Por Eduardo Ruarte
En las últimas semanas cientos de miles de jóvenes se movilizan en Hong Kong, en principio contra la ley de extradición que promueve el gobierno pro Pekin de Carrie Lam, para luego retomar las consignas democráticas que impulsaban las masivas movilizaciones del 2014 con lo que se llamó la “revolución de los paraguas”
La propuesta de ley de extradición que defiende el gobierno de Carrie Lam, pretende darle más poder a la centralidad de la dictadura china conducida por el PC chino (PCCh), sobre la autonomía de la ex colonia británica, al permitir extraditar a sospechosos de crímenes comunes a Pekin. Cuando comenzó el debate de este proyecto en el Parlamento, cientos de miles de hongkongneses se movilizaron y rodearon el edificio en repudio a dicho proyecto, denunciando que podría ser usada por la dictadura china para extraditar activistas que lucha por los derechos democráticos.
Con este proyecto, la semi autonomía de la que goza Hong Kong, entra en disputa. Si bien el acuerdo entre Gran Bretaña y China (1997), por el traspaso de soberanía, es hasta el 2047 donde China no puedo intervenir en la autonomía de la ex colonia, con la ley de extradición se violaría en principio la autonomía judicial en el marco de la división de poderes que tiene Hong Kong. Pero, además, es un nuevo avance de la dictadura capitalista del PCCh en pos de socavar aún más los pocos derechos y libertades democráticas que existen en Hong Kong. Esta ley busca perseguir, presionar y criminalizar a los sectores opositores, es defendida por la dictadura china por el temor a que esta oleada democratizante se replique en la China continental donde millones de trabajadoras, trabajadores y campesinos viven explotados y sin derecho a la protesta, ni libertades democráticas, como construir un partido político diferente al PCCh, sindicalizarse, etc.
Como sucedió con la que se dio en llamarse “revolución de los paraguas”, en 2014, donde cientos de miles de personas, en especial las y los estudiantes, se manifestaron contra la administración de Hong Kong, exigiendo elecciones libres y democráticas. Mantuvieron paralizada la capital económica por tres meses, con sentadas y movilizaciones que convocaban a cientos de miles de ciudadanos. Aquella rebelión democrática de Hong Kong es parte de la lucha que está planteada en toda China por lograr terminar con la dictadura del partido único, por el libre derecho de huelga, de expresión, de organizar sindicatos, centros de estudiantes, partidos políticos y plena libertades democráticas. Aquella rebelión es la que se está replicando hoy en todo Hong Kong.
Se logró un primer triunfo, producto de la movilización, haciendo retroceder a la dictadura que maneja como títere a Carrie Lam, que tuvo que suspender el tratamiento de la ley. El entusiasmo por esta primera victoria envalentona al movimiento a continuar por la eliminación definitiva de la ley y la renuncia de Carrie Lam.
El pasado lunes 1 de julio, miles de manifestantes tomaron el parlamento en medio de una masiva movilización en el 22° aniversario de la devolución de Hong Kong a China por parte de Gran Bretaña en 1997. Los manifestantes coparon el parlamento durante horas, para luego ser reprimidos con gases lacrimógenos para que abandonen el lugar. La juventud y los trabajadores hongkongneses siguen movilizados por la caída definitiva de la ley de extradición, contra la represión policial, por la renuncia de Carrie Lam y por elecciones libres.
Desde la Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional llamamos a los trabajadores, las mujeres y la juventud del mundo a solidarizarse con los trabajadores y la juventud hongkongnesa que pelea por las reivindicaciones democráticas. Llamamos a repudiar la represión de la policía de Carrie Lam, que defiende los intereses de la dictadura capitalista del PC chino, y a cualquier intento de intervención.