Por Alejandro Ortiz
No pocos han sido los trabajadores y trabajadoras que han celebrado la decisión del gobierno de AMLO de ceder a la exigencia del gobierno de Donald Trump, de endurecer la política migratoria para evitar el paso de personas centroamericanas hacia Estados Unidos (EU), enviando a 6 mil integrantes de la Guardia Nacional a la frontera sur, y evitar el aumento del 5% en los aranceles a los productos mexicanos que se exportan al país vecino.
Quienes celebran olvidan por completo que la mayoría de la clase trabajadora hemos migrado alguna vez para mejorar nuestras condiciones de vida, nada más basta con echarle un vistazo a EU, en donde habitan cerca de 36 millones de mexicanos, quienes tuvieron que separarse de su familia para tener una mejor calidad de vida.
Quienes hoy cruzan la frontera sur, no sólo buscan superar las condiciones de pobreza extrema; están huyendo también de la violencia extrema: “si bien cesaron los conflictos armados, la violencia continúa siendo uno de los rasgos en la Región. Guatemala, El Salvador y, aún con mayor intensidad, Honduras exhiben altas tasas de homicidio doloso: por cada 100 mil habitantes en Honduras pasaron de 31,9 homicidios dolosos en 1994, según fuentes oficiales, a 75,5 en el año 2013”(1). “De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (2011), en Guatemala el 53.7% de los hogares vivía en condiciones de pobreza, y de ellos un 13.3%, en pobreza extrema; en El Salvador, las cifras respectivas eran de 34.5 y 8.9%; y en Honduras, de 64.5 y 42.6%. Además, de acuerdo con un Informe del Banco Mundial, en Guatemala, Honduras y El Salvador ‘los índices de crimen y violencia se encuentran entre los tres más altos de América Latina”(2).
¿Podía AMLO enfrentar la amenaza de Trump, sin sacrificar a quienes viven esta crisis humanitaria? “The Perryman Group” calculó que un alza de 5% en aranceles a México costaría al PIB de EU alrededor de 41 mil millones de dólares, además de 24 mil 600 millones cada año subsecuente. Encima, la economía estadunidense habría perdido 406 mil empleos. La negociación fue establecida por el gobierno de EU, sin que la delegación mexicana pudiera interponer demandas propias.
¿Por qué no se defendió una posición soberana? Más allá del discurso nacionalista del actual gobierno, no sólo sigue subordinándose a los intereses del imperialismo yanqui, sino además tienen el objetivo común de que los mercados capitalistas sigan funcionando; al gobierno mexicano no le convenía el aumento de aranceles, pero tampoco al de EU, por lo que para mantener las condiciones mínimas aceptables, la delegación encabezada por Marcelo Ebrard no dudó en sacrificar a los migrantes, a sabiendas de que en la conciencia de una buena parte del proletariado, existe una ideología ajena a nuestros intereses como es el nacionalismo.
¿Qué hubiéramos hecho las y los socialistas del MAS? No hubiéramos aceptado ninguna de las condiciones dictadas por el imperio norteamericano y, por el contrario, impulsaríamos el libre tránsito de quienes hoy se ven obligados a migrar. Por ello manifestamos nuestra total solidaridad con las caravanas de migrantes y levantamos la consigna ¡Abajo las fronteras! Esto sólo puede realizarse si como clase nos organizamos y asumimos el control del gobierno, y con ello garantizar empleo bien remunerado, así como servicios públicos de calidad para las necesidades básicas de todas y todos, sin importar nacionalidad. Sólo los trabajadores y trabajadoras en el poder podremos resolver adecuadamente la crisis migratoria y humanitaria. Desde el MAS aportamos nuestros esfuerzos para alcanzar este objetivo.
1.- Sandoval García, Carlos. No más muros. Exclusión y migración forzada en Centroamérica. UCR. 2015.
2.- González, Jesús Eduardo, Zapata Rogelioy Anguiano, María Eugenia. Migración centroamericana en tránsito por México.