Declaración de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
28S: Día internacional de lucha por el derecho al aborto en el mundo
A nivel global, más de la mitad de las mujeres y personas con capacidad de gestar en edad reproductiva viven en países en donde el aborto está permitido ampliamente. Y en los últimos 25 años en la mayoría de los países del mundo las luchas feministas lograron arrancar conquistas importantes en favor de la legalización de este derecho. Pero la ilegalidad del aborto continúa siendo la principal causa de muerte evitable de las personas gestantes, la mayoría de ellas, trabajadoras, jóvenes, migrantes y pobres. Esto produce estragos sobre la salud y el cuerpo cuando se realiza en las peores condiciones de la clandestinidad. Sin embargo, a pesar de las duras consecuencias que incluyen la cárcel y hasta la muerte, las mujeres y personas con capacidad de gestar deciden seguir abortando como un derecho fundamental para decidir sobre su vida y sus cuerpos. Por eso, la marea verde de luchas por el derecho al aborto que en 2018 inundó Argentina y se extendió a gran parte del mundo, hoy es más necesaria que nunca.
El mapa mundial del aborto señala que el 5 % de las mujeres y personas con capacidad de gestar (90 millones) vive en países en los que está prohibido el derecho a la interrupción del embarazo, incluso cuando corre riesgo la vida de la mujer. Son 29 países, varios de ellos en Centroamérica y presentan situaciones de extrema pobreza que exacerban el riesgo de vida de las mujeres, como en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Jamaica, Haití y República Dominicana. En estos países la situación es terrible para las mujeres que sufren incluso violaciones y abortos espontáneos ya que terminan encarceladas y condenadas a penas de prisión de más de 30 años, como es el caso de Evelyn Hernández, la joven salvadoreña que está peleando por su libertad efectiva. En Honduras hoy hay 42 presas por causas similares. También está el caso de México que, a pesar de que está legalizado en su capital, hay más de 700 mujeres presas.
A su vez, el 22 por ciento de las mujeres y personas con capacidad de gestar (359 millones en edad fértil) viven en países donde solo está permitido el aborto cuando es para salvar la vida de la mujer. En total son 39 países. Mientras que el 14 por ciento de mujeres y personas con capacidad de gestar (237 millones) habita en donde es legal el aborto cuando corre riesgo la salud de la mujer. Son 56 países. El 23 por ciento de las mujeres y las personas con capacidad de gestar (386 millones), vive donde se puede abortar por razones sociales y económicas (14 países). Finalmente, el 36 por ciento de las mujeres y las personas con capacidad de gestar, el mayor porcentaje (590 millones), vive en territorios en donde es legal la interrupción voluntaria del embarazo. Se trata de 67 países, la amplia mayoría en Europa.
Sin embargo, en países como Estados Unidos, Nicaragua y Polonia los gobiernos de Trump, Ortega y Duda han avanzado en la restricción del derecho al aborto no solo limitando la modalidad de acceso efectivo a las prácticas de aborto, sino incluso prohibiendo totalmente la práctica en Nicaragua. Junto con estos gobiernos, distintos sectores fundamentalistas religiosos y antiderechos intentan impulsar legislaciones retrógradas que pretenden otorgar derechos personalísimos a los fetos para avanzar sobre los derechos de las mujeres y personas gestantes. En panamá, Perú, Brasil y otros países, las bancadas parlamentarias religiosas han presentado ya proyectos de ley en este sentido. Y en países en donde el aborto es legal desde hace décadas como en Italia o el Estado Español, los fundamentalistas religiosos se meten en la educación y la salud para formar médicos/as, enfermeros/as y otros/as profesionales antiderechos y dirigir hospitales y centros de salud declarados objetores de conciencia que niegan nuestras vidas al no realizar la práctica. Con el Vaticano y el Papa Francisco a la cabeza, levantan la campaña contra la formación en educación sexual y rechazan el uso de preservativos. Mientras tanto, miran para otro lado frente a las miles de causas de pedofilia dentro de la Iglesia que salen a la luz diariamente en todo el mundo.
Por eso ha sido un gran avance la legalización del aborto en Irlanda en 2018, un país con una gran población católica. Pero también resulta fundamental el avance en la movilización que reclama en países como Argentina la inmediata separación de la Iglesia Católica del Estado para que deje de financiarse a esta retrógrada institución.
Este 28 de septiembre, día internacional por el derecho al aborto, no puede ser un día más. Estamos en medio de una oleada mundial de luchas del movimiento de mujeres y feminista que se rebela contra los femicidios, las violaciones, la violencia machista, la discriminación laboral y el acoso sexual y que, incluso, sale a la calle para, con el conjunto de la clase trabajadora, rechazar los planes de ajuste y las reformar laborales y previsionales que los gobiernos capitalistas nos quieren imponer junto con el FMI. Esas reformas que atacan más profundamente a las mujeres y a la juventud. Por eso, seguir peleando por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, por la inmediata separación de las iglesias de los Estados, es una tarea fundamental que tenemos que llevar adelante las trabajadoras del mundo. Ni un paso atrás con el aborto legal. A las calles por nuestros derechos.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional
(UIT-CI)
24 de setiembre de 2019