Opción Anticapitalista N° 69, editorial. MST, sección chilena de la UIT-CI
Son 7 de cada 10 chilenos que apoyan el paro de profesoras y profesores, 7 de cada 10 chilenos que están en contra o no apoyan al gobierno de Piñera. ¿Cabe un mejor ejemplo para entender lo que está sucediendo en Chile?
Por tercera vez, se impuso la continuidad del paro en las votaciones del Colegio de Profesores. Por séptima semana, el gremio docente seguirá debilitando al gobierno de Piñera y a la ministra Cubillos. Sin embargo, estas votaciones reflejaron los hechos más importantes de las siete semanas que van de paro y que también nos permiten entender que está sucediendo en el país.
¿Quién va ganando la pelea?
Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, salió de la última reunión con la ministra Cubillos llamando a los profesores y profesoras a deponer el paro. Según el dirigente, la respuesta del gobierno al petitorio significaba un triunfo parcial, conseguido con un paro que comenzaba a debilitarse, y que además no podía crecer más.
Dos días después se impuso, por un pequeño margen, la continuidad del paro en las votaciones nacionales. Los resultados golpearon al liderazgo de Aguilar e hicieron fracasar la estrategia de la Ministra. Las bases, contra todo pronóstico, hicieron sentir su peso demostrando que ni consideran solución la respuesta del gobierno, ni consideran que la lucha no pueda crecer más.
Creemos, firmemente, que las bases tienen la razón. El débil gobierno de Piñera ha pagado el costo por negarse a resolver las demandas docentes, cayendo aún más en las encuestas. Por su parte, Cubillos sufrió el mayor desplome en apoyo social en lo que lleva la derecha en el poder, arrastrando consigo a todo el gabinete. Por eso, Piñera y Cubillos intentan por todos los medios acabar con el paro, y terminar con el sangramiento a que son expuestos por la movilización.
Al revés, el profesorado ha ganado un masivo apoyo social, capitalizando el descontento en el país que ve en su lucha la expresión más clara de las necesidades que estamos viviendo la clase trabajadora y el pueblo. Por esto, en estas seis semanas fracasaron todos los montajes comunicacionales contra el paro, el aislamiento a que es sometido por la CONFECH y la CUT, la represión de Carabineros y la negativa constante del gobierno. Contra lo que quería, Cubillos ha debido soltar más de lo que quería entregar en un principio.
El masivo apoyo social, y la heroica determinación de las bases, son la clave para entender quién va ganando esta lucha. Sin lugar a duda las profesoras y los profesores. Sin embargo, esta ventaja no es suficiente sino se traduce en un verdadero plan de lucha para derrotar la política educacional del gobierno.
Podemos fortalecer más el paro
La valentía, unidad y determinación de las profesoras y profesores de base han abierto la posibilidad de derrotar al gobierno. Esa posibilidad pasa, en estos momentos, por transformar en apoyo activo el 70% de apoyo pasivo que tiene el país con el paro.
Aguilar y su directiva, deberían partir por convocar la conformación de una “mesa nacional por la educación”, que reúna a los estudiantes secundarios y a la CONFECH, los apoderados, funcionarios de la educación, y todos los trabajadores y trabajadoras de colegios, jardines infantiles y universidades en Chile. Con esta Mesa, convocar a sumarse a un gran paro nacional por la educación, paralizando la mayor cantidad de casas de estudio del país. Aprovechando, además, de convocar a marchas o movilizaciones que permitan unificarse con otras huelgas y paros, pero sobre todo que permitan que los cientos de miles que hoy apoyan pasivamente puedan asistir para apoyar activamente al profesorado.
Con la heroica huelga docente a la cabeza, impulsar una coordinación nacional de todas las luchas, con un petitorio único y un plan de luchas común que unifique todos los esfuerzos por terminar con la educación de mercado y el lucro, los bajos sueldos y la falta de derechos laborales, las pensiones de miseria y los desastres ecológicos provocados por el empresariado. Fortaleciendo la trinchera de los que luchan, y debilitando a los empresarios, al gobierno de Piñera y sus socios de la falsa oposición en el parlamento.
EL ERROR DE MARIO AGUILAR
Mario Aguilar, junto a su directiva, llamó a levantar el paro, cuando salió de la última reunión con la ministra Cubillos. Alegó para ello que existía cierto desgaste y que quería preservar la unidad del gremio para posteriormente seguir dando la pelea.
Es decir, tocó el elemento central en toda pelea: la relación de fuerzas. Y es aquí donde Aguilar se equivocó, porque si bien siempre hay sectores que pueden aflojar, de conjunto el paro estaba firme. Por otra parte, el que está en serios aprietos es el gobierno y la ministra Cubillos cuya aprobación queda por el suelo, mientras que los docentes obtenían el 70 % de aprobación de la gente.
La misma consulta a las bases, que fue de una pequeña diferencia por seguir el paro, hubiera tenido un resultado to- talmente distinto si Aguilar hubiera llamado a no aceptar la miserable propuesta. Hubiera sido totalmente distinta si Aguilar llama a extender el paro a todo el ámbito de la educación con la participación de los universitarios, secundarios, auxiliares de la educación. Llamar a un paro nacional de la educación era el paso necesario para que el gobierno terminara de tirar la toalla, pero lamentablemente e incomprensiblemente Aguilar nunca hizo este llamado, dejó al gremio aislado a pesar de la relación de fuerzas favorable. No es garantía de éxito si peleamos con una mano atada a la espalda. Aguilar nunca llamó a la CONFECH, a los secundarios, a la CUT a formar una coordinadora para llamar al paro general de la educación y a pronunciarse a todos los partidos políticos si están a favor o no de las demandas. Los docentes demostraron ser un ejemplo de unidad y lucha pero para triunfar hay que extender el conflicto más allá de sus fronteras.
En la misma declaración cuando Mario Aguilar llama a deponer el paro, estando seguro que así va a suceder, le pide a la ministra Cubillos “que no se ensañe” con los docentes. Todavía se está a tiempo de cambiar este espíritu derrotista y retomar la lucha con todas las fuerzas porque los trabajadores y el pueblo están con los docentes.