Babyson Pierre
El gobierno represivo y corrupto de Jovenel Moïse solo cuenta las fuerzas represivas y con el apoyo del imperialismo a través del Core Group, un directorio que incluye a los gobiernos de EEUU, Canadá, Francia, Estado español, Alemania, Brasil y representantes de la UE, la ONU y la OEA. Pero su barrera represiva se está desmoronando.
El estallido social contra el ajuste del FMI al costo de los combustibles en julio del año pasado fue el comienzo del proceso revolucionario, y precisamente ocurrió en el marco de una huelga policial. Desde el inicio de las protestas, la Policía Nacional de Haití (PNH) ha asesinado a más de 40 manifestantes, y el pueblo ha respondido quemando estaciones de policía y defendiéndose de la represión. Ya la confrontación ha generado una grave crisis en el organismo represivo. En el marco de la nueva oleada de la rebelión iniciada en septiembre de este año, el 27 de octubre cientos miembros de la PNH se movilizaron en Puerto Príncipe reclamando mejores condiciones laborales y el derecho a organizarse en un sindicato, con consignas como “No somos esclavos” y “La marcha no es ni para tumbar el gobierno, ni para favorecer a la oposición”. El lanzamiento del sindicato previsto para el 4 de noviembre se suspendió, pero evidentemente el descontento es muy grande y el cambio en la correlación de fuerzas con la masividad de la movilización en la última semana de octubre ha hecho que la policía no emprenda acciones contra las barricadas, como reseña EFE.
Es fundamental que el movimiento popular emplace a los efectivos a crear un sindicato sin esperar por el reconocimiento oficial y a unirse a la lucha contra el gobierno, declararse en huelga permanente y dejar de reprimir, obedeciendo únicamente al pueblo movilizado y sus organizaciones. Solo con el triunfo de la rebelión y la salida de Jovenel Moïse se pueden conquistar mejores condiciones laborales para todos los asalariados.
Entramos en la novena semana seguida de movilizaciones en Puerto Príncipe y demás localidades del Departamento Oeste, como por ejemplo Petit-Goave, Tabarre, Pèlerin (localidad cercana a la residencia privada del presidente). La economía resiente la paralización casi total y la crisis humanitaria se agrava. Los movimientos populares se movilizan para tumbar un sistema corrupto, de enormes desigualdades sociales, contra el tutelaje imperialista, lo que más anhela la voluntad popular es el respeto a su determinación de decidir el futuro del país.
Las consignas más sonadas son #LagePyew (Fuera de aquí) y #TabulaRasa, o sea la exigencia de que se vayan todos. Tienen protagonismo los movimientos juveniles como #NouPapDómi o #NouPapKonplis surgidos en la lucha contra la corrupción de Petrocaribe, que sigue estando en la base de las movilizaciones actuales. Se ha popularizado el plazo al presidente para que renuncie antes del 18 de noviembre, así que las luchas continuarán con gran intensidad.
¡Fuera el Core Group y abajo Jovenel! ¡Cárcel a los ladrones del dinero de Petrocaribe y que se repatrie el dinero robado para invertir en salud, educación y salarios! ¡Que seamos los movimientos populares y de los trabajadores los que tomemos el poder y reconstruyamos Haití!