Por Prensa UIT-CI
El pasado 28 de abril se cumplió un año de la heroica rebelión popular del pueblo colombiano contra el gobierno de Iván Duque. Aquel fue el estallido social más grande en Colombia desde el paro cívico de 1977.
Las movilizaciones del año pasado en Colombia estuvieron marcadas por la gran adhesión de amplios sectores de la clase trabajadora, indígenas, campesinos, afros, jóvenes y mujeres, contra la reforma tributaria y el paquetazo económico antipopular. Pero también contra la sistemática violación de los derechos humanos, orquestada tanto por las fuerzas de seguridad del Estado como por grupos paramilitares aupados por el gobierno. Hoy hay un gran escándalo en Colombia ya que efectivos militares han reconocido públicamente que asesinaron a cientos de civiles para luego presentarlos como guerrilleros abatidos en combate, en lo que se conoce como “falsos positivos”, con el objetivo de ser recompensados con ascensos, distinciones y otros privilegios.
Algunas de las exigencias del paro nacional, además de derogar la reforma tributaria que aumentaría impuestos y afectaría a los estratos sociales más bajos, fueron la matrícula cero para los jóvenes que desearan entrar en universidades, cese de la violencia, reforma policial, desmontaje del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y cumplimiento integral del Acuerdo de Paz.
Las masivas jornadas de protesta del año pasado, tuvieron un saldo de cientos de heridos y detenidos, y al menos 44 civiles muertos, según informes de la ONU.
La movilización fue convocada originalmente por el Comité Nacional de Paro en el cual se agrupan las distintas centrales sindicales del país, la Fejuve, que agrupa a los docentes, y organizaciones políticas como Dignidad y el Pacto Histórico que encabeza Gustavo Petro. Sin embargo, la dirección burocrática del paro fue superada por la poderosa movilización popular. Lo que en principio sería un paro de un día, convocado para el 28 de abril, se convirtió en la práctica en una semiparalización del país durante dos meses, a pesar del rol desmovilizador del Comité de Paro.
El primer aniversario de la rebelión popular se produce a tan solo un mes de las elecciones presidenciales pautadas para el 29 de mayo, en las cuales el candidato de la centroizquierda, Gustavo Petro, aparece encabezando las encuestas.
A pesar de que Petro y el Pacto Histórico llamaron a no movilizarse en el aniversario del estallido social del año pasado, con el argumento de “no darle pretextos al gobierno para suspender las elecciones”, en varias ciudades del país se realizaron actos, concentraciones y movilizaciones en conmemoración del primer aniversario de aquel estallido que mantuvo en vilo a toda Latinoamérica. Las acciones fueron desde movilizaciones hasta pequeños actos o acciones artísticas para recordar que sigue latente aquella chispa que encendió al país durante más de dos meses. El gobierno de Duque respondió a las actividades con represión, resultando heridos y detenidos en varias ciudades.
A un año del inicio de la rebelión popular que tiró por tierra la reforma tributaria impulsada por Duque, sigue pendiente la necesidad de profundizar las acciones y movilizaciones para derrotar el ajuste y la represión, y construir una verdadera alternativa política de la clase trabajadora y los sectores populares, de izquierda y socialista. Una alternativa política que organice a los que luchan y plantee un programa de salida a la crisis, para que no la pague la clase trabajadora.