Por Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista/UIT-CI, quien fuera integrante de la Brigada Simón Bolívar
Es noticia que en Nicaragua, el presidente Ortega ha hecho una redada represiva contra figuras políticas que son precandidatos a presidentes opositores y sectores disidentes del sandinismo, muchos de ellos dirigentes históricos de la revolución de 1979 que derribó al dictador Somoza.
El argumento de Ortega es que serían “agentes del imperialismo yanqui” que pretenderían “volver a un “abril de 2018”. En “abril de 2018” hubo una rebelión popular de la juventud trabajadora, campesina, desocupada y las mujeres, enfrentando una reforma jubilatoria o previsional aconsejada por el FMI a Daniel Ortega. Su saldo fue la caída de esa reforma, pero también más de 300 muertos por la criminal represión de Ortega, que la justificó en un supuesto “golpe” con “injerencia yanky”. Ahora repite la misma mentira.
Ortega reprime nuevamente porque teme perder las elecciones de noviembre. Con las y los dirigentes sandinistas disidentes podemos tener diferencias de enfoque desde la izquierda revolucionaria pero lo que no se puede aceptar es definirlos como “agentes del imperialismo”.
Ortega metió presa a Dora María Téllez, que se la considera popularmente una heroína de la revolución del 79. Se la recuerda porque en el año 1978 encabezó, como “comandante dos” la toma del Palacio Nacional de Managua, acompañando al comandante “Cero” Edén Pastora. Luego Dora Téllez dirigió la insurrección en León y fue viceministra de salud del gobierno sandinista. También encarceló a Hugo Torres, otro guerrillero héroe de la revolución. En 1974, Hugo Torres encabezó una toma de una propiedad que sirvió para negociar, nada más y nada menos, la liberación de Daniel Ortega, que llevaba 7 años en la cárcel. Torres fue general del ejército luego de la toma del poder. Luis Carrión, uno de los 9 comandante de la revolución, tuvo que huir del país. Todos forman parte del ex Movimiento de Renovación Sandinista (MRS).
También detuvieron a Cristiana Chamorro, precandidata a presidente, que es hija de Violeta Chamorro, junto a otros candidatos que son opositores burgueses proyanquis. Pero no los detienen porque estén organizando un golpe, ya que a los militares y la policía los maneja Ortega, sino porque le pueden ganar las elecciones.
Desde la izquierda debemos repudiar esta nueva represión. Este es un debate importante porque aún hay sectores de la izquierda y de la centroizquierda mundial que guardan silencio, o que siguen defendiendo a Ortega como si fuera un gobierno socialista o antiimperialista. Cuando estamos frente a una dictadura capitalista y una farsa de “antiimperialismo”.
Los métodos de Stalin para defender una Nicaragua capitalista
A Daniel Ortega y su gobierno le cabe la definición de estalinista burgués. Ortega usa los mismos métodos de la calumnia, la mentira y la difamación que esgrimía José Stalin, encabezando a la burocracia de la ex URSS, para perseguir y asesinar a sus enemigos políticos. Acusándolos de “agentes del imperialismo” o “traidores” de la revolución socialista, empezando por León Trotsky y todos los revolucionarios y siguiendo por toda la oposición de izquierda e intelectuales que se le oponían.
Fue Nahuel Moreno el que elaboró esta definición de “regímenes estalinistas burgueses”, estudiando los triunfos anticoloniales de las guerrillas de Angola y Mozambique (1). Se refería a gobiernos encabezados por un partido o un movimiento que, reivindicándose “revolucionario” o “marxista”, gobiernan dictatorialmente pero para no avanzar al socialismo. En vez de expropiar a la burguesía, gobiernan para ella y las multinacionales.
Eso hace Ortega, gobierna con los métodos del estalinismo, con falso lenguaje “antiimperialista”, para beneficiar a los grandes grupos económicos y hambrear a su pueblo, manteniendo el capitalismo.
El pacto de Ortega con los grandes empresarios y la Iglesia
Basta ver las relaciones que tiene Ortega para confirmar que se trata de una dictadura capitalista. En uno de los países más miserables del mundo, de mayor desigualdad, el país tiene 3 multimillonarios nicaragüenses que figuran en la lista de la revista Forbes. Está el grupo de Carlos Pellas, que es un gran oligarca azucarero, que tiene intereses bancarios, turísticos y concesionarias de autos, etc. El otro es el grupo Pro América, encabeza Ramiro Ortiz, con una fuerte inversión en el sistema financiero del país, que tiene presencia en 9 países. El otro es el grupo de Roberto Zamora, con grandes intereses financieros. Justamente, Ortega retomó el poder en el año 2006, luego de pactar con el derechista ex presidente Arnoldo Aleman, con estos grupos económicos, que integran el Consejo Superior de la Empresa Privada COSEP y con la Iglesia. Es por eso que Ortega anuló el derecho al aborto terapéutico. Nicaragua es el país más pobre después de Haití con el 79,9% de la población viviendo con 3 dólares por día, 27% sobre desnutrición y 1,7% de sus casi 6 millones de habitantes no tienen acceso a electricidad. (2)
Volver a las banderas de la revolución del 79
El desastre social y represivo al que llevó el gobierno Ortega-Rosa Murillo es parte de los fracasos de todos los gobiernos del falso “socialismo del siglo XXI” o “nacionales y populares” de Chávez y Maduro, de Lula-Dilma, de Evo Morales o el peronismo kirchnerista.
La causa de fondo del fracaso del sandinismo de ayer y de hoy hay que buscarlo en su origen. Después del triunfo de la revolución del 79, no quisieron romper con la burguesía y el imperialismo. No quisieron avanzar al socialismo, con el nefasto consejo de Fidel Castro y la dirección del PC cubano.
Por esa razón expulsaron en agosto de 1979 a la Brigada de combatientes Simón Bolívar (3). Fue la primera represión de Ortega. Nuestra corriente trotskista impulsaba otra política buscando avanzar con medidas de ruptura con la burguesía y por el socialismo. Llamativamente fuimos los primeros en denunciar que Violeta Chamorro, que era entonces integrante del gobierno con Ortega, era conservadora y pro norteamericana.
Pero ahora, desde la UIT-CI, no concordamos con la detención de Cristina Chamorro ni los demás presos políticos. Desde ya no creemos que por ahí venga una salida para el pueblo nica. Hay que construir una verdadera izquierda en Nicaragua.
No queda otro camino que retomar la rebelión de abril del 2018 por todas estas reivindicaciones democráticas y sociales, para que se termine esta dictadura y para volver a las banderas por la cuales se hizo la revolución del 79, en la perspectiva de una salida obrera y socialista a la crisis de Nicaragua.
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Ver Nahuel Moreno. Las revoluciones del siglo XX. www.nahuelmoremo.org
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Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
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La Brigada de combatientes Simón Bolívar, combatió en el Frente Sur, tuvo numerosos heridos y tres caídos en combate. En la Costa Atlántica, la brigada en unidad con un comando sandinista independiente, tomó la ciudad de Bluefields. Ver libro edición El Socialista.