El asesinato por parte de los militares estadounidenses de Qasem Soleimani, uno de los principales comandantes militares de las políticas regionales expansionistas de la República Islámica de Irán y sus guerras de poder en el Medio Oriente, puede llevar a represalias por parte del régimen islámico.
Tales represalias, la amenaza de más represalias por parte de Estados Unidos y una reacción en cadena podrían desestabilizar aún más la región y poner en peligro la vida de miles de iraquíes, iraníes y otras personas comunes y corrientes en el Medio Oriente. La IASWI condena enérgicamente el aventurerismo militar del gobierno de Trump en Irak, que es una continuación de la catastrófica invasión estadounidense en ese país.
Además, denunciamos las sangrientas intervenciones de la República Islámica de Irán (RII) en Irak y su participación en la represión de los manifestantes iraquíes. Apoyamos las demandas de muchos iraníes e iraquíes, particularmente durante los recientes levantamientos, llamando a las fuerzas militares y paramilitares tanto estadounidenses como iraníes a salir de Irak inmediatamente y abstenerse de poner en mayor peligro las vidas de los iraquíes y otros pueblos de la región.
Al mismo tiempo, IASWI advierte contra el alarmismo que hemos presenciado tanto por parte del imperialismo estadounidense como del régimen de la RII y también en los medios de comunicación social y de masas. Muchas personas preocupadas están llamando a la calma y a la desescalada a todas las partes involucradas y señalan claramente que cualquier escalada militar es fuertemente condenada por las personas amantes de la paz en todo el mundo. Si se intensifica, el conflicto militar entre el imperialismo estadounidense y el régimen iraní será desastroso y sus principales víctimas serán, como siempre, la gente trabajadora y común. Es importante enfatizar que la creciente tensión actual también se utiliza como pretexto para interrumpir y descarrilar los procesos internos en los EE.UU. contra la administración racista y criminal de Trump y el creciente descontento y las protestas contra el régimen en Irán en rechazo a la represión, la pobreza y la corrupción. La creciente militarización será utilizada para ampliar los ataques a los derechos humanos y de los trabajadores por ambas partes del conflicto actual.
Nuestra posición, informada consistentemente por el movimiento obrero iraní y las fuerzas socialistas en el terreno, ha sido clara a lo largo de los años. Continuamos mirando este prolongado conflicto entre una potencia imperial criminal a nivel mundial y una potencia regional brutal y corrupta desde una perspectiva anticapitalista e internacionalista. Nos oponemos sin reservas a las sanciones económicas e intervenciones militares y a las guerras de Estados Unidos y sus aliados reaccionarios, como Arabia Saudita e Israel, mientras que simultáneamente apoyamos la guerra de clases contra el reaccionario sistema capitalista dominante que se ha estado desarrollando en Irán.
La guerra de clases entre el régimen capitalista represivo y los patrones y la clase obrera y los oprimidos en Irán ha cobrado decenas de miles de vidas a lo largo de los años. En los primeros tres días del reciente levantamiento en Irán, iniciado el 15 de noviembre de 2019, se estima que cientos o hasta 1.500 manifestantes, en su mayoría jóvenes de los barrios obreros, fueron asesinados y hasta 10.000 fueron arrestados, mientras que miles resultaron heridos. Las familias de los muertos y arrestados han sido amenazadas para que no hablen en público o realicen memoriales públicos. Las fuerzas de seguridad, incluidos los notorios asesinos de la Guardia Revolucionaria Islámica a la que Soleimani pertenecía, han estado en todas partes para impedir y aplastar cualquier reunión de base excepto las avaladas por el gobierno. Desafortunadamente, estas protestas recibieron poco apoyo proactivo de los grupos progresistas de Occidente, aunque muchos sindicatos condenaron internacionalmente la represión contra los manifestantes.
En los últimos 40 años, la República Islámica de Irán ha ejecutado, encarcelado, torturado, azotado y prohibido la entrada a los lugares de trabajo y a las escuelas a decenas de miles de activistas laborales, comunistas, feministas y verdaderos antiimperialistas. Todos los grupos socialistas, comunistas, de izquierda y laborales están prohibidos y oprimidos por la RII, y eso no es un fenómeno nuevo sino una práctica común desde hace casi 40 años. Los trabajadores y activistas laborales que se organizan para defender sus derechos más básicos han sido violentamente perseguidos, torturados y encarcelados.
Reiteramos nuestra posición de los últimos 20 años: «Una posición obrera y progresista defiende una verdadera paz y la independencia del movimiento obrero: una posición anticapitalista no sólo se opone a las sanciones económicas sino también a cualquier intento de los EE.UU. y sus aliados de proseguir la guerra contra Irán, mientras que, al mismo tiempo, apoya las crecientes luchas obreras contra el régimen islámico represivo y los capitalistas en Irán, que han estado implementando viciosamente las más agresivas y despiadadas políticas antiobreras, totalitarias y neoliberales en la historia contemporánea de este país».
Creemos que las organizaciones obreras y socialistas y las fuerzas progresistas de Occidente se enfrentan con razón a sus propios gobiernos capitalistas, especialmente al imperialismo estadounidense. Una guerra de clase victoriosa contra el capitalismo en los EE.UU. y en cualquier otro lugar en el Occidente puede ayudar a la clase obrera en todo el mundo, especialmente en el Sur Global. Sin embargo, este es un proceso largo y requerirá una enorme organización, movilización y sacrificios por parte de las fuerzas progresistas en Occidente; por lo tanto y mientras tanto, esperar que la clase obrera iraní, el pueblo oprimido, las mujeres, las fuerzas socialistas y otras fuerzas progresistas soporten todos estos sufrimientos y dejen de organizarse y luchar por sus derechos contra el brutal régimen capitalista, a nombre del enfrentamiento a las amenazas de los EE.UU., no es aceptable y francamente es un enfoque racista y pro-capitalista, que equivale a la apología de un régimen brutal.
Rechazar categóricamente y proactivamente al belicismo de los EE.UU. y mantenerse firmemente en solidaridad con la clase obrera y el pueblo pobre y oprimido de Irán, y no con el tiránico régimen iraní, y ayudar a fortalecer los movimientos anticapitalistas, contra la pobreza y por la justicia social y económica en Irán y en toda la región.
¡Ninguna guerra, excepto la guerra de clases!
¡Viva la solidaridad internacional de la clase trabajadora!
Alianza Internacional de Apoyo a los Trabajadores de Irán (IASWI)
4 de enero de 2020