Por José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista/FITU de Argentina para el El Socialista (1/12/2021)
El crecimiento del Frente de Izquierda Unidad, alianza de cuatro partidos (Izquierda Socialista, PTS, PO y MST) que se reivindican de izquierda trotskista, ha llevado a que nos encontremos con muchísimos nuevos compañeros que nos preguntan de qué se trata esto y si nuestro planteo es realizable. También algunos medios de comunicación han dado su interpretación sobre el trotskismo.
El Frente de Izquierda Unidad viene de realizar una elección histórica. No sólo porque por primera vez tendrá una bancada de cuatro diputados nacionales, sino por su crecimiento en sectores obreros y populares. Esto se expresa en la muy buena performance en el conurbano bonaerense, donde por primera vez tendremos concejales en varios municipios. Y también en la enorme elección del FIT Unidad en Jujuy. Preocupados por este crecimiento de la izquierda, desde los partidos patronales e incluso desde medios de comunicación del establishment se advierte que se trata de “partidos trotskistas”, con propuestas “utópicas” e “irrealizables”. Muchas compañeras y compañeros de trabajo, estudio o de las barriadas populares, que nos han votado, hoy se acercan y nos preguntan ¿qué es esto del “trotskismo”? Y en definitiva, ¿qué es lo que proponemos?
¿Quienes somos?
Los trotskistas somos, simple y sencillamente, socialistas revolucionarios. Venimos, sí, de la tradición marxista de León Trotsky, el gran revolucionario ruso, que junto a Lenin lideró la revolución rusa de 1917. Y que luego se enfrentó a la burocratización llevada adelante por Stalin, que terminó transformando ese inmenso proceso en una feroz dictadura e incluso traicionando revoluciones en otros lugares del planeta. Justamente por liderar la oposición de izquierda a todo esto, León Trotsky fundó la Cuarta Internacional en 1938. Finalmente fue asesinado por esbirros de Stalin en México en agosto de 1940.
Los trotskistas, entonces, somos los que seguimos luchando por un socialismo con democracia para el pueblo trabajador en Argentina y en todo el mundo.
Nos diferenciamos de otras expresiones de la izquierda en que nosotros no nos unimos con los partidos patronales. Ni apoyamos sus gobiernos. Esa es una gran diferencia con lo que han hecho y hacen los partidos comunistas, siempre a la búsqueda del “partido burgués progresista”, “antiimperialista”, “antifascista” o “nacional y popular”, según los momentos históricos. Así, por ejemplo, en nuestro país, actualmente, tanto el Partido Comunista como el PTP o PCR (variante maoísta que impulsa la CCC) apoyan al gobierno peronista de Alberto y Cristina Fernández.
Los trotskistas, por el contrario, nos negamos, por ejemplo, a votar leyes de la burguesía y a ser cómplices de sus planes de ajuste, del saqueo de nuestras riquezas o de la represión a los sectores populares. Estamos por la independencia política de la clase trabajadora. Por eso no tenemos nada que ver, y denunciamos a las falsas izquierdas, que en nuestro continente representan el chavismo, el PT de Lula, el Frente Amplio uruguayo, el MAS de Evo Morales y otras expresiones similares. Pregonan la conciliación de clases, llevando adelante gobiernos del doble discurso (decir una cosa “por izquierda” y luego llevar adelante políticas que benefician a las multinacionales, a los banqueros y el imperialismo), que terminan ajustando y reprimiendo a la clase obrera y el pueblo y que niegan las banderas del socialismo que ellos falsamente proclaman. Los trotskistas somos la izquierda que no tiene nada que ver con todas estas expresiones políticas.
¿Qué planteamos?
Nosotros, en cambio, somos los que afirmamos que el capitalismo es como un cáncer para la humanidad y el planeta, y que mientras exista no hay solución de fondo para ninguno de los problemas que enfrentamos. Por eso impulsamos todas las luchas contra la explotación, la miseria, la opresión patriarcal a las mujeres y a las disidencias sexo-genéricas, el saqueo de los recursos de los pueblos o del medio ambiente Estamos absolutamente convencidos de que cualquier triunfo parcial que obtengamos (y por el que por supuesto luchamos diariamente), nunca será definitivo mientras no hayamos terminado con el sistema capitalista-imperialista. Y que para esto hay que expropiar a los grandes capitalistas, a las multinacionales y a los bancos, poniendo todos esos recursos bajo control de los trabajadores.
Los trotskistas también somos los más consecuentes defensores de la más amplia democracia para los trabajadores y el pueblo, de que todo se decida por la base, en asambleas o en los organismos que hayan creado los propios trabajadores. Por eso combatimos implacablemente a la burocracia sindical y luchamos por nuevos dirigentes en los sindicatos y en los lugares de trabajo.
Y nosotros somos también los que afirmamos que, como el capitalismo imperialista es un sistema mundial de explotación, la pelea también hay que encararla de esa forma. Por supuesto que sabemos que las peleas y las revoluciones empiezan en algún lugar y tienen las particularidades locales e históricas de cada país. Pero estamos convencidos que cada movilización que estalla o triunfa en cualquier lugar del mundo nos deja más fuertes para nuestras propias peleas. Por eso apoyamos y somos solidarios con todas las luchas del mundo. Y también planteamos la necesidad de construir una organización internacional en base a unir a los revolucionarios del mundo. Esta es la tarea que impulsamos desde Izquierda Socialista y la UIT-CI*.
¿Cuál es nuestro programa?
Los socialistas revolucionarios luchamos por un programa alternativo, obrero y popular, que se pueda poner en marcha inmediatamente, aquí y ahora. Nuestras propuestas no tienen nada de utópicas. Por el contrario, decimos que lo utópico es seguir con el saqueo, la explotación, los pagos de deuda y afirmar que así va a haber prosperidad para el pueblo trabajador.
Los trotskistas creemos que solo con la movilización obrera y popular podremos lograr cambios de fondo. No creemos en soluciones parlamentarias ni en apoyos a medidas de gobiernos patronales.
Nosotros, por el contrario, decimos que hay que luchar por dejar de pagar la usuraria, inmoral e ilegal deuda externa y que hay que romper con el FMI, ese organismo cuya única función es imponernos planes de ajuste. Que hay que cobrarles fuertes y reales impuestos a los grandes empresarios y a la riqueza. Que hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior. Que hay que reestatizar las privatizadas y ponerlas a funcionar bajo gestión de sus propios trabajadores y las organizaciones de usuarios. Que hay que implementar un gran plan de obras públicas, empezando por la construcción de viviendas populares. En definitiva, postulamos que los grandes empresarios, los ricos y el imperialismo dejen de controlar la política y la economía.
¿Y todo esto para qué? Para que el pueblo trabajador viva dignamente, con salarios y jubilaciones que cubran lo necesario, con salud y educación pública de calidad y para todas y todos, con viviendas adecuadas para cada núcleo familiar.
Para avanzar en ese camino los trotskistas llamamos al pueblo trabajador a que deje de apoyar al peronismo y otras variantes patronales. Impulsamos la construcción de un partido revolucionario como Izquierda Socialista, que llama a fortalecer la unidad de la izquierda en el FIT Unidad como una nueva alternativa política.
En síntesis, la propuesta de la izquierda trotskista es que gobiernen los que nunca gobernaron: las y los trabajadores, la juventud y el pueblo, y no los empresarios, los ricos y los privilegiados, responsables de la creciente pobreza y decadencia del país. Para lograr una Argentina Socialista y empezar a organizar la economía en forma socialista, planteando desde ahí la unión a todos los pueblos explotados y oprimidos de Latinoamérica y el mundo.
* Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional.