El FMI y la UE, responsables del expolio que empuja la emigración del Senegal
Por Cristina Mas para el Suplemento de Lucha Internacionalista 174, junio 2021
Después de Marruecos, Senegal es la segunda nacionalidad de los migrantes que llegan a Canarias, supervivientes de una peligrosísima travesía en el Atlántico. El gobierno del PSOE-Unidas Podemos ha querido convertir las islas en una prisión para los migrantes, al igual que han hecho en Grecia, lo que ha creado una falsa imagen de crisis. Entre enero y mayo llegaron a Canarias 5.386 personas, algo más de la mitad del total que entraron sin papeles en el territorio español: una cifra perfectamente gestionable si hubiera la más mínima voluntad política de acogida y de respeto a los derechos más básicos por parte del gobierno que se llama “más progresista” de la historia.
La política del PSOE-Unidas Podemos ha sido intentar sobornar el gobierno de Macky Sall, que ha protagonizado un giro dictatorial y contra quien en los últimos meses se ha alzado una revuelta por la detención del opositor Ousmane Sonko. Sánchez ha viajado a Senegal a pedir a Sall que acepte la repatriación de los senegaleses que se han jugado la vida para llegar a Canarias. La negativa del régimen de Dakar a una medida tan impopular ha llevado el gobierno de Madrid al plan vergonzoso de fomentar lo que llama “inmigración circular”: que los senegaleses vengan a España con permisos de trabajo temporal como mano de obra barata a hacer los trabajos más duros, obligados cada temporada a volver a la miseria de su casa sin ningún otro derecho.
Pero aquí lo que falta es abordar el problema de fondo. Que la juventud huya de Senegal no es una fatalidad histórica: es el resultado de las políticas de empobrecimiento que ha ejercido el imperialismo en el país, y que han tenido un impacto brutal sobre su gente. Primero, los planes de ajuste aplicados por el FMI desde los años 90 y luego los acuerdos pesqueros con la Unión Europea, que han destrozado la pesca tradicional.
Los años 90 en Senegal aplican los duros planes de ajuste dictados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la receta clásica de privatización, liberalización, apertura de los mercados y eliminación de los aranceles. El país se inunda de productos alimentarios procedentes de la UE: sobre todo carne de ave y conservas de tomate entre otros. Siete de cada diez granjas de pollos y muchos cultivos de tomate se abandonan porque ni pueden exportar ni pueden competir en el mercado interno con los productos europeos, subvencionados y más baratos. El resultado es un país dependiente, incluso en la alimentación básica.
Por si esto fuera poco, la UE ha desplegado sofisticados acuerdos para que las flotas pesqueras europeas, mucho más grandes y modernas, exploten sus ricos bancos de pesca, que siempre habían sido uno de los pilares económicos y una de las bases de la alimentación de la población. La pesca empleaba a unas 600.000 personas (el 17% de al población activa) y representaba el 3,2% del PIB. La pesca tradicional no puede hacer nada para competir con las tecnificadas flotas de arrastre europeas, que además provocan un desastre ecológico. Es por eso que los cayucos, las embarcaciones de pesca tradicional, se convierten en el medio para huir del país, y los pescadores en la tripulación que guía el terrorífico viaje en aguas del Atlántico donde es muy fácil perderse. Nunca sabremos cuánta gente se ha dejado la piel en el camino, con los vientos que los empujan en medio del océano, como ocurrió con el cayuco que llegó hace unos días en la isla de Tobago, en el Caribe, con 14 cadáveres a bordo, procedente de Mauritania.
Senegal no es un país pobre, es un país riquísimo, que ha sido empobrecido por las políticas del imperialismo. La llamada crisis de los Cayucos de 2006 perdura, y las cifras sólo han bajado por la política de colaboración con regímenes de África Occidental, a golpe de talonario y armamento de policías que no tienen nada de democrático. ¡100.000 jóvenes han emigrado de Senegal a Canarias desde 1994! Y lo más lamentable es que muchos han acabado trabajando en campos de cultivo o en barcos de pesca europeos.
