Escribe Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad y de la UIT-CI
Miles siguieron el evento durante los tres días en distintas latitudes del mundo. Muchos participaban por primera vez de una conferencia de esta naturaleza. La expectativa fue grande. Algunos no la pudieron ver completa porque no era fácil estar tres días pendientes de una conexión virtual. Pero, con desigualdades, miles de militantes de partidos y activistas independientes la siguieron. Y lo van a seguir evaluando, repasando lo que dijo uno y otro, con las grabaciones o con las notas escritas de cada corriente política.
En ese sentido, es importante avanzar en un balance global. Es indudable que la realización de la conferencia convocada por el FIT-Unidad, de la Argentina, ha sido un evento muy positivo. De allí debe partir el balance.
Pero es importante también reflexionar sobre los puntos necesarios para sacar conclusiones sobre cómo aprovechar lo logrado para avanzar. Un balance equilibrado que marque lo bueno, pero que también señale las deficiencias y cómo mantener el intercambio para superarlas.
Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI podemos sintetizar el balance diciendo que fue exitoso, aunque se mostraron grandes debilidades a la hora de avanzar en mayor unidad concreta y para progresar en unir a los revolucionarios. ¿Qué es para la UIT-CI la tarea de unir a los revolucionarios? Coordinar campañas comunes, tanto en actividades políticas como sindicales, alrededor de tareas en las cuales todos coincidamos. Lograr que en otros países, donde haya condiciones, se formen experiencias semejantes a la del FIT-Unidad, como lo propusieron, por ejemplo, nuestros compañeros del MAS de México, o del MST de Chile. Impulsar un debate para lograr avanzar en una coordinación nacional e internacional sobre la base de un programa revolucionario que busque progresar en la reconstrucción de la Cuarta Internacional.
En este punto, tanto el PTS-FT, el PO y el MST-LIS eludieron entrar en este intercambio. Por el contrario, respondieron con intervenciones de autoproclamación, cuando no divisionistas. El PO se autodefinió como el único que podía garantizar frentes de independencia de clase. Según su dirigente Gabriel Solano, el FIT es “una excepción” porque en la Argentina está el Partido Obrero. El PTS-FT se centró en toda la conferencia en destacar el número de seguidores de Izquierda Diario y las actividades y consignas de sus organizaciones, cuestión que valoramos, aunque en muchos casos tengamos diferencias políticas. Pero no respondió a las propuestas de la UIT-CI ni propuso alguna forma de coordinación de los revolucionarios. Tanto el PO como el PTS se centraron en equivocadas críticas a nuestra corriente en Brasil y Perú (ver “Las tácticas para construir partidos revolucionarios de Trotsky es igual para todos”, de Gabriel Schwerdt).
El compañero Christian Castillo (PTS) coincidió con el PO en proponer un boletín de discusión. A lo cual respondimos que estábamos de acuerdo si era en función de testear la posibilidad de formas unitarias superiores. No la discusión por la discusión misma. Finalmente, no hubo consenso para votar un boletín de discusión.
Por otro lado, el dirigente del MST-LIS Alejandro Bodart explicó que no podían dar mucho espacio a acciones comunes porque tenían su propio cronograma con un congreso mundial a fin de año y que estaban muy ocupados ya que debían traducir boletines a varios idiomas. No lo vemos como un gran argumento. La UIT-CI, aunque no lo informamos en la conferencia, también tiene un congreso mundial a fin de año, con más de veinte países, y la tarea de traducir textos en varios idiomas. Sin embargo, estamos dispuestos y tenemos voluntad de impulsar actividades comunes.
Lo que se reflejó en la conferencia es parecido a lo que nos pasa en el FIT-Unidad. Cuesta que, además de ser un frente electoral, pase a tener más protagonismo unitario en las luchas y en los diversos frentes de acción. En la conferencia, tanto el PTS como el PO y el MST reivindicaron el “frente único obrero”, citando a Trotsky. Pero muchas veces en la realidad esto no se cumple dentro del mismísimo FIT-Unidad. El PTS, que ha escrito muchas veces sobre esta táctica correcta, tardó dos años en entrar al Plenario Sindical Combativo, siendo este la única coordinación del sindicalismo antiburocrático de la Argentina. En la provincia de Neuquén, en la última elección del sindicato de docentes ATEN-Capital, dividieron a la lista de los componentes del FIT frente a la lista de la burocracia sindical, presentando otra con un sector centrista y reformista. Esto dio pie a que la burocracia recuperara el sindicato. También en la última elección de la Unión Ferroviaria, Seccional Oeste, que encabeza el dirigente de Izquierda Socialista-UIT-CI, Rubén “Pollo” Sobrero, el PO, el MST y el PTS presentaron una tercera lista. Pero en este caso el divisionismo no pudo afectar el triunfo de la lista de Sobrero y la Bordó antiburocrática que obtuvo el 54% de los votos.
La gran preocupación que tienen miles y miles de activistas en Latinoamérica y el resto del mundo es cómo nuestras organizaciones pueden avanzar en dar pasos unitarios. En acciones comunes en la lucha de clases, contra todos los gobiernos y las direcciones reformistas y burocráticas, en mayor unidad de los que nos definimos como socialistas revolucionarios.
Existen diferencias políticas. Esto es lógico porque somos distintas organizaciones. Pero, más allá de esas diferencias, las cuatro organizaciones convocantes, miembros del FIT-Unidad, nos declaramos trotskistas y defensoras del Programa de Transición de León Trotsky. En la misma conferencia se acordaron puntos programáticos de fondo.
Desde la UIT-CI seguiremos batallando por unir a los revolucionarios. No solo en la Argentina, sino en todo el mundo. La conferencia ha tenido el mérito de acordar algunas acciones comunes, como la del 27 de agosto en apoyo a la rebelión antirracista de los Estados Unidos, y dejar abierto este debate que tanto necesitan la clase trabajadora, la juventud, las mujeres en lucha y los sectores populares.