Escribe Mercedes Trimarchi Diputada provincia de Buenos Aires por Izquierda Socialista/ FIT y dirigenta de Isadora
Por octava vez, el 28 de mayo, día de acción por la salud de las mujeres, se presentó en el Congreso el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que elaboró la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
La sala asignada para la conferencia de prensa se colmó rápidamente con activistas feministas, referentes de la campaña, periodistas, actrices y, por supuesto, con diputadas y diputados firmantes del proyecto. Pero lo más destacado de la fecha fue la masividad que se logró tanto en las inmediaciones del Congreso como en las plazas de todo el país. Cientos de miles de mujeres en la Argentina levantaron su pañuelo verde para exigir que el aborto sea ley y que sea ahora.
Luego del revés que sufrió el proyecto en el Senado en 2018, los sectores antiderechos (las iglesias y los partidos patronales que le dieron la espalda al reclamo de las mujeres) vaticinaron que el movimiento había sido derrotado. Incluso, intentaron avanzar, atacando la educación sexual y obligando a parir a niñas violadas, como en el caso de Tucumán, gobernada por el peronista Manzur (ex ministro de Salud del gobierno de Cristina).
A pesar de estos ataques y de que varias corrientes políticas plantearon que había que esperar a que cambie la composición del Parlamento en 2020, se logró imponer que se presente el proyecto este año. Ahora tenemos el desafío de seguir movilizadas para que se trate y que se apruebe. Así se cantó y gritó en todos los pañuelazos que se hicieron a lo largo y ancho del país “aborto legal ya” y “aborto legal en el hospital”. Con la fuerza de la marea verde (que llegó para quedarse) debemos seguir en las calles hasta que el aborto sea legal, seguro y gratuito.
Repercusiones en el mundo
La lucha de las mujeres argentinas por la legalización del aborto con el pañuelo verde recorrió el globo. Ya en las semanas previas la alfombra roja del prestigioso Festival de Cannes (Francia) se había teñido de verde cuando ingresaron referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto junto a la mamá de Ana María Acevedo, quien murió porque le negaron un aborto legal en 2007. Este caso emblemático se relata en la película de Juan Solanas, nominada en el festival, que justamente se llama “Que sea ley”.
Por otro lado, la convocatoria al 28M tuvo apoyo internacional en varias ciudades del mundo. Feministas se concentraron en embajadas y consulados de la Argentina para acompañar la presentación del proyecto de ley, pero sobre todo para exigir que se apruebe porque el aborto es un derecho que ya fue conquistado en la mayoría de los países del mundo y se tiene que lograr también en la Argentina. Las acciones se dieron desde Estados Unidos hasta Chile, pasando por Perú, Ecuador y Colombia. Y en Europa en ciudades como Berlín, Barcelona, Madrid , París y Amsterdam.