La ruta de las Canarias es un ejemplo más de cómo, cuando se cierra una puerta a la emigración -como ha hecho el gobierno español en acuerdo con la dictadura de Mohamed VI en Marruecos- se abre otra más larga y más peligrosa. Ha sido el blindaje fronterizo del Estrecho de Gibraltar y de Ceuta y Melilla por la colaboración con Marruecos lo que ha reabierto la ruta de Canarias. Barcelona o muerte, es el lema de la juventud en las playas de Senegal.
«El Mediterráneo es la ruta migratoria más mortífera …, pero también lo es el desierto del Sahara…“así es la vida”
Para el Suplemento de Lucha Internacionalista 174, junio 2021
Entrevistamos a Abdoulaye Diop, trabajador del sector limpieza en las comarcas gerundenses y militante de LI, a la espera -tras 22 años en Catalunya- de la nacionalidad y sin derecho a voto, sufre como muchos de sus compañeros la Ley de Extranjería. Nos analizará/ explicará la situación que está viviendo en Senegal actualmente.
Lucha Internacionalista– ¿Cómo está viviendo la gente en Senegal?
Abdoulaye Diop.– Hace poco que Senegal vivió una nueva crisis. Fue en marzo de 2021. Protestas en todo el país, hace una década que no había disturbios de esta intensidad. Senegal es uno de los países más estables de África occidental, pero su estabilidad no puede ocultar la pobreza existente. Más del 50% de los 14 millones de habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza. Su economía está dominada principalmente por el cultivo de maní, la pesca y los servicios. La pesca es el sector principal de la exportación, pero se ve amenazada por las potencias asiáticas y europeas. Últimamente han descubierto petróleo, pero el gobierno actual ha firmado contratos para su explotación con las potencias extranjeras.
LI– ¿Quién es Ousmane Sonko?
AD.– Ousmane Sonkoha ha conseguido colocarse en la primera línea de la política senegalesa con un discurso de patriotismo, anticolonialismo y panafricanismo, que ha conectado sobre todo con la diáspora y los jóvenes que no encuentran respuestas a sus problemas en la clase política. Sonko, líder de Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF) y diputado muy crítico con el gobierno, que quedó en tercer lugar en las elecciones del 2019, fue detenido en marzo en Dakar acusado de “alteración del orden público” cuando se dirigía al tribunal por una vista en un caso de violación e iba acompañado de cientos de sus seguidores que entonaban cantos en el centro de Dakar. Sonko había sido convocado por el juez tras que el pasado 3 de febrero fuera acusado por una empleada de un salón de masaje de Dakar de un presunto delito de violación y amenazas de muerte. El juez ordenó mantener Ousmane Sonko bajo custodia policial. El líder opositor asegura que esta acusación es un complot perpetrado por el presidente Macky Sall para que no se pueda presentar a las elecciones de 2024 y acabar con su carrera política. El caso ha generado una ola de protestas vinculada con la pobreza, la frustración de la clase trabajadora joven en situaciones de precariedad y la falta de política de empleo.
LI– ¿Qué política tiene el gobierno?
AD.– Senegal es una república presidencial, un país laico, donde el 90% de la población practica el islam y su sociedad conserva una importante estructura de organización tribal. Pero el primer presidente de Senegal era un católico. Hay una buena convivencia, una buena cohabitación religiosa. El actual presidente es Macky Sall, elegido en 2019, y es el cuarto presidente desde la independencia. En el país hay más de 80 partidos políticos.
Senegal ha conocido dos alternancias políticas. La última alternancia fue la llegada de Macky Sall al poder en 2012, quería llevar a cabo un cambio profundo en los planos económico, social y de buen gobierno en relación con la administración de Abdoulaye Wade, presidente de Senegal de 2000 a 2.012.
El objetivo o la ambición del presidente Macky Sall era llevar a Senegal en el camino del desarrollo, pero ha sido un fracaso. Como presidente de Senegal ha generado una decepción, una frustración de la mayoría parte de la clase trabajadora senegalesa.
En 2019 Macky Sall obtuvo un segundo mandato con una elección con fraude. Los senegaleses lo saben, las recientes protestas del país, marzo 2021, demuestran que la mayoría de los senegaleses no lo quieren. El actual gobierno es corrupto. Hay ministros perseguidos por corrupción y desvío de fondos públicos. Hoy la situación es preocupante porque Senegal sufre un gravísimo retroceso democrático, una inseguridad jurídica que amenaza a todos los opositores y activistas políticos. Hoy uno de los grandes problemas es la no separación de poderes, la no independencia de la justicia, y la impunidad. El presidente Macky Sall lo controla todo.
LI.- ¿Por qué emigran los jóvenes?
AD.– La migración senegalesa es básicamente económica por extrema pobreza, por un paro juvenil que se ha agravado con la pandemia, por el mal gobierno que obstruye las perspectivas de las capas más vulnerables de jóvenes, mujeres y niños. Una de las causas del repunte de la emigración senegalesa en cayuco que se produjo el año pasado, son los acuerdos de pesca entre la Unión Europea y Senegal. La pesca industrial, de enormes barcos europeos y asiáticos aplastan, golpean y machacan la pesca artesanal senegalesa. Los pescadores senegaleses no pueden sobrevivir y se ven obligados a migrar en pateras.
Boubacar Seye, activista senegalo-español y presidente de la ONG “Horizonte sin fronteras”, está perseguido, arrestado y encarcelado por exigir que se aclare la gestión de 180 millones de euros donados por Europa para frenar la migración irregular. Seye ha criticado la gestión de los fondos europeos destinados al control migratorio en Senegal.
Hace poco tiempo, Pedro Sánchez presidente del Gobierno, fue a Senegal para acordar con el presidente senegalés la reanudación de los vuelos de repatriación. Una vergüenza. Pues muchos de los migrantes sin papeles serán repatriados a su país después de sufrir un viaje con muchos riesgos.
LI.– Muchos no llegan
AD.– El pueblo africano sufre muerte y abusos en la ruta por el mar. Los horrores que sufren los migrantes subsaharianos en estas rutas han sido invisibles durante mucho tiempo. El Mediterráneo es migrantes pero también lo es para los isleños, ya que en lugar de recibir turistas que traen dinero e impulsan la economía, llegan migrantes que hay que atender con dinero público. Una vez llegan se quedan en un centro de detención, en campamento. Es una especie de prisión. Los inmigrantes llevan días manifestándose en Canarias en contra de los ataques xenófobos que sufren cuando salen del campamento a pasear. Los migrantes de los centros de emergencias son privados de libertad.
Amnistía Internacional ha mostrado su preocupación sobre la “malas condiciones de acogida” en los centros de emergencias, algunos de los cuales ni siquiera reúnen las mínimas condiciones higiénicas.
LI.– Cómo está viviendo desde aquí toda la situación
AD.– Con tristeza. Europa no es un El Dorado. Por culpa de nuestros dirigentes corruptos, del mal gobierno … los jóvenes cogen el camino de la inmigración porque no tienen más remedio. ¿Qué futuro les espera? Muchos países del África subsahariana están perdiendo su juventud y la mayoría no llega a entrar en Europa. Yo detesto la visión catastrófica sobre África, la mirada que se centra en todos los males que azotan al continente.
Muchos países han de cambiar de régimen y debe ser la clase trabajadora la que se movilice y derrote a los gobiernos corruptos.
Ser un sin papeles, ir indocumentado o vivir en Europa en situación irregular es como vivir en una prisión, sin libertad. Los que llevamos muchos años aquí en Catalunya, estamos sufriendo una ley de extranjería que nos ahoga, nos maltrata y nos deja sin derechos.
Senegal ¿Por qué todo se mueve en el país de la Teranga?
* Teranga: hospitalidad en Wolof, lengua nacional de Senegal
Para el Suplemento de Lucha Internacionalista 174, junio 2021
La revuelta de marzo de 2021 en Senegal es el resultado del malestar popular acumulado desde hace décadas y de una población juvenil creciente, en algunos casos bien formada, pero desamparada y sin futuro.
Senegal durante años, ha contado para su desarrollo más en sus recursos humanos que en los materiales. Estos últimos años con el descubrimiento y exploración de petróleo y gas, el país es objeto de la voracidad de inversores nacionales e internacionales, que favorece un clima de lobbys con intereses totalmente opuestos a los de la población.
