Por Prensa UIT-CI
Crecen los hallazgos de cuerpos, principalmente de niños, en los campos de los internados indígenas del siglo pasado en Canadá, a cargo de la iglesia católica en nombre del gobierno, quien financió y promovió dichos internados que funcionaron hasta la década de los 90.
Más de mil cuerpos, sobre todo de niños y niñas, han sido encontrados en los diferentes internados. Estos hallazgos son el resultado de procesos de investigación, en gran parte independientes, en la búsqueda de reparación histórica de lo que fue un verdadero genocidio de los pueblos originarios de ese país en el siglo pasado. Se cree que hay más de seis mil víctimas entre mujeres, niñas y niños.
Los referentes de las Primeras Naciones (como se definen los pueblos originarios) denuncian que en estos internados se producían violaciones, abusos y diversas violencias que buscaban eliminar la cultura ancestral, reeducar la descendencia de las Primeras Naciones en pos de la asimilación colonial. Pero, además, los internados se transformaron en verdaderos caldos de cultivos de múltiples enfermedades como la tuberculosis, gripes o neumonía. Además de la falta de estructura, se le sumaban los planes de alimentación inadecuados que llevaban a la desnutrición en la mayoría de los casos. Todo este régimen de violencia terminó en miles de muertes de mujeres, niñas y niños principalmente, con exclusiva responsabilidad de la iglesia católica y complicidad del Estado canadiense.
Es así que a partir de los últimos hallazgos de este año, gran parte de la población canadiense y principalmente los miembros de las Primeras Naciones, se movilizaron indignados.
El pasado 1 de julio. en el marco de la conmemoración de la independencia del pais, cientos de manifestantes se movilizaron para repudiar el genocidio del siglo pasado, se quemaron iglesias y derribaron las estatuas de la reina Victoria y la reina Isabel II. El Primer Ministro Trudeau tuvo que salir a pedir disculpas en nombre del Estado, pero no fue suficiente, el repudio y la indignación generalizada mantienen movilizadas a las personas, siguen las quemas de iglesias y pedidos de justicia y reparación histórica.