Huelga feminista en el país de la paz social
Geneviève de Rham – A l´encontre, 23-6-2019
http://alencontre.org/
Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa
Este 14 de junio de 2019, una marea violeta cubrió Suiza. Violeta como el color de la huelga feminista y de las mujeres. La idea de la huelga nació en enero de 2018, en ocasión del Congreso de Mujeres de la Unión Sindical Suiza (USS), en la que la resolución fue adoptada por unanimidad por las 250 mujeres presentes.
¿De dónde viene esta huelga feminista?
En ese momento, se trataba de una alternativa a la perspectiva de lanzar una iniciativa popular federal por la igualdad entre hombres y mujeres.
A nivel internacional, impresionantes movimientos feministas se desarrollaban en Polonia, en los Estados Unidos, en Argentina y en toda América latina, así como en Italia, cuestionando la idea de que el feminismo había sido superado. La huelga feminista del 8 de marzo de 2018 en el Estado español se estaba preparando y tuvo un éxito inesperado.
Aunque los nuevos tiempos se colorearan de feminismo a nivel internacional, era necesario dar vida a la propuesta de huelga de mujeres de 2019 en Suiza. A partir de una convocatoria de mujeres sindicalistas suizas francófonas, tuvo lugar en Lausana, en junio de 2018, la reunión preparatoria cuya idea era sondear la posibilidad de realizar una huelga de ese tipo en Suiza.
Entonces, la dinámica empieza a funcionar: 150 mujeres deciden iniciar la preparación concreta de la huelga. Se ponen de acuerdo para crear colectivos con adhesión individual reservados a las mujeres y difunden un llamado a la huelga feminista y de las mujeres durante la manifestación por la igualdad salarial organizada por la USS en Berna en setiembre de 2018.
Desde el principio, y siguiendo el ejemplo de la huelga feminista española, la huelga es organizada de manera tal que las mujeres puedan parar en sus casas, en el trabajo, en centros de formación o de consumo.
¿Qué fecha elegir para la huelga: el 8 de marzo o el 14 de junio? Eligen la segunda fecha, que permite fijar la huelga en la historia del feminismo en Suiza. El 14 de junio de 1981, fue votado un artículo constitucional que establece la igualdad entre hombres y mujeres; diez años después, tuvo lugar una huelga de mujeres reclamando su real aplicación. Por otra parte, esa fecha dejaba más tiempo para construir el movimiento de huelga ya que el llamado tenía que ser adoptado por el congreso de la USS de noviembre de 2018.
A partir de julio de 2018 se crearon colectivos en los cantones suizos francófonos, luego en la Suiza germánica y en la Suiza italiana. La primera acción fue la del llamado a las mujeres a participar en la manifestación por la igualdad salarial del 22 de setiembre en Berna la que tuvo un gran éxito, con más de 20.000 participantes.
Durante el encuentro de la Suiza francesa, tomaron la decisión de redactar un Manifiesto por la huelga feminista y de las mujeres. (1) El primer proyecto, elaborado después de un encuentro en el mes de agosto, provocó una serie de críticas, acotaciones y ampliaciones del llamado. El Manifiesto fue entonces profundamente modificado; las problemáticas planteadas en el mismo fueron ampliadas y discutidas durante todo el otoño (europeo). A fines de 2018, una versión final del Manifiesto (2) parte de la vida de las mujeres para plantear las reivindicaciones, evitando la uniformización del movimiento alrededor de eslóganes reductores. Ese Manifiesto presenta los argumentos y las reivindicaciones a partir de las cuales se desarrollará la movilización por la huelga feminista. El manifiesto fue traducido en alemán y en italiano.
Para evitar la dispersión del movimiento en una multiplicidad de acciones locales, las representantes de los colectivos y secretarias sindicales organizaron una coordinación francófona y una coordinación nacional, con un funcionamiento flexible.
En marzo de 2019, se reunió el Encuentro nacional de colectivos por la huelga feminista y de las mujeres, convocado por la Coordinación nacional en Berna. Quinientas mujeres de todas las regiones suizas adoptaron un “Llamado a la huelga”, basándose en las reivindicaciones del Manifiesto. El texto “como hacer huelga”, presentado en el encuentro, fue difundido en las semanas siguientes. Fueron adoptados dos “momentos” unificadores para el 14 de junio: a las 11 de la mañana, lectura del llamado a la huelga, a las 15 y 24 minutos de la tarde, llamado a parar de trabajar para establecer la diferencia salarial teórica media entre hombres y mujeres. Por lo demás, las mujeres se organizaron como mejor les conviniera. Esos dos “momentos” fueron ampliamente adoptados en las acciones del 14 de junio, subrayando así el carácter nacional de la huelga.
Ese modo de funcionamiento permitió la descentralización de las acciones que había que construir para el 14 de junio, estimulando la auto-organización de colectivos en ciudades pequeñas, en los lugares de trabajo o de estudio, en los barrios.
Las polarizaciones políticas en torno a la huelga empiezan con el año 2019
En la prensa, surgen campañas cuyo objetivo es el de deslegitimar el llamado a la huelga. El objetivo es claro: que el movimiento entrara en el marco establecido de la paz social y de la “democracia de concertación”, predominante en Suiza, sin hablar de “las cuotas de mujeres” en los consejos directivos de las grandes empresas (puesto en evidencia desde el jueves 20 de junio de 2019 en la Cámara alta – Consejo de los Estados). Pero esas campañas no lograron alcanzar su objetivo: en lugar de entrar en un juego de compromisos y de conciliación social, la coordinación francófona de los colectivos no arrió banderas y mantuvo la radicalidad reivindicada en el Manifiesto.
El primer ataque fue publicado el 31 de enero de 2019 en el diario Le Temps, bajo el título Huelga de mujeres, ¿huelga de izquierda? Con la firma de 250 mujeres, los colectivos francófonos, sin amedrentarse, publicaron una tribuna en la que afirmaban: “Detrás de nuestro movimiento no se esconde ninguna operación de marketing político, sino la estricta realidad de nuestras vidas […] Nos reprochan que critiquemos la economía capitalista porque queremos poner en el centro de nuestras preocupaciones y de nuestras acciones al ser humano, el equilibrio ecológico y la vida en lugar del dinero y de las ganancias. Esas críticas, las asumimos. […] La huelga feminista y de las mujeres del 14 de junio se hará con todas aquellas que quieran participar.”
El segundo ataque fue lanzado por el diario Le Matin Dimanche del 7 de abril de 2019, el que decía: Los patrones no quieren una huelga de mujeres. Las asociaciones patronales impugnaban la legalidad del movimiento, invocando el artículo 28 de la Constitución federal (3). La respuesta de los colectivos fue: “la huelga es un derecho fundamental en una sociedad democrática. […] Afirmamos nuestro derecho a hacer huelga en tanto que trabajadoras, pero también afirmamos nuestro derecho a reinventar la huelga para que ésta adopte formas múltiples: en los centros de trabajo, de vida, en la calle: nos quedaremos de brazos cruzados donde quiera que estemos, cada una a su manera, durante un momento o durante todo el día […]. Lo ilícito, son las desigualdades de salarios, los despidos de mujeres embarazadas o que quieren reintegrarse después de una licencia por maternidad, el acoso sexual y todas las discriminaciones basadas en el sexo o en la identidad de género a las que nos vemos confrontadas a lo largo de nuestra vida. Nuestra huelga no es ilegal.”
El tercer ataque vino de la Tribune de Genève el 26 de abril de 2019: Sería una huelga contra los hombres. Ese ataque no pasó desapercibido para las mujeres ya movilizadas: ya en setiembre de 2018, los colectivos habían escrito claramente: “nuestra huelga no será una huelga contra los hombres, sino contra un sistema patriarcal que ya no debería existir. El 14 de junio, los hombres solidarios están invitados a apoyar a las mujeres en huelga.” La respuesta fue ampliamente difundida, con lo que el eco del ataque de la Tribune de Genève fue atenuado.
Paralelamente a esos ataques mediáticos, las declaraciones masculinistas y misóginas surgían por todos lados, en particular en las redes sociales.
Los ataques públicos contra la huelga feminista y de mujeres contribuyeron, finalmente, a consolidar la movilización. La coordinación francófona no se dejó impresionar por las amenazas. Las respuestas de la coordinación dieron a las mujeres aún más argumentos para defender la huelga.
En los centros de trabajo del sector público, donde se mantiene una práctica de movilizaciones, la huelga fue preparada en sus más mínimos detalles, lo que se extendió a otras entidades. El 18 y 19 de mayo, el diario 24 horas decía: En las escuelas, guarderías y hospitales, la paralización fue importante. Por falta de personal, esos establecimientos habrían podido mantenerse cerrados durante la huelga de las mujeres. Esa dinámica de movilización fue facilitada por la toma de posición de algunas autoridades comunales a favor de la huelga, por ejemplo, dando un día de licencia al personal.
En el sector privado, la voluntad de movilizarse fue mucho menor. La campaña de Unia (principal sindicato de Suiza) tuvo solo una dimensión mediática. Sin embargo, muchas mujeres trabajan en la relojería o en la venta, por ejemplo. Pero las CCT (convenciones colectivas de trabajo) tienen cláusulas de paz social absoluta y las secretarias sindicales no cuentan con el apoyo de su central para llamar a paros o huelgas en esos sectores. En la Suiza germánica, la patrona de EMS-Chemie, Magdalena Martullo-Blocher (diputada del partido Unión Democrática del Centro) amenazó abiertamente a los sindicatos: la participación de “su” personal en la huelga de las mujeres conduciría a denunciar la convención colectiva de trabajo.
El 4 de junio, el grupo de prensa Tamedia publicó los resultados de una encuesta: el 70% de las mujeres y el 57% de los hombres interrogados apoyaban la movilización del 14 de junio (la palabra “huelga” no fue utilizada en las preguntas de la encuesta).
El 9 de junio, las Business and Professional Women (BPW) Switzerland, la alianza de las sociedades femeninas suizas (Alianza F), así como las mujeres de los partidos burgueses (Partido Liberal Radical-PLR, Partido Demócrata Cristiano-PDC, Partido Burgués Democrático-PBD y Partido Verde Liberal-PVL) publicaron un comunicado estableciendo que ellas “no llaman a la huelga, pero que la igualdad entre hombres y mujeres no es solo un asunto de los partidos y de los sindicatos de izquierda. La igualdad es un problema de todos”. Las BPW querían utilizar el 14 de junio como jornada de acción para llamar la atención sobre los objetivos propios a alcanzar. Reclamaban, en particular, más mujeres en las instancias de dirección de las empresas, ya que los consejos de administración de las grandes empresas solo cuentan con 20% de mujeres y las direcciones de esas empresas, con solo 10% de mujeres. También en el bando opuesto, las mujeres de la UDC francófona llamaron a una comida de beneficencia para la asociación de “ayuda a las madres y a los hijos” una organización Pro Life, también el 14 de junio de 2019.
En el programa Infrarrojo del 12 de junio, el programa de debates más importante de la TSR (Radio Televisión Suiza), no fue invitada ninguna representante de los colectivos. Una campaña en las redes sociales manifestó el descontento y la incomprensión de las mujeres que desde hacía meses venían preparando la movilización. La reacción rápida y amplia llevó a Infrarrojo a invitar a una representante de los colectivos para participar ¡en el público y a tomar la palabra durante dos minutos!, con lo cual, esa representante se fue del programa, seguida por tres mujeres del público.