Criticando y denunciando la mala praxis del gobierno de Macky Sall sobre las concesiones de contratos de petróleo y gas entre otros, el joven inspector de hacienda Ousmane Sonko fue excluido de la función pública, acusado de divulgar secretos del Estado.
Esta beligerancia con el régimen de Macky lo propulsó y creó su partido de los patriotas (PASTEF), que quedó en tercer lugar en las últimas elecciones presidenciales. Se ha convertido en unos de los líderes con más proyección y esperanza entre las clases medias y sobre todo en un sector de la diáspora en Europa.
¿Qué ha fallado en el país de la Teranga para que en una semana se produjera una situación de tensión en la calle que hizo peligrar la famosa estabilidad política del Senegal? Seguro que algunas cosas se han hecho mal desde hace tiempo y por un cúmulo de circunstancias, el vaso se ha derramado. La situación es tan compleja, que el abordaje y comprensión de lo ocurrido merece una mirada amplia y multidimensional para, al menos, percibir algunas pistas de análisis.
Como ciudadano a pie de calle, no quiero que mi mirada se base en percepciones, pero tampoco en las noticias de «tele basura» de algunos medios en Senegal que frivolizan la libertad de expresión y de información. Procuro abordar el tema con datos que ayuden a entender la problemática desde su globalidad y complejidad.
Aunque el PIB per cápita ha aumentado de 1.154 dólares en 2012 a 1.447 en 2019, con una tasa de crecimiento sostenida del 3% de la población a 2020, el país no está bien situado en el índice de desarrollo humano (IDH) de 2019, 0,512 puntos, por debajo del año anterior, en que se situaba en 0,516.
Hoy casi el 60% de la población tiene menos de 20 años y hay más de 100.000 jóvenes de la franja de 15 a 34 años demandantes de empleo cada año, que representan la mitad de la población activa.
El informe de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) revela, que Senegal ocupa la tercera plaza de los 10 países con una tasa de paro más elevada del mundo, un 48%, detrás de Burkina Faso. En 2019, antes de las elecciones presidenciales de Senegal, el diario Jeune Afrique decía que el problema del paro juvenil podría ser el adversario político del Presidente para su reelección, y la bomba que había que desactivar para garantizar la paz social en el país.
La juventud representa más de 50% de la población y hacía falta mucha inversión en materia de educación. Se debería haber invertido mucho en esta juventud para frenar o mitigar la emigración.
La detención de Sonko tras una denuncia de violación hizo salir a la calle cientos de miles de manifestantes en su mayoría jóvenes. El país estuvo muy cerca del caos. Después de haber vivido días de violencia con muertos, los actores políticos y otros ligados al poder se ponen desesperadamente a buscar la paz social, como un bien precioso viendo lo ocurrido en algunos países de la región y del continente con las revueltas populares.
Es obvio y constatable que la gestión política durante seis décadas sólo ha favorecido a la aparición de una pequeña burguesía clientelista, sin capacidad de generar un desarrollo que atenúe la pobreza estructural de las poblaciones vulnerables y sobre todo de la juventud.
El presidente de la República ha tenido la valentía de reconocer su responsabilidad: en una declaración pública reconoció la falta de políticas públicas de empleo de la juventud y convocó un consejo presidencial extraordinario con jóvenes para escuchar, hablar y proponer soluciones.
Pero todo esto será otro discurso solemne, entre los muchos que se han hecho durante décadas. Si no se acompaña con un compromiso político, de hechos reales sostenidos por una gobernanza ética, las palabras se las llevará el viento.
El clima de paz social no se decreta, se construye teniendo en cuenta los diferentes agentes, sus necesidades y capacidades para generar un desarrollo sostenible orientado a satisfacer las necesidades básicas en materia de educación, salud y empleo, en definitiva, el bienestar común compartido.
En esta perspectiva deseable hay que tener en cuenta un actor activo que aporta el 12% del PIB: la diáspora. Esta diáspora que todo hombre reconoce como actor de desarrollo no está aportando el máximo de su potencial por falta de espacios que lo favorezcan. Hay que repensar la relación de las diásporas con el país, que no sea solo proveedora de remesas, sino también actor de transformación social y político por las experiencias vitales adquiridas durante años en los países de residencia.
Amadou Bocar Sam
Daff Diàspra Consulting Services