Horas después de la asamblea de mujeres del 18 de abril, unas doce personas sufrieron envenenamiento al comer dulces enviados bajo identidad falsa al campamento que desde hace más de un mes se ha instalado frente al Palacio Nacional exigiendo la despenalización parcial del aborto. Activistas y periodistas tuvieron que hospitalizarse presentando síntomas como taquicardia, vómitos e intenso dolor estomacal. Luego, la madrugada del 20 de abril, la Policía Nacional atacó con cuchillos y gases tóxicos a un segundo campamento de mujeres, instalado frente al Congreso, destruyendo sus carpas.
El 19 de abril el presidente Luis Abinader declaró desde Madrid en una entrevista que promovería un referendo sobre la despenalización parcial del aborto porque se trataba de una decisión “que implica muchos temas, no solo de salud sino también un tema religioso” (!). Esta combinación de ataques se intensifica al entrar en su última etapa la discusión del Código Penal.
No al Código Penal misógino, separación del Estado y las iglesias ya
Esta semana entran a discusión en el Congreso los artículos del proyecto de Código Penal referidos a la criminalización del aborto. El texto que se presenta ante el plenario de la Cámara de Diputados solo contempla la despenalización del aborto cuando peligre la vida de la mujer si antes se agotan todos los medios científicos y técnicos posibles para evitarlo. También se presenta un texto disidente que plantea la despenalización en las “tres causales”: ante peligro para la salud de la madre, si el embarazo es producto de violación o incesto, y si el feto padece una patología que le impida sobrevivir fuera del útero.
Desde hace décadas las mujeres dominicanas luchan contra la penalización del aborto. El Estado dominicano, que tiene desde la dictadura trujillista un Concordato de inspiración medieval con la Iglesia Católica, aplica una de las legislaciones más brutales del mundo, penalizando el aborto en cualquier circunstancia. La mayoría de la población está de acuerdo con despenalizar el aborto en las “tres causales”. Si bien desde el MST estamos por la despenalización incondicional y el aborto libre, seguro y gratuito antes de la semana 14 de gestación, acompañamos y apoyamos la lucha del movimiento de mujeres valorando que la despenalización parcial sería un paso adelante, como parte de la lucha por la igualdad de derechos para las mujeres y la separación del Estado y las iglesias.
Abinader, un empresario que guarda similitudes con Macri, Piñera y Lasso, presenta la opción del referendo como una maniobra para intentar pasar un Código Penal misógino. Ni siquiera existe la ley que regularía el hipotético referendo. Pero, además, sentaría un precedente nefasto al someter a referendo el derecho a la vida y a la salud de las mujeres, por la impugnación de sectores religiosos. No se puede aceptar que una mayoría electoral circunstancial pueda decidir en un referendo lo que cada mujer debe decidir libremente. ¿Someteremos a referendo el derecho al divorcio, el acceso a la educación sexual y reproductiva y a métodos anticonceptivos?
Investigación y castigo para quienes atentaron contra el campamento
Exigimos la participación de peritos independientes, designados por las víctimas, en la investigación. No confiamos en que investigue la misma institución policial que atacó con cuchillos a las activistas frente al Congreso. La Policía Nacional tiene un grado tal de desprestigio por su brutalidad y escandalosas ejecuciones extrajudiciales que el gobierno ha tenido que anunciar una reforma policial. Además, son conocidos los vínculos de la institución con grupos de extrema derecha que frecuentemente amenazan de muerte a periodistas, defensores de derechos humanos, feministas e inmigrantes. Que fuentes policiales filtraran a la prensa que los brownies envenenados contenían “marihuana”, fue un intento deliberado de desacreditar la denuncia, mientras se espera por los resultados de los análisis de muestras enviadas a EEUU.
Debe tomarse en cuenta que el movimiento autodenominado “pro-vida” viene planteando públicamente que el aborto es una forma de “genocidio” e intentando estigmatizar a las mujeres que defienden sus derechos como “asesinas”. Es un discurso que envalentona a fascistas y fundamentalistas a cometer actos violentos. Por lo demás, el terrorismo antiaborto tiene una larga tradición. En EEUU, los fundamentalistas y ultraderechistas han realizado numerosos tiroteos y ataques con bombas contra clínicas y contra médicos que realizan abortos. Por eso es muy importante que no haya impunidad en este caso.
Unidad y solidaridad internacional
La asamblea de mujeres del 18 de abril demuestra que existe una avidez en el movimiento de mujeres de tener instancias de discusión y toma democrática de decisiones. Contar con mecanismos asamblearios, lejos de entorpecer, lo que permite es generar mayor confianza y compromiso en cada vez más activistas y organizaciones, fortaleciendo al movimiento. También es crucial seguir propiciando la unidad de todos los sectores en lucha y la confluencia contra nuestros enemigos comunes. El movimiento de mujeres, por la lucha que viene librando, tiene actualmente la autoridad para llamar a una gran movilización nacional de todas las luchas, con eje en la exigencia de la despenalización del aborto, pero que incluya también las reivindicaciones ambientales, del movimiento campesino, de los trabajadores, de quienes reclaman pensiones, de todos los sectores que actualmente se movilizan en el país. Sería una demostración de fuerza que generaría un enorme impacto.
También es necesario hacer un llamado internacional a la solidaridad con la lucha de las mujeres dominicanas y en repudio a los ataques sufridos. Invitando a los movimientos de mujeres de Latinoamérica y el mundo a pronunciarse, enviar comunicados a las embajadas y consulados dominicanos, y donde sea posible protestar frente a estas representaciones diplomáticas, apoyando las exigencias de justicia frente a los atentados y fin a la penalización absoluta del aborto.
¡No nos amedrentan los ataques, adelante hasta la victoria!
Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores