En medio de la pandemia: Pacto UIA-CGT-Gobierno para rebajar salarios
Editorial de El Socialista N°458, Izquierda Socialista sección argentina de la UIT-CI
El próximo domingo vence una nueva prórroga de la cuarentena. Está claro que, mientras el gobierno sigue diciendo “no hay que tirar lo hecho por la borda”, ha decidido hacerse cada vez más eco del reclamo de los empresarios de “flexibilizar la economía”. No porque a los grandes capitalistas les interese dar trabajo o aumentar los salarios, sino para hacer sus consabidas ganancias.
Es cierto también que distintos sectores populares o pequeños comerciantes están obligados a romper la cuarentena para conseguir su sustento diario, precisamente porque el gobierno ya dejó de destinar partidas a atender la emergencia social, para tener como prioridad salvar a las grandes empresas y multinacionales de la crisis y seguir con la renegociación de la deuda para pagarle de manera “sustentable” a los usureros internacionales. Todo esto en vez de volcar fondos de las riquezas de los millonarios, las grandes empresas y los acreedores para enfrentar al Covid 19.
Denunciamos que en medio de la cuarentena y entre cuatro paredes (en reuniones en la Quinta de Olivos o hasta por Skype) la UIA y los burócratas sindicales, por supuesto sin consultar a sus bases, hayan acordado una rebaja del 25% del salario de millones de trabajadores que no están prestando servicios esenciales. Estamos hablando de la UIA, Techint, Magnetto y otros representantes de la crema de los empresarios. Por su parte, Héctor Daer de la CGT ha defendido públicamente el acuerdo diciendo que ha sido “una contribución para que no haya despidos”. Un caradura total, porque desde hace años vienen pactando salarios a la baja y dejando pasar los despidos y suspensiones. Otros, como Hugo Yasky (que posa de dirigente sindical “progre”) ha dicho que sobre el tema hubo un error de comunicación, ya que lo ideal hubiera sido transmitir que “se mantiene el 75% de los salarios” en vez de que se recorta el veinticinco. O sea, hablar en modo doble discurso como lo hace el gobierno, que también defiende el recorte, con un brutal ajuste, de los ya magros ingresos de la clase obrera en plena pandemia. Y avala esas rebajas desde el Ministerio de Trabajo. Es decir que hay en curso un pacto entre la UIA, burocracia sindical (CGT/ CTA) y gobierno para atacar a millones de trabajadoras y trabajadores. Uno se podría preguntar ¿dónde quedó entonces el (doble) discurso del gobierno de Alberto Fernández diciendo que venía a gobernar para los más vulnerables?
Otro tanto se acaba de hacer con el tema de la deuda externa. El gobierno se aseguró dos solicitadas de gobernadores e intendentes apoyando la actual renegociación de los pagos. Y este lunes se sacó la foto en Olivos con la UIA y los dirigentes sindicales para tal fin. Reunión de la que participaron el titular de la UIA, la Sociedad Rural, la Asociación de Bancos, la Bolsa de Comercio, la Cámara de Comercio y la Cámara de la Construcción. La delegación de la CGT estuvo encabezada por sus secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña, y los integrantes de la mesa directiva Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri, Víctor Santa María, José Luis Lingeri y Antonio Caló. La reunión tuvo “uniformidad en el respaldo, sin voces disonantes”, dijeron los medios. A tal punto que el titular de la Bolsa de Comercio Adelmo Gabbi sorprendió a todos señalando: “Nunca estuve de acuerdo con los gobiernos populistas pero le tengo que decir, señor ministro, que nadie hizo tanto en estos 45 días por el mercado de capitales como usted”, refiriéndose al titular de Economía Martín Guzmán. Más que un gesto, todo un reconocimiento. Esto vale para hacer reflexionar a aquellos que puedan creer que este gobierno está decidido a embestir contra los grandes capitales o que la reestructuración de la deuda va en desmedro de los bonistas y en beneficio del país. Sobre la oferta para pagarle a los pulpos acreedores el propio Guzmán, señaló: “No le pedimos a los bonistas que dejen de ganar sino que ganen menos”.
El gobierno y los empresarios usan la pandemia para justificar las rebajas salariales y los despidos. Hasta se permite a la patronal del Hospital Italiano rebajar el salario a los médicos. El gobierno de los Fernández no obligan a los de arriba, a los super ricos, a que aporten para fortalecer los servicios de salud y el apoyo económicos a los sectores populares. Todo esto va unido a la “demora” oficialista en presentar el proyecto de impuesto para gravar la riqueza como lo vino anunciando. Voceros del peronismo gobernante han dicho que lo presentaría en los próximos días y que el Congreso lo trataría en las próximas semanas. Pero mientras le roban un 25% del sueldo a millones de trabajadores con un pacto a espaldas del pueblo trabajador, el necesario impuesto a la riqueza duerme en los laureles. Justamente cuando es necesario que se aplique ya para destinar ese dinero a la emergencia. En los hechos, hoy el único proyecto concreto presentado para cobrarle impuestos a las grandes fortunas y empresas es el del Frente de Izquierda Unidad.
Desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad rechazamos que el gobierno tenga como prioridad salvar las ganancias de las grandes empresas y el pago de la deuda externa. Seguimos apoyando los reclamos obreros, populares y de las mujeres junto al sindicalismo combativo (a diferencia de las traiciones de la CGT que pacta reducciones salariales y suspensiones y despidos). Llamamos a batallar para que en la cuarentena no se produzcan rebaja salarial, despidos ni suspensiones. Para que haya plata para los profesionales de la salud, a quienes todavía ni siquiera le dieron los miserables 5.000 pesos mensuales de plus, ni la protección e insumos que reclaman. Estamos por una cuarentena con comida, sin hambre, ni pobreza. Y que, para todo ello, como lo dijimos en el acto virtual del Frente de Izquierda Unidad este 1º de Mayo ante miles de luchadoras y luchadores, hay que imponer un Fondo de Emergencia con un impuesto especial y progresivo a las fortunas de los millonarios y las ganancias de bancos, grandes empresarios y multinacionales y así, junto al no pago de toda la deuda externa, se destinen los fondos suficientes para combatir la pandemia, la mayor crisis del coronavirus y la asistencia a los millones que lo necesitan.