Más pacos, y ahora con milicos a la calle: el verdadero objetivo del “Acuerdo por la Paz” de Piñera.
Mientras impulsa con la mano izquierda un corrupto acuerdo con parte de la oposición, con la mano derecha mete una agenda ultra represiva contra los manifestantes. Piñera, desesperado y con un gobierno sumido en una profunda crisis, trata de sostenerse en el poder.
Un acuerdo para legitimar el terror en las calles.
El punto número uno del “Acuerdo por la Paz”, es la imposición del orden social… con represión y sangre. Por eso toda la derecha suscribió el pacto (obligada por la lucha en las calles), a cambio de que exista unidad de todos los partidos para condenar la “violencia de las movilizaciones” y sacar a los cientos de miles de manifestantes de las calles.
Piñera y su gobierno son conscientes que su principal enemigo está en las calles. Son las masivas movilizaciones espontaneas y nacionales, quienes hundieron a su gobierno y cuestionan al modelo económico y la constitución de Pinochet. Por eso, ni un solo día ha pasado sin que se reprima a manifestantes, se llenen las cárceles de presos y presas políticos, muertos y muertas, mutilados y mutiladas, torturados y torturadas.
Es por ello que, frente a todos los anuncios represivos de Piñera, la misma oposición que suscribió el acuerdo se queda callada, o apoya públicamente como lo hace la Democracia Cristiana y parte de la ex Nueva Mayoría. Demostrando que los abrazos de unidad no eran sólo para cocinar acuerdos de espaldas al pueblo, sino también para liquidar las masivas movilizaciones.
Más represión… y legalizada.
Los anuncios de Piñera en este sentido no dejan duda. Primero anunció que reintegrarían a Carabineros y PDI en retiro, para contar con más personal en las calles. Luego, adelantar el egreso de Carabineros para sacarlos cuanto antes a reprimir. Ahora complementa esta agenda ultra represiva con el anuncio de un proyecto de ley para que sean las Fuerzas Armadas quienes puedan cuidar “puntos críticos” sin tener que convocar el Estado de Emergencia… o sea, milicos a la calle.
Para complementar esta agenda, anunció querellas contra todos los manifestantes. La Fiscalía hizo público que la cifra de detenidos entre el 18 de octubre y el 15 de noviembre es de 17.434 personas. Las personas que han sido llevadas a audiencias de control de detención es de 25.505. De ellas 2.236 han están siendo procesadas por saqueos. La criminalización del movimiento y los presos políticos aumentan día a día en cifras escandalosas. Éstas se suman a la veintena de asesinados por las FFAA y Carabineros, y los casos que no ha esclarecido sobre personas que murieron en supermercados quemados, pero que por informes del Instituto Médico Legal se sabe que fueron baleadas antes de que sus cuerpos sean metidos en los supermercados. Junto a los más de 220 mutilados por perdigones de Carabineros, y los más de dos mil heridos en otras partes de sus cuerpos por esos mismos perdigones. Las y los abusados sexualmente, y los cientos de miles que a diario son reprimidos en las calles.
No podemos dejar de mencionar los asesinatos que comienzan a conocerse. La periodista Albertina Burgos, fue asesinada brutalmente en su casa en “extrañas circunstancias”. El material fotográfico que ella estaba recopilando sobre la represión desapareció. Junto a este caso, se suma el del compañero de Primera Línea, el “Gato”. Fue encontrado muerto en su casa, también en “extrañas circunstancias”.
Caso ejemplar también es el del ex candidato a diputado y dirigente de PTR, Daúno Totoro, contra quien se querello el gobierno sólo por pedir que se vaya Piñera. Con quien solidarizamos, y denunciamos que esta querella es sólo otro intento por amedrentar a quienes exigimos la salida del principal culpable de la represión.
No nos cabe ninguna duda, el gobierno de Piñera es el gobierno de la represión, el asesinato y la tortura. Lejos de cambiar esta sangrienta política, el acuerdo “por la paz” afirma la necesidad de los empresarios dueños de Chile de imponer una verdadera “paz de cementerio” en el país.
El único camino es seguir en las calles y organizados en las asambleas.
La única fuerza social que de verdad se opone a los corruptos acuerdos y a la política represiva del asesino Piñera, han sido las calles. Apoyadas en ella, las asambleas territoriales que han surgido como las más legitimas organizaciones de lucha desde el inicio de esta rebelión popular.Sólo de estas organizaciones puede surgir la verdadera oposición al gobierno de Piñera y al corrupto parlamento. Ambos al total servicio de los empresarios y las multinacionales que dominan para su propio beneficio el país.
Hoy, más que nunca, es urgente una coordinación nacional de asambleas que decida democráticamente un plan nacional de luchas, para coordinar todas las movilizaciones y fortalecerlas. Organizando además la defensa de todos y todas las presas políticas, así como la autodefensa de nuestras marchas que tan heroicamente ha sido llevada a cabo por la primera línea.
Así mismo, necesitamos urgentemente un petitorio único nacional de todas las asambleas, que sea discutido y votado democráticamente en las bases. Que incluya nuestra propuesta de una genuina asamblea constituyente, junto a las demandas inmediatas sobre sueldos, puestos de trabajo, condonación de deudas, estatización de todos los servicios básicos, entre otros puntos. Pero, sobre todo, se ponga a la cabeza de coordinar la lucha por la consigna que más se pide en las calles: ¡Fuera Piñera!
Movimiento Socialista de los Trabajadores, sección chilena de la UIT-CI