Escribe Miguel Lamas
El banquero liberal derechista Guillermo Lasso ganó en segunda vuelta con 4,4 millones de votos contra 4 millones del correísta Andrés Arauz y con 1,8 millones de votos nulos y en blanco a los que llamó la Confederación Nacional Indígena de Ecuador (Conaie). El voto por Lasso no expresa un apoyo popular a sus propuestas sino que predomina un voto castigo a la centroizquierda.
Rafael Correa gobernó entre 2007 y 2017. Fue parte, junto con Lenín Moreno, de los gobiernos de conciliación de clases, del doble discurso de los Lula, Chávez-Maduro, los Kirchner o Evo Morales. De los gobiernos “nacionales y populares” o del “socialismo del siglo XXI”, un falso socialismo que traicionó las expectativas populares. Rafael Correa, con una gran corrupción, hizo acuerdos con multinacionales chinas y otras para explotar la minería metálica y el petróleo provocando depredación ambiental, del agua, los bosques y de la economía agraria campesina indígena. Reprimió y criminalizó al movimiento indígena.
En 2017 Correa, temiendo perder, renunció a su reelección y nombró candidato a Lenín Moreno, su ex vicepresidente. Moreno logró ganarle por poco al mismo Guillermo Lasso. Poco después Moreno rompió con Correa tratando de despegarse de su herencia política.
Pero el intento de Lenín Moreno de descargar la crisis económica sobre el pueblo trabajador, con un acuerdo con el FMI, provocó en octubre de 2019 un gran levantamiento popular liderado por la Conaie. Miles de indígenas ocuparon el centro de Quito una semana, enfrentaron a la policía, hicieron escapar al presidente a Guayaquil y finalmente lo obligaron a anular el acuerdo con el FMI y el aumento de las naftas que formaba parte de esos convenios.
Las elecciones de 2021
Correa está radicado en Bélgica escapando de juicios por corrupción en Ecuador y nombró como candidato a Andrés Arauz, de 36 años, ex director del Banco Central.
La importante novedad de la primera vuelta, realizada el 7 de febrero, fue que se presentó el movimiento Pachakuti, creación de la Conaie, con la candidatura de Yaku Pérez y un programa contra la minería metálica, en defensa del agua, los bosques y la agricultura campesina.
La primera vuelta terminó con 32% de votos por Arauz y un virtual empate entre Lasso y Yaku Pérez, con 20% cada uno. Lasso superó a Pérez, según el tribunal electoral, por poquísimos votos. Yaku Pérez denunció fraude y exigió el recuento de votos. Pero el correísmo y Lasso se unieron para impedirlo.
Este fraude permitió que Lasso pase a segunda vuelta en lugar de Yaku Pérez. Arauz temía perder con Yaku Pérez y creía que le iba a ganar a Lasso.
Ante la segunda vuelta, Jaime Vargas, presidente de la Conaie, se vendió y pactó el apoyo a Arauz. Pero la respuesta de las bases de la Conaie fue contundente, se reunió un ampliado con más de mil delegados y destituyó a Vargas, proclamando el voto nulo en las elecciones, al igual que lo habían hecho Yaku Pérez y organizaciones sindicales obreras y estudiantiles. Eso hizo que el voto nulo y blanco llegara a 18 por ciento.
Igualmente, Lasso logró sumar una importante cantidad de votos indígenas y populares que, más que apoyo a sus propuestas, fueron un voto castigo para el correísmo.
El gobierno de Lasso y el pueblo trabajador e indígena
Lasso, banquero multimillonario, que ganó millones durante la pandemia mientras el pueblo pasaba hambre, propone la “apertura a la inversión extranjera”, acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), priorizar la minería metálica y la extracción de recursos naturales con las multinacionales, flexibilización laboral para obreros y magisterio… Es decir, las medidas que el pueblo trabajador ecuatoriano viene enfrentando desde hace décadas y, en particular, con el levantamiento indígena popular de 2019.
Pero el nuevo gobierno patronal y proyanqui nace muy débil, en crisis económica, pandemia y en minoría parlamentaria. Una mayoría relativa tiene la centroizquierda correísta y la segunda bancada es Pachakuti.
Pero, más allá del Parlamento y de las cantidades de diputados, es el pueblo indígena y trabajador ecuatoriano el que va a enfrentar a Lasso y su programa de ajuste. Y, particularmente, su organización más importante, la Conaie.
Pachakuti con la Conaie y sus organizaciones de base, junto con las organizaciones como el Frente Unitario de los Trabajadores, la Unión Nacional de Educadores y organizaciones estudiantiles son hoy opositoras e independientes tanto del nuevo gobierno, como también del correísmo. Es fundamental que se unan para enfrentar la política del gobierno de Lasso y levantar un programa económico de emergencia al servicio de las mayorías trabajadoras del campo y la ciudad.