1- Esta semana se decidió anular los juicios de Lava Jato contra Lula. La decisión tomada por el ministro del STF, Edson Fachin, restablece los derechos políticos de Lula para una posible disputa en las elecciones de 2022. Este hecho ha generado entusiasmo entre los trabajadores y los jóvenes que pertenecen a la oposición al gobierno genocida de Bolsonaro. Además de aumentar las expectativas de que podemos resolver la crisis apostando por Lula en el 2022. Nosotros, desde la CST (Corriente Socialista de los Trabajadores – Tendencia del PSOL), queremos hablar de esta expectativa y de cuál debe ser la estrategia efectiva para derrotar a Bolsonaro.
2 – El juez Sergio Moro, ex ministro de Bolsonaro y consultor de una empresa que presta servicios a Odebrecht, hizo un juicio que realmente debería ser anulado porque fue conducido de manera sesgada y arbitraria por el ex juez y fiscal Dallagnol. A pesar de nuestras diferencias con Lula, desde CST defendemos la anulación del juicio y el derecho de Lula a un nuevo juicio y su derecho político a presentarse a las elecciones.
3- No tenemos confianza en el STF ni en la justicia burguesa. En medio de la inestabilidad del régimen político de la constitución de 1988, en las crisis de los distintos gobiernos, la justicia siempre ha actuado para uno u otro lado de los bloques burgueses. Por regla general, en la mayoría de los casos, busca blindar a los políticos que están en el poder, como hizo a favor de los gobiernos de Cardoso, Lula, Dilma o Temer. Ahora, en medio de la crisis y el desgaste popular del gobierno de Bolsonaro, sectores clientelares con peso en la justicia buscan preparar alternativas políticas para las elecciones de 2022. Con este juicio buscan volver a poner a Lula en el tablero y evaluar si puede encabezar una de estas alternativas, pactando con los empresarios. De este modo, tratan de canalizar la indignación hacia la vía electoral, buscando evitar un movimiento de protesta mayor en las calles. Pretenden evitar movimientos como el de Paraguay.
4- En el caso del «Lava Jato», en medio de las disputas burguesas, dos alas se han enfrentado en la cúpula del poder judicial. Uno vinculado a Moro que quería mantener el Lava Jato y su selectividad, que salvó al 70% de los partidos y políticos investigados, blindó al PSDB, salvó a Aécio Neves, a FHC, a Serra y al ex presidente Temer y excluyó a los bancos de las investigaciones. Y la otra vinculada a Gilmar Mendes (ministro tucano y ex asesor del presidente Collor) que quería acabar con la operación, liberando a empresarios como Jacob Barata o a políticos de extrema derecha como Crivela. El proyecto de Mendes es silenciar las revelaciones sobre los contrapactos entre las empresas y los partidos capitalistas que controlan el parlamento y el ejecutivo (la corrupción estructural del sistema, descrita por el dueño de Odebrecht). Ninguna de estas alas sirve a los intereses de la clase obrera y los sectores populares.
5- La decisión de devolver los derechos políticos a Lula generó una enorme expectativa y fortaleció a los trabajadores y a la juventud que quieren derrotar a Bolsonaro. Lula expresó denuncias correctas sobre las muertes causadas por la política genocida de Bolsonaro o la ausencia de políticas sociales, pero no canalizó esas denuncias hacia la necesidad de organizarse y luchar. A pesar de mencionar la presencia del presidente de la FUP, no defendió la ampliación de la lucha huelguística de los trabajadores del petróleo en Bahía, por ejemplo. Durante su largo discurso, a pesar de estar dentro del sindicato metalúrgico ABC, no propuso la solidaridad con los trabajadores de Ford en lucha contra el cierre de la planta. Tampoco mencionó el día 24 el señalamiento por parte de FONASEFE contra el PEC administrativo. Es decir, en lugar de estimular la movilización social en las calles contra la extrema derecha genocida, mantuvo la línea de conciliación y diálogo con los empresarios. Buscó reforzar las expectativas en un frente amplio con los partidos conservadores en las lejanas elecciones de 2022. Este es el tipo de discurso de Lula: al mismo tiempo que denunciaba a los pistoleros de los campesinos y al gobierno de las milicias, proponía más armas para las Fuerzas Armadas y la Policía Militar (que reprimen las ocupaciones, las marchas y a la gente de las favelas). Una especie de pacto de clases que llevó a la quiebra a los gobiernos del PT y fortaleció a la derecha. Este pacto no sólo no ayuda a la oposición de izquierda, sino que sigue allanando el camino a la extrema derecha.
6- Se trata de un debate estratégico y necesario. Al señalar a la burguesía nacional, Lula dice que está dispuesto a repetir los gobiernos de conciliación de clases que privatizaron las pensiones de los empleados federales, legalizaron los transgénicos para las multinacionales, pagaron la deuda interna y externa a los banqueros, construyeron la hidroeléctrica de Belo Monte, implementaron la ley antiterrorista, el encarcelamiento masivo, las subastas de petróleo y la creación de la Fuerza de Seguridad Nacional. Ahora sólo hay que ver cómo gobierna el PT los estados y los municipios: Apoyaron los planes de ajuste fiscal de Paulo Guedes, aprobaron las reformas de las pensiones estatales, reprimieron los movimientos antifascistas y antirracistas en Ceará, reprimieron las huelgas educativas en Bahía. El PCdoB entregó la base de Alcântara al imperialismo estadounidense en Maranhão. La corrupción que ha afectado a los gobiernos del PT es consecuencia de los gobiernos con la Odebrecht, las oligarquías, el PMDB, el PP, los tratos en el Congreso y la integración con el Estado burgués. Por estas razones, creemos que es un error confundir la lucha contra las arbitrariedades de Moro y el Lava Jato con el apoyo político a la estrategia electoral de pactar con los capitalistas. Una estrategia de colaboración de clase que no podemos repetir. Del mismo modo, nuestra defensa de un nuevo juicio para Lula y de sus derechos políticos no significa un certificado de inocencia para Lula y el PT.
7- Con la extrema derecha en el gobierno, en medio del genocidio del covid-19, con el avance de las medidas de ajuste fiscal que aumentan el recorte salarial y el desempleo, no hay otra salida que un movimiento combativo de las oposiciones. Una amplia unidad de acción para resistir juntos contra los planes de Bolsonaro/Guedes y hacer retroceder las muertes y el hambre. Un llamado de Lula, en las actuales circunstancias, tendría eco en amplios sectores de las oposiciones. Por eso, nosotros de la CST proponemos a los trabajadores y a la juventud que exijan a Lula, a la CUT y al PT que abandonen esta línea de pasividad y fortalezcan la lucha en las calles, las acciones en los lugares de trabajo, que pongan su peso detrás de un movimiento de toda la clase obrera para conquistar la vacuna, la cuarentena efectiva con ayudas de emergencia y permisos pagados, recuperar las pérdidas salariales y recuperar los puestos de trabajo. Que Lula lidere un movimiento contra la vuelta a las clases sin vacuna, llame a una lucha efectiva para derrotar la PEC 186, que congela los salarios de los funcionarios y empleados públicos por 15 años. Lula, la CUT, el PT, los movimientos, partidos y dirigentes que estuvieron en la conferencia de prensa en el Sindicato dos Metalúrgicos do ABC, deben organizar esta jornada nacional unificada, sin divisiones. Una fecha podría ser el 24 de marzo, como sugiere FONASEFE, ya que el congreso nacional aprobó el PEC de muerte de los servicios públicos. En este caldero tendremos más fuerza para derrotar a Bolsonaro.
8- Además de una amplia unidad de acción, queremos dialogar con todos los trabajadores y jóvenes opositores a Bolsonaro sobre la necesidad de construir un Frente de Izquierda y Socialista. Nosotros, desde la CST, proponemos que este frente esté compuesto por el PSOL, el PCB, el PSTU y la UP. Un frente que recupere la independencia política de la clase trabajadora, para actuar en las calles y en las elecciones sin repetir los errores de la conciliación de clases del PT. Una izquierda anticapitalista, diferente de los partidos burgueses como el PDT y el RSP. Que construya un programa de emergencia que contemple no pagar la deuda, imponer impuestos a las grandes fortunas, nacionalizar el sistema financiero, canalizar esos recursos para contener el covid-19, para las vacunas, ayudas de emergencia, para reconstruir la sanidad y la educación públicas, para los salarios y el empleo. También aplicar la expropiación inmediata de empresas criminales como Vale y combatir la corrupción de políticos y empresarios.
14 de marzo de 2021
Corriente Socialista de Trabajadoras y Trabajadores – Tendencia del PSOL
CST – PSOL
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