El 18 de mayo la huelga general en toda la palestina histórica “desde el río hasta el mar”, movilizó decenas de miles de palestinos/as. Hubo masivas manifestaciones en todas las ciudades que fueron reprimidas. La convocatoria, que arrancó de organizaciones de juventud, con un fuerte peso de mujeres, arrastró el apoyo de todos los grupos palestinos, y consiguió la unidad palestina: por primera vez en muchos años se levantaban en los territorios ocupados, y en la Palestina histórica (dentro del territorio de Israel), con la solidaridad de los campos de refugiados en los países vecinos.
Fue una respuesta unitaria del pueblo palestino a los criminales bombardeos aéreos del estado sionista sobre Gaza que mataron a 248 personas, entre ellas 70 menores, destruyeron más de 1.000 viviendas y 17 clínicas y hospitales resultaron dañados.
Pese a esto, después de 11 días de bombardeos, hubo festejos en Gaza por el cese del fuego. Miles de palestinas y palestinos son conscientes de su larga lucha y festejaron un triunfo parcial de obligar a Israel a dejar de bombardearlos. Otra vez no pudieron aplastar la resistencia palestina.
Amagaron que iban a invadir, se quedaron en la frontera y no pudieron entrar. Y esto ocurrió por la gran movilización palestina y mundial en defensa del pueblo palestino. Hasta obreros portuarios italianos se negaron a cargar barcos hacia Israel.
Lo sucedido ha profundizado la crisis del estado sionista y su gobierno. Esto se puso de manifiesto en el desplazamiento de Netanyahu del gobierno.
Mayo de 2021 puede ser un punto de inflexión en la historia de lucha del pueblo palestino. Los enfrentamientos de jóvenes contra la policía israelí en Jerusalén, el desafío de la expulsión de las familias de los barrios de Sheik Harrah o Silwan para librar sus casas a los colonos, la resistencia desde Gaza y las manifestaciones más masivas y sangrantes en Cisjordania desde la Segunda Intifada han sido una reacción en cadena. Israel había cantado victoria con Donald Trump pero la resistencia palestina sigue muy viva y busca cómo expresarse.
La lucha sigue a pesar de la sangrante represión sionista. Más de dos mil jóvenes palestinos han sido detenidos en Israel en las últimas semanas por haber participado en las protestas. En Cisjordania la instalación de una nueva colonia en Beita, al sur de Nablus, que usurpa miles de olivos a las familias palestinas, también es enfrentada con fuertes protestas que han dejado cuatro jóvenes muertos y decenas de heridos.
El nuevo gobierno israelí, de la alianza encabezada por el ultraderechista Naftali Bennett sólo incrementará el maltrato, la humillación y el sufrimiento del pueblo palestino. Al día siguiente de asumir el cargo autorizaba la marcha de la bandera en Jerusalén que fue prohibida el mes pasado por la situación de máxima tensión. Un millar de ultraderechistas israelíes protegidos por la policía israelí desfilaron por la ciudad al grito de “muerte a los árabes”. El primer gesto del nuevo gobierno fue bombardear Gaza. La franja sigue sometida a un férreo bloqueo que impide la entrada de mercancías y personas o a los pescadores trabajar más allá de seis millas náuticas.
Una nueva generación palestina está tomando el relevo. Son los nacidos después de los acuerdos de Oslo de 1993, que supusieron la legitimación de la ocupación y la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como su agente interior, que ha colaborado durante todos estos años con la represión reprimiendo manifestaciones y deteniendo activistas. Un proceso de “paz” que sólo ha servido para intensificar la ocupación y el espolio de las palestinas y los palestinos: en 1993 había en Jerusalén Este cerca de 150.000 colonos israelíes y hoy son más de 220.000. En Cisjordania se han multiplicado por dos en estos años, hasta llegar a los 440.000. Bajo Oslo Gaza se ha convertido en una cárcel a cielo abierto y Cisjordania en una constelación de pueblos y ciudades palestinos en forma de bantustanes aislados por un muro, una red de carreteras y colonias.
La vieja dirección palestina está totalmente desacreditada. Mahmud Abbas se aferra, a los 86 años, a la butaca de la presidencia de un estado que no existe y que solo funciona como una fuerza de represión interior. Su mandato, en nombre de Al Fatah, expiró hace una década y ha aplazado nuevamente las elecciones convocadas para junio. Mohammed Dahlan, su relevo en Al Fatah vive en los Emiratos árabes que firmaron el acuerdo de normalización con Israel. Ismail Haniye, el líder de Hamás, se fue en 2019 de Gaza para instalarse en Qatar. En la Palestina histórica, Manur Abbas, jefe del partido islamista con representación en el parlamento israelí, acaba de firmar un acuerdo de gobierno con Bennet, el representante de los colonos. Es en este marco que la generación nacida tras la traición de Oslo reclama paso.
A estas alturas ya es una evidencia –contra la propaganda vacía de la UE y Estados Unidos- que el proceso de Oslo era una vía muerta y que no hay ninguna posibilidad de convivir pacíficamente con Israel, con un estado racista, basado en un régimen de apartheid institucionalizado. Una amenaza para los pueblos de la región y el mundo entero que ya ha costado demasiado sufrimiento. Por ello seguimos defendiendo la lucha por una salida verdaderamente justa, que es el establecimiento de un Estado único, laico, no racista y democrático en todo el territorio histórico de Palestina.
Pero el pueblo palestino no se enfrenta a un estado ocupante cualquiera. Como decía Joe Biden cuando era congresista en 1986 “si no existiera Israel, Estados Unidos tendría que inventarlo para proteger sus intereses en la región”. Efectivamente, Israel es el portaviones del imperialismo en una zona de gran valor estratégico como Oriente Medio. Por ello el apoyo al pueblo palestino no es solo una cuestión de solidaridad internacional: forma parte de la lucha antiimperialista en todos los rincones del mundo. Desde la UIT-Ci llamamos a redoblar la unidad de acción internacional, en el camino hacia una Palestina Libre, en apoyo al pueblo palestino por los siguientes puntos:
Exigimos la liberación inmediata de todos los presos palestinos encarcelados por la ocupación.
Que los gobiernos rompan relaciones diplomáticas y comerciales con el estado sionista de Israel
Viva la lucha heroica del pueblo palestino
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
21 de junio de 2021