El asesinato policial de George Floyd ha desatado una rebelión popular en todo Estados Unidos contra Trump. Las movilizaciones son ya las manifestaciones de masas más grandes desde las movilizaciones contra la guerra de Vietnam o las marchas antirracistas cuando fue asesinado el gran líder negro Martin Luther King en 1968. Los hechos se combinan con el desastre de la pandemia y de la crisis económica con 42 millones de desocupados.
Escribe Miguel Lamas
Las protestas contra el racismo se extienden hasta en un centenar de ciudades de todo el país, entre ellas algunas tan importantes como Chicago, Las Vegas, Los Ángeles, Detroit, Nueva York, San Francisco o Washington, llegando incluso a las puertas de la Casa Blanca.
Los manifestantes consiguieron romper la valla erigida por la policía frente a la residencia presidencial. Hubo lanzamiento de adoquines, piedras y botellas, y tras once horas de protestas, la policía dispersó a los manifestantes -que amenazan con volver- con gases lacrimógenos. Dentro de la Casa Blanca, Trump tuiteaba: «Estaba dentro, seguí cada movimiento… Si los manifestantes («grupos organizados») hubieran traspasado la valla les habrían recibido con feroces perros y temibles armas».
Trump escondido bajo la cama… en su búnker
Pero… Trump, con o sin sus “feroces perros”, salió corriendo a meterse en su búnker blindado subterráneo contra bombardeos…, escondido por su custodia, mientras una enorme multitud lo insultaba muy cerca. Después en una teleconferencia insultó a todos los 50 gobernadores de los estados del país: «parecen idiotas» e «imbéciles». Y estalló con mensajes de venganza: «Tenéis que vengaros. Tenéis que dominar. Tenéis que detener a la gente y ponerla a juicio y hacer que vayan a la cárcel durante mucho tiempo». «El mundo», concluyó, «se está riendo de vosotros».
Las furiosas declaraciones de Trump llegan cuando se cumple una semana desde la muerte del afroamericano George Floyd a manos del policía Dereck Chauvin en la ciudad de Minneapolis. En estos siete días, más de 120 ciudades de Estados Unidos han sufrido manifestaciones de masas, saqueos, quemas de patrulleros y comisarías. Centenares de miles de manifestantes, muchos afroamericanos, pero también enorme cantidad de jóvenes hombres y mujeres blancos.
Nadie hace caso al toque de queda
Una de las crónicas destaca que los disturbios crecen a “ambos lados del país como Oakland (California) y Atlanta (Georgia)”. Pero también en Nueva York, Washington, Detroit, Houston y Charlotte.
De nada sirvió en Minneapolis el toque de queda decretado por el gobernador del Estado, Tim Walz, que comenzó a las 20:00 horas del viernes por la noche y que, presumiblemente, duraba hasta las 6:00 de la mañana.
La imagen de control y blindaje de las calles que las autoridades habían mostrado a lo largo del día se desmoronó en minutos. La protesta se trasladó a otra comisaría cercana, creció en número, y todo empezó de nuevo.
Empezaron los destrozos, los saqueos y los incendios. Con la comisaría rodeada por la protesta y los policías encerrados en sus dominios incapaces de hacer cumplir el toque de queda.
El gobernador anunció el sábado la movilización de la Guardia Nacional estatal, una decisión sin precedentes en los 164 años de historia de este cuerpo en el estado.
Policías y grandes celebridades se suman a la protesta
En muchos distritos se incorporaron policías a las marchas de protesta. Las escenas de alto impacto visual se replicaron en estados como Nueva York, Nueva Jersey, Florida, y en ciudades como Washington y Des Moines, con policías arrodillados y algunos oficiales levantando un puño frente a los manifestantes en contra del racismo.
El legendario ex jugador de la NBA Michael Jordan, el seis veces campeón del mundo de Fórmula 1 Lewis Hamilton, el futbolista francés del Paris Saint-Germain, Kylian Mbappé. se han sumado a la creciente lista de deportistas de todo el mundo que han denunciado la muerte por asfixia de George Floyd. También celebridades del espectáculo como Madonna que publicó un video en solidaridad con las protestas.
¿Se generaliza la rebelión social?
Este movimiento alcanzó tal amplitud porque se combina con la profunda crisis económica. El PBI de Estados Unidos cayó 11% en el trimestre, y hay 42 millones de trabajadores despedidos. El coronavirus afecta mayoritariamente a los pobres, latinos y negros. Esto en el contexto de una salud pública casi inexistente, que no atiende a millones de personas.
Por eso esta indignación contra el gobierno de Trump, es algo más generalizado que solo la lucha antirracista, aunque esto no sea un tema menor. Hoy es una lucha que plantea otros temas de fondo como el empleo y la salud pública.
Crecen las expresiones de repudio mundial al crimen de George Floyd y al accionar racista de Trump. Desde la UIT-CI, como socialistas e internacionalistas, nos sumamos a ese movimiento mundial de apoyo a la rebelión popular antirracista, exigiendo justicia para George Floyd y cárcel a sus asesinos; basta de represión y toque de queda; fuera la Guardia nacional y los soldados de las calles de Estados Unidos; libertad a todos los detenidos de las protestas. Hay que derrotar al gobierno de Trump y toda su política reaccionaria, racista e imperialista.
Están despertando, por la crisis brutal, los trabajadores y la juventud de Estados Unidos. Esto tiene importancia mundial, porque ocurre en el mayor país del capitalismo, en el propio imperialismo yanqui. Y ayudará enormemente a las trabajadoras y trabajadores que luchan en todo el mundo por terminar con este sistema capitalista-imperialista que nos lleva al desastre de salud, económico, ecológico y social.