Por Prensa UIT-CI
En los últimos días miles de personas se concentraron a las puertas de las sucursales de los bancos libaneses para exigir la devolución del dinero que tienen depositado, y al cual no han podido acceder. Diversos medios de comunicación, entre ellos Infobae, se han hecho eco de la situación.
Desde agosto del año 2019 el Líbano atraviesa una de las peores crisis económicas y financieras de su historia reciente. Agravada por la pandemia del Covid19 y la explosión del puerto de Beirut el año pasado, donde murieron unas 200 personas.
Millones de ahorristas, trabajadores, trabajadoras, y jubilados en su gran mayoría, se vieron severamente afectados por la decisión del banco central libanés de bloquear el acceso a sus cuentas en moneda extranjera, se prohibió la transferencia de ese dinero al exterior. Así como por la caída de la moneda del país (Libra) en un 90%. Un “corralito” similar al que vivieron los argentinos y argentinas en el año 2001. También se declararon en quiebra muchas empresas pequeñas y medianas, lo que ha desatado una ola de despidos masivos.
La devaluación de la moneda nacional significó prácticamente la desaparición de los ahorros de toda una vida de trabajo. A los ahorristas con cuentas en dólares sólo se les permite hacer retiros en libras libanesas a un tipo de cambio de 3.900 libras por dólar, mientras que en el mercado negro esta se cotiza hasta en 17.000 libras. Lo que en términos reales significa un recorte de un 80% en el valor de sus ahorros.
Según diversas agencias de prensa, entre ellas Reuter, el banco central se niega a aumentar la tasa aplicada a los retiros de efectivo, hasta tanto el gobierno no presente un plan económico integral. En ese marco, el gobierno libanés, a través del primer ministro Najib Mikati, anunció que pronto se iniciarán conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que supone la instrumentación de un ajuste económico, cuyas consecuencias seguirán cayendo sobre los trabajadores y el pueblo libanés, que ya padecen una inflación galopante.
Además de la crisis económica y financiera, el Líbano confronta una grave crisis política. El pasado mes de septiembre se llegó a un acuerdo para formar un nuevo gobierno, encabezado por Mikati. Desde los días posteriores al estallido del puerto de Beirut en agosto del 2020, el país no había logrado conformar un nuevo gobierno.
Según datos de la ONU reflejados por Infobae, el 78% de la población libanesa vive por debajo del umbral de pobreza. Mientras que 4 millones de habitantes del país corren el riesgo de quedarse sin agua potable.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) apoyamos al pueblo libanés en su lucha porque se le devuelvan sus ahorros, fruto de años de trabajo. Que se nacionalice la banca y se rechace el plan del gobierno de acordar un plan de ajuste con el FMI, el cual significará más hambre, inflación y desempleo para el pueblo trabajado