Levantamiento popular en Irak: «¡El pueblo quiere la caída del régimen!»
La revuelta del pueblo iraquí contra las políticas capitalistas de destrucción del empleo, la falta de servicios sociales, la corrupción y el régimen sectario ha continuado desde principios de octubre. Aunque el gobierno del Primer Ministro Adil Abdul-Mahdi y el Estado iraquí responden a las movilizaciones masivas en la capital, Bagdad, y especialmente en las regiones del sur del país, con una intensa represión y política de violencia, los trabajadores no abandonan las calles.
Hasta ahora, más de 250 personas han muerto y miles de personas han resultado heridas en las manifestaciones. El régimen ataca a las masas con balas reales y gas lacrimógeno, mientras trata de impedir la reunión de la gente a través de toques de queda, cortando el acceso a Internet, etc.Por otro lado, el gobierno de Abdul Mahdi tuvo que anunciar un paquete de reformas la semana pasada al ser testigo de que la violencia estatal no podía aplastar al movimiento de masas. Incluso el anuncio del Primer Ministro de una reorganización del gabinete, la reducción a la mitad de los salarios de los altos funcionarios, el paquete de ayuda para las familias pobres y el establecimiento de nuevos tribunales para luchar contra la corrupción no redujo la ira del pueblo iraquí contra el régimen y no lo hizo abandonar las plazas. Porque el pueblo iraquí se ha movilizado contra los actuales problemas económicos y sociales adoptando demandas similares en 2011, 2015 y 2018, y en consecuencia los gobiernos han anunciado paquetes de reformas que nunca han puesto en práctica. Por eso, las masas iraquíes han perdido la confianza en los partidos que representan el orden político actual y exigen la caída del régimen opresor, sectario y corrupto.
La tasa de participación de la mujer en la fuerza de trabajo es solo del 12%, mientras que la tasa de participación de los jóvenes en la fuerza de trabajo es del 26% en el país. Esta tasa alcanza el 48,7% de la población total, una de las más bajas de la región y del mundo. La tasa de pobreza es del 22,5 %, incluso según las fuentes gubernamentales. Y según otras fuentes, 13 millones de personas, es decir, alrededor del 30% del país, con una población de 38 millones de habitantes, viven en condiciones de pobreza extraordinarias. La economía rentista es dominante en Irak, donde el 90% de los ingresos del gobierno son generados por la exportación de petróleo y el 58% del producto nacional bruto depende de los ingresos del petróleo. No se realizan inversiones en sectores como la agricultura y la industria manufacturera distintos del petroquímico. La burguesía iraquí, en colaboración con el imperialismo, explota una gran parte de estas fuentes. La deuda total del país asciende a 133.000 millones de dólares.
Este cuadro revela que el régimen que se intentó establecer en Irak con la colaboración de Estados Unidos e Irán después de la intervención militar del imperialismo en 2003, es completamente corrupto en el sentido político y económico. La lucha del pueblo iraquí, que ha mantenido la movilización espontáneamente durante aproximadamente un mes, apuntando al régimen para obtener derechos económicos y sociales, será altamente determinante para romper con este orden.
Nosotros, como Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), apoyamos la revuelta de los trabajadores iraquíes contra las políticas de explotación capitalista, saqueo y represión del régimen, y llamamos a todos los internacionalistas revolucionarios a mostrar solidaridad con esta movilización. Creemos que el anuncio de una huelga general de cuatro días por parte de los dos sindicatos de maestros y el llamamiento de otros sindicatos y del Colegio de Abogados iraquíes para que apoyen la manifestación tienen gran una importancia para hacer avanzar las movilizaciones contra el régimen. Sin embargo, lo que es más importante es el establecimiento de una alternativa que abarque las demandas de los trabajadores y apunte a una ruptura con el imperialismo y el orden actual contra los posibles esfuerzos de la oposición burguesa para preservar el régimen mediante arreglos parciales o reformas en colaboración con los países de la región y el imperialismo. Lo que será determinante para mantener estas movilizaciones es un programa de lucha que pueda ser levantado por los partidos y asociaciones de clase iraquíes y los socialistas mediante el avance de las demandas y la organización de las masas, en línea con la política independiente de la clase obrera.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
30 de octubre de 2019
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