Un ejemplo de lucha contra el ajuste del FMI ¡Viva la rebelión popular del pueblo ecuatoriano!
por Miguel Lamas, El Socialista 9 de octubre 2019.
Por exigencias del FMI, el presidente Lenin Moreno liberó el precio de los combustibles, además de tomar medidas contra derechos laborales. Manifestaciones de masas se han producido en Quito, Guayaquil y otras ciudades del país. Acorralado, el gobierno decretó el “Estado de Excepción”, desató una brutal represión y sacó a las Fuerzas Armadas a la calle.
El aumento del gasoil de 36 para 56 centavos de dólar el litro, fue el detonante de la rebelión en Ecuador. Los combustibles estaban subsidiados y el FMI exigió el fin de los mismos y ataques a la legislación laboral para otorgar un nuevo préstamo de 4.300 millones de dólares. Con la economía dolarizada y los salarios congelados, está claro que un aumento de combustibles desata aumentos del transporte (ya decretados) y de los productos de primera necesidad que afectan a la economía popular. Además, anunciaron la reducción de vacaciones pagas, contratos laborales a 12 meses y rebaja en 20% de los salarios de trabajadores estatales contratados.
Por eso, aunque el jueves 3 y el viernes 4, la huelga fue llamada sólo por los choferes del transporte (gran parte son dueños individuales), se paralizó todo el país. El propio gobierno decretó la suspensión de actividades educativas en todos los niveles, miles de personas, en su mayoría transportistas y estudiantes, salieron a bloquear rutas y calles y columnas de millares de indígenas se dirigen a Quito.
Alianza País se hunde
Moreno ganó las presidenciales en las elecciones generales de 2017 por el movimiento oficialista Alianza PAIS. Moreno fue el vice de Rafael Correa, uno de los gobiernos del fraude llamado “socialismo del siglo XXI”. Ante la creciente resistencia popular por las medidas antipopulares y represivas de su gobierno, Correa, que vive en Bélgica y está procesado por corrupción, resolvió no presentarse a la reelección y avaló la candidatura de Lenin Moreno, quien a los pocos meses de asumir rompió con su antecesor, buscando un acuerdo con sectores opositores de derecha y con el FMI por la gran deuda externa que dejó Correa.
La movilización no se detiene
En una conferencia de prensa conjunta, la Conaie (organización nacional indígena), el Frente Popular (que agrupa a varias organizaciones populares, con dirigencia principal maoísta) y el FUT (Frente Unitario de Trabajadores, la central sindical más importante) denunciaron las medidas como antipopulares y que sólo benefician a empresarios y bancos, y anunciaron paros, movilizaciones y bloqueos.
Por otra parte, aunque los transportistas levantaron la huelga a cambio de un aumento de los pasajes, ya comenzaron los masivos bloqueos de rutas de los indígenas. Y el domingo 6 de octubre 47 militares y 5 policías que fueron a reprimir los bloqueos fueron detenidos por los indignados bloqueadores. El gobierno indicó que estaba negociando su liberación y pidió un diálogo con los indígenas, sin comprometerse a rever sus medidas económicas. Esta actitud, radicalizó la movilización indígena que ocupó Quito, obligando al presidente a huir de la capital e instalar el gobierno en Guayaquil, lo que de hecho configura un doble poder entre las organizaciones indígenas, obreras y populares paralizando la Capital y el gobierno establecido en Guayaquil.
La rebelión del pueblo ecuatoriano es contra los planes del FMI, que se apoya en gobiernos corruptos y entreguistas como el de Lenin Moreno para obligar a los pueblos a pagar una deuda fraudulenta. La población pobre y trabajadora ecuatoriana, tiene todas las condiciones para derrotar estos planes y evitar más sufrimientos. Importantes sectores, como el FUT, levantan la bandera de ¡Ni Lenin Moreno ni Correa! Es fundamental exigir que las direcciones sean consecuentes y mantengan, sin vacilar, los paros, movilizaciones y bloqueos decididos desde las bases en la perspectiva de imponer un gobierno indígena, obrero y popular.