El 14 de junio, cientos de miles de mujeres participaron en las acciones organizadas para la huelga feminista y de las mujeres en sus casas, lugares de trabajo, de formación o de consumo. En las universidades y en las escuelas superiores y también en la enseñanza obligatoria. En las guarderías, en los barrios y en las plazas públicas, delante de los supermercados. Las manifestaciones convocadas en la tardecita suiza en las grandes ciudades fueron las más masivas, nuca vistas en Suiza, y reunieron a cientos de miles de mujeres y de hombres solidarios. Sin duda alguna, esa jornada va a marcar la historia (4).
El enorme éxito se explica porque la huelga feminista y de las mujeres supo mantener su radicalidad contra las diversas presiones. Ese movimiento se construyó de manera capilar y ejerció una relación de fuerzas por fuera de todo calendario del tipo de un referéndum de iniciativa popular, referéndum desde arriba o elección, lo que no es para nada habitual en Suiza. Todas las mujeres que querían y podían encontraron su lugar, cualquiera que fuera “el color de su pasaporte”. (5)
Después del 14 de junio, no aflojamos nada…
…gritaban los cientos de miles de manifestantes. El desafío planteado es el de plasmar las reivindicaciones en los lugares de trabajo y mantener la actividad de los colectivos para mantener la presión feminista expresada el 14 de junio.
Ya hay varias fechas previstas:
La lucha contra el aumento de la edad para la jubilación de las, que pasaría 64 a 65 años y que, en 1997, había sido aumentada de 62 a 64 años.
Las elecciones federales del 20 de octubre de 2019. A propósito de las elecciones, la asociación ¡Políticas! Viene desarrollando una campaña interpartidaria ¡Helvecia Ruft! (Helvecia te llama) para promover la elección de mujeres en los parlamentos.
La preparación de la huelga feminista internacional del 8 de marzo de 2020.
La aplicación de la Convención de Estambul (Convención del Consejo de Europa sobre la prevención y la lucha contra la violencia hacia las mujeres y contra la violencia doméstica), que fue ratificada recientemente por Suiza. [6]
El éxito extraordinario de la huelga feminista y de las mujeres muestra que es posible construir un movimiento de masas a partir de reivindicaciones radicales que abarquen TODOS los aspectos de la vida de las mujeres en la sociedad, incluso en un país en el que la paz social amordaza la expresión de los conflictos.
Notas
1) Este texto fue traducido a 11 lenguas diferentes por mujeres de los colectivos, permitiendo de esa manera llegar a mujeres inmigrantes. (Puede consultarse en www.frauenstreik.ch)
2) Publicado el 14 de enero de 2019 en el sitio Al´encontre, en la pestaña Société, Femmes. http://alencontre.org/suisse/manifeste-pour-la-greve-feministe-et-des-femmes-du-14-juin-2019.html
3) Artículo 28 de la Constitución, Libertad sindical (¡y no derecho de huelga!): 1) Los trabajadores, los empleadores y sus organizaciones tienen derecho a organizarse en sindicatos para la defensa de sus intereses, a crear asociaciones y a afiliarse o no a ellos; 2) Los conflictos son regulados de preferencia por la negociación o la mediación; 3) La huelga y el lock-out son lícitos cuando tienen que ver con relaciones de trabajo, debiendo conformarse a las obligaciones de mantener la paz del trabajo o de recurrir a una conciliación; 4) La ley puede prohibir el recurso a la huelga de ciertas categorías de personas.
4) ¡Incluso Christine Lagarde! (FMI) que daba un discurso por el centenario de la OIT el 14 de junio en la ONU, llevaba una escarapela de la huelga en la solapa de su chaqueta.
5) En Suiza, un cuarto de la población no tiene nacionalidad suiza y carece de derechos políticos.
6) Para refrescar la memoria, en todas las guerras actuales, la violación de las mujeres se ha convertido en “arma de guerra” masiva y generalizada.