Por Taylor Rojas, dirigente de Uníos, sección de la UIT-VI en Perú, en la prensa de Uníos, N°24, 15/8/2020
En la Conferencia Latinoamericana convocada por el FIT-U de Argentina, se desarrolló un importante debate en torno a la estrategia sobre la construcción de partidos revolucionarios. ¿Podemos construirnos al margen de la realidad de los luchadores y luchadoras? ¡Para nosotros, no! Así pues, a continuación, respondemos algunas interrogantes extraídas de dicha polémica, planteadas por el PO de Argentina, el grupo Vilcapaza y la Corriente Socialista de los y las trabajadoras, ligados al PTS de Argentina y la Fracción Trotskista (FT).
Desde UNÍOS en el Frente Amplio (FA), consideramos que la estrategia a seguir sobre la construcción de partidos revolucionarios, no se puede realizar de manera abstracta desde las oficinas de locales o a través de páginas web; sino más bien, acompañando los procesos de movilización y reorganización de los trabajadores y del pueblo.
Nuestra participación en el Frente Amplio es consecuencia de la aplicación de una de las tantas tácticas de construcción que Trotsky elaboró – equivalente en el Perú a las que el grupo CST/PTS de la FT usa en el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) francés o de nuestra participación junto a la CST de la UIT-CI en el PSOL de Brasil, aunque la impugnan para aplicar en el Perú – y que es fundamental para combatir el sectarismo que aísla a nuestras organizaciones del movimiento de masas, condenándolas a la marginalidad. Como toda táctica tiene un objetivo, esta nos sirve para construir el partido revolucionario y la defensa de la independencia de clases, acompañando, codo a codo, la experiencia de quienes se suman a la lucha revolucionaria, en búsqueda de una alternativa.
El Frente Amplio, por su programa y composición, es una organización centrista, en contra del neoliberalismo, no clasista ni socialista revolucionaria. Por el momento, no tiene, entre sus integrantes, a burgueses en sus organismos ni forma parte del Gobierno (a diferencia con el FA de Uruguay y Chile, este último firmó el Acuerdo de Paz con Piñera). El Frente Amplio se forjó dentro del marco de las enormes luchas contra la minería y en defensa del medio ambiente. Agrupa a centenares de activistas y honestos luchadores de la vanguardia con quienes buscamos empalmar en la acción para construir el partido.
Esta vanguardia viene realizando una importante experiencia y expresa una importante ruptura con los partidos del régimen, e inclusive con la izquierda tradicional, reformista y burocrática como Patria Roja, PCP-Unidad, Ciudadanos por el Cambio, y Fuerza Social que rompieron en 2014 con el FA, impulsando la candidatura de la actual procesada por corrupción, Susana Villarán, en Lima y otras alianzas con sectores de Centro-Derecha.
En la segunda ruptura, en octubre de 2016, Verónica Mendoza rompe con el FA, buscando recuperar nuevas alianzas con la vieja burocracia reformista y burocrática de la primera ruptura, formando, así, Nuevo Perú. Además, es pública su ruptura -a favor de la Derecha- con el FA al defender a Kuczynski (PPK) de la vacancia presidencial presentada por el Congreso, bajo el falso argumento del “mal menor”, en alusión a Keiko Fujimori. Ello profundizó sus posiciones oportunistas, las cuales arrastraron también a viejos ex trotskistas, como Tito Prado.
Dentro del FA, sostenemos independencia política y organizativa, como un polo obrero y socialista. Desarrollamos una pelea permanente y frontal contra estas tendencias oportunistas – dentro y fuera del FA – tal como pueden ver en nuestros periódicos (Uníos N.°22, N.°23 y este N.°24).
De esta manera, realizamos una importante campaña electoral dentro del FA en 2018 y 2019, que combinó con la trayectoria del compañero Enrique Fernández Chacón, quien – mientras sectores de la izquierda corrían para refugiarse en el PSUV de Chávez o el PT de Lula y Dilma- sostiene cuarenta años de experiencia de lucha junto al movimiento obrero junto a la nueva vanguardia, nos permitió tener un congresista trotskista dentro de la cueva de bandidos del Congreso del Perú, para rechazar la política del Gobierno y el régimen político. Este es un importante paso para sostener la defensa de la independencia de clase en todos los frentes, y acompañar las luchas concretas de la clase trabajadora y de los pueblos del Perú.
Desde esta perspectiva, nuestras posiciones se desarrollan con total independencia, buscando construir nuestra organización al calor de las luchas obreras y populares, de las mujeres y de la juventud. La construcción del partido revolucionario no solo es una teoría, es una acción permanente sobre las realidades del movimiento de masas; por lo tanto, una ardua pelea contra las presiones del régimen sobre las organizaciones centristas y también, una lucha frontal contra el sectarismo reinante en sectores de la izquierda revolucionaria. En ese camino, construimos Uníos en el FA, utilizando las tácticas que son legítimas para todos los revolucionarios, y no propiedad intelectual de alguna corriente en particular.