Por Eduardo Ruarte
Desde el 24 de mayo miles de manifestantes volvieron a ganar las calles de Hong Kong.
Ya en la flexibilización de la cuarentena, habiendo alcanzado 1066 infectados y sólo 4 muertes por covid-19, y con la experiencia de las protestas del año anterior, un nuevo ataque del PCCH reactivó las grandes movilizaciones prodemocracia en la ex colonia.
Desde que se dio a conocer el proyecto de la “ley de seguridad nacional” de Xi Jinping, que se votó este jueves 28 de mayo por el parlamento manejado por el PCCH (2878 votos a favor, uno en contra y 6 abstenciones), comenzaron las masivas movilizaciones. Esta ley busca criminalizar toda voz disidente y manifestaciones contra el gobierno, bajo las figuras de subversión, sedición y terrorismo, tratando de frenar el crecimiento de las movilizaciones prodemocracia. El domingo 24/5 y miércoles 27/5, miles de manifestantes salieron a protestar contra esta ley y la policía de Carrie Lam reprimió con gases lacrimógenos, municiones de gas pimienta y camiones hidrantes, deteniendo alrededor de 500 manifestantes, entre las dos fechas, y dejando decenas de heridos.
Hong Kong es una ex colonia británica, fue ganada a al imperio chino en 1842 en la “Guerra del Opio” y restituida en 1997 a China. Se sumó como una región anexada por 50 años para luego integrarse totalmente a China. Mientras el PCCH mantuvo a Hong Kong con ciertas libertades limitadas que ya tenian bajo el reino Unido. Hong Kong funciona con un gobierno digitado por el el PCCH .
Así es que hoy, Hong Kong, actúa como un paraíso fiscal y centro financiero de China, que sirve de puente a la dictadura del PCCH para desarrollar la barbarie capitalista de superexplotación. En una ciudad con 7.5 millones de personas, las grandes desigualdades capitalistas se ven reflejadas en la abismal diferencia de un grupo reducido de 10 multimillonarios de multinacionales, bancos y del negocio inmobiliario, contra los cientos de miles de trabajadores que perciben un salario mínimo que no supera los 5 dólares la hora y contra más del 20% de personas que se encuentran en pobreza extrema.
Además, a partir de las negociaciones del PCCH con mega proyectos inmobiliarios, la crisis habitacional es alarmante. Más de 200 mil personas viven en complejos habitacionales con departamentos con subdivisiones ilegales, manteniendo a personas en espacios de hasta 2mts cuadrados por persona, o incluso en jaulas apiladas para ganar todo el espacio posible. El acceso a viviendas públicas es muy restrictivo, con un requisito de percibir como mínimo 12 mil dólares anuales para poder ingresar al plan de viviendas que ya es muy limitado.
En este sentido es que la dictadura capitalista china pretende avanzar sobre la poca autonomía que goza Hong Kong. A partir de ahí es que en la última década han crecido las protestas y movimientos pro democracia. Desde la “rebelión de los paraguas” en 2014, con una lucha implacable contra los intentos del PCCH en socavar las libertades políticas y democráticas de los hongkoneses, hasta las masivas movilizaciones en el 2019 contra la ley de extradición, que lograron frenar a partir de las constantes protestas que paralizaban toda la capital financiera.
Desde fines del 2019, mientras el gobierno de Xi Jinping ocultaba el estallido de lo que se convertiría en un virus pandémico, alcanzando alrededor de 6 millones de personas en el mundo y cobrándose más de 350 mil muertes, Hong Kong entraba en cuarentena. A medida que los contagios se expandía, fueron los trabajadores de la salud de Hong Kong quienes protestaban para exigir al gobierno el bloque total de la ciudad para impedir la migración del virus, para exigir recursos y elementos de protección y mejoras salariales. A estas propuestas, de forma aislada, vecinos se organizaban y protestaban en los barrios donde el gobierno de Carrie Lam, la primer ministra hongkonesa, pretendía instalar campamentos para poner en cuarentena a los infectados.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), denunciamos una vez más a la dictadura capitalista china, gobernada por el PCCH, por el avance sobre los derechos y libertades democráticas de las y los hongkoneses. Llamamos a las y los trabajadores del mundo, las mujeres y la juventud a repudiar las detenciones y la fuerte represión policial contra miles de trabajadores y jóvenes hongkoneses; y a solidarizarse en el rechazo de las leyes disciplinarias y dictatoriales de Xi Jinping y Carrie Lam, y a defender las más amplias libertades democráticas.