodesignarse presidente, apunta al golpe con el «proyecto de la amnistía» a los que se rebelen. Esta es la postura también de Trump y de sus aliados del Grupo de Lima. La mayor parte de la Unión Europea, salvo Italia, reconoció a Guaidó pero con el matiz de buscar una salida negociada de Maduro. Esto se va debatir en el encuentro de Montevideo del 7 de febrero convocado por el gobierno del Frente Amplio de Uruguay.
La contraofensiva de la derecha venezolana intenta evitar que estalle una movilización popular revolucionaria espontánea o semiespontánea que, sin su dirección, termine derribando a Maduro. Quieren evitar una revolución como las que se dieron en el norte de Africa y Medio Oriente en 2011.
Ni Trump, ni Guaidó, ni un golpe. A Maduro lo tiene que sacar el pueblo movilizado en forma autónoma
Mientras no se produzca una invasión imperialista ni un golpe seguimos apoyando a los que luchan por terminar con el régimen dictatorial y hambreador de Maduro a través de una movilización obrera y popular independiente de Maduro y de Guaidó. Esta es la propuesta de nuestra organización hermana, el PSL, que encabezan dirigentes obreros como Orlando Chirino y José Bodas, secretario general de la federación de obreros petroleros Futpv. El PSL llama a impulsar una movilización independiente en la perspectiva de lograr un gobierno de los trabajadores que imponga medidas sociales de emergencia que partan de lograr que el petróleo sea 100% estatal, sin empresas mixtas, y el no pago de la deuda (ver declaración del PSL 28/1).
El punto crítico del proceso sigue siendo la falta de una dirección política y sindical independiente del chavismo-Maduro y de la ex MUD-Guaidó. Por ahora el odio popular a Maduro lo canaliza masivamente la derecha proyanqui. A sus movilizaciones van trabajadores y sectores populares que fueron base social del chavismo junto a sectores de clase media alta conservadora. Maduro solo hace actos, como los del 20° aniversario del chavismo del 1º de febrero, más raleados, apoyados por el aparato del PSUV y los uniformados. Durante 2018 surgió un organismo muy positivo que reflejó las huelgas y protestas sindicales contra el ajuste de Maduro, que es la Intersectorial de Trabajadores de Venezuela (ITV). Pero en la coyuntura no se pronunció por diferencias internas. Desde el PSL y su corriente sindical C-Cura, junto con otras corrientes y dirigentes sindicales, llaman a la ISV a que se pronuncie contra la injerencia imperialista y con autonomía frente a Maduro y Guaidó, como a seguir movilizando y en el sentido de convocar a un plenario o encuentro sindical independiente, autónomo, para generar una alternativa política y sindical de los trabajadores y del pueblo venezolano, distinta de Maduro, Guaidó, los militares o el imperialismo*.
*Ver video en www.laclaseinfo