Por La Voz de los Trabajadores, República Dominicana
La transnacional francesa Teleperformance ha cometido uno de los abusos más insólitos en contra de la clase trabajadora de los que tengamos noticias recientes en nuestro país. Los trabajadores han denunciado a través de las redes sociales que su compañero de labores Luis Pimentel sufrió un infarto alrededor de las 9 pm del día 12 de julio, en la sede Larimar, en Santo Domingo. Al no haber personal de salud de guardia, fue necesario llamar al 911. Los agentes de seguridad impidieron a los paramédicos ingresar por no contar con autorización de sus supervisores. Al cabo de 25 minutos de reclamos por parte de los trabajadores, finalmente se les permitió el ingreso pero ya era demasiado tarde.
Entre el momento del fallecimiento y aproximadamente la 1 de la madrugada del día siguiente, el cuerpo inerte del Luis Pimentel permaneció en el lugar. Durante este tiempo, los gerentes y supervisores obligaron a sus compañeros a continuar las operaciones, hasta que el cadáver fue finalmente retirado. Está claro que para los capitalistas es más importante explotar a los trabajadores y sacar ganancias a costa suya sin importar nada más, ni su vida ni su muerte.
Este violento incidente ha generado la justificada consternación e indignación de quienes trabajan para Teleperformance, pero muchos temen alzar sus voces ante la posibilidad de represalias por parte de la gerencia. Lamentablemente el caso no ha sido cubierto por la prensa, quizás por no poner en riesgo contratos publicitarios con la poderosa transnacional. Pero como se desprende de los desgarradores testimonios de los trabajadores, Teleperformance debe ser investigada por su responsabilidad criminal en este caso.
La empresa es la culpable de que se haya presentado esta situación al no contar con un Protocolo de Higiene y Seguridad Industrial, tal y como lo exige el Reglamento 522-06, algo que desde hace años plantea el sindicato SitratelRD. La empresa solo contrata personal médico de guardia hasta las 5 pm. Esta negligencia y abierta violación de las normas debe ser castigada. También es necesaria una investigación para corroborar si la gerencia de Teleperformance RD fue culpable de homicidio involuntario al impedir el ingreso de los paramédicos durante casi media hora a auxiliar a Luis Pimentel. Obligar al resto del personal a continuar laborando junto a su compañero fallecido también demuestra la degradación moral extrema a la que han llegado los explotadores en esta empresa y es un maltrato que debe ser sancionado de acuerdo con las leyes y reglamentos laborales. SitratelRD y Fedotrazonas tienen la responsabilidad de asumir esta lucha contra la impunidad, no hacerlo sería complicidad.
“A Great Place To Work”
Este trágico suceso ha echado por tierra los esfuerzos de años por parte de esta empresa transnacional por vender la imagen de un buen ambiente de trabajo y de un supuesto bienestar de las personas que emplea, a quienes llama “colaboradores”. Términos como “cultura organizacional”, “responsabilidad social corporativa” son lugares comunes en las relaciones públicas de Teleperformance. Sin temor al ridículo, dicen aplicar una “estrategia high-touch” para aumentar la felicidad de los empleados. El dinero que ahorran al no garantizar condiciones seguras de trabajo lo gastan generosamente cuando se trata de publicitar el ambiente laboral de la empresa. Este año pagaron reportajes publicitarios promoviendo su certificación como “Great Place to Work” (Gran Lugar para Trabajar) sobre la base de una supuesta confianza de las personas empleadas en la gerencia, orgullo en sus trabajos y buenas relaciones con sus colegas. Uno de los gerentes de Teleperformance ha dicho este año en uno de estos reportajes pagados: “Entendemos que todos merecen ser respetados y tratados como personas, sin importar de dónde provengan o quiénes sean”.
Es evidente que se trata no solo de la habitual hipocresía de los capitalistas al enmascarar las relaciones de explotación laboral, sino que este vicio se eleva a un nuevo nivel. Teleperformance ha construido una cultura tóxica de vigilancia permanente y el forzoso ocultamiento de la inconformidad de quienes trabajan, bajo la premisa de una alegría obligatoria aunque los salarios sean bajos, no se cuente con atención para emergencias médicas, no haya condiciones seguras de trabajo y se cometan los abusos más escandalosos.
Superexplotación y exenciones tributarias
Teleperformance es una transnacional imperialista fundada y dirigida por Daniel Julien, con más de 380 mil empleados en 83 países. Nada más en el año 2020 reportó 5.73 mil millones de euros en ganancias. En República Dominicana tienen 2,793 trabajadores laborando en las sedes Larimar e Hispaniola.
Para hacernos una idea de la verdadera cultura organizativa de superexplotación capitalista que impera en Teleperformance, tomemos en cuenta que quienes allí trabajan atendiendo llamadas telefónicas y en otras labores tienen un salario de aproximadamente 143 pesos por hora. Los agentes bilingües ganan 173 pesos por hora.
Teleperformance además se beneficia del régimen de zonas francas, por lo que gozan de exenciones tributarias que incluyen el impuesto sobre la renta; impuestos sobre la construcción, contratos de préstamos y registro y traspaso de inmuebles; impuestos sobre la constitución de sociedades comerciales o de aumento de capital; impuestos municipales; impuestos de importación o reexportación; ITBIS; impuestos sobre activos o patrimonio; entre otras exenciones escandalosas.
Llamamos a la solidaridad con las y los trabajadores de Teleperformance y a luchar contra la impunidad de esta poderosa transnacional imperialista.