Nahuel Moreno (1924-1987) fue el principal dirigente trotskista latinoamericano. Comenzó a participar de la vida de la Cuarta en 1948 en su segundo congreso y desde la década del ’50 fue polemizando y enfrentando a la corriente encabezada por el belga Ernest Mandel, que fue llevando a la Cuarta a la capitulación a los partidos comunistas y las direcciones nacionalistas burguesas y reformistas.
Desde entonces, Moreno insistió siempre en el significado histórico de la muerte de Trotsky para su movimiento. Recordamos su reflexión en Conversaciones (1986, ver www.nahuelmoreno.org.ar). “En varios de sus textos usted menciona a la muerte de Trotsky como un hecho fundamental en la historia de la Cuarta Internacional…
Nahuel Moreno: Efectivamente, siempre hemos dicho que la muerte de Trotsky es un elemento objetivo, no subjetivo, en la crisis de dirección de la Cuarta. Ese análisis es propio de nuestra tendencia. Fue un hecho cualitativo, no es que la Cuarta fuera peor dirigida que antes de su muerte, sino que quedó lisa y llanamente sin dirección.
Estoy convencido de que si Trotsky hubiera vivido unos años más la Cuarta hubiera avanzado en su programa, sus análisis y sus números.
Otro aspecto del vacío de dirección es la experiencia del movimiento obrero, que para mí es decisiva. Sin una larga experiencia en el movimiento obrero no puede haber una gran dirección. (…)
“Trotsky había participado en la dirección de tres revoluciones rusas (1905, febrero y octubre de 1917). Había formado parte de la dirección revolucionaria más grande que ha conocido la humanidad, la de la Tercera Internacional en sus primeros cinco años. Entre 1905 y 1907, en el exilio, había militado en el movimiento socialista de varios países de Europa, principalmente en Francia y Alemania. Esa experiencia colosal, irreemplazable, se perdió de un solo golpe con su asesinato”.