Por Miguel Ángel Hernández Arvelo, dirigente de Partido Socialismo y Libertad /PSL-sección de la UIT-CI de Venezuela
El próximo domingo 19 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. Las encuestas dan un empate técnico entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.
En la primera vuelta, celebrada el pasado 29 de mayo, Gustavo Petro, candidato de la alianza centroizquierdista Pacto Histórico, obtuvo el 40,32% de los votos (8.527.768) y Rodolfo Hernández, empresario y exalcalde de Bucaramanga, el 28,15% (5.953.209).
La votación de Petro es la más alta obtenida alguna vez en la historia de Colombia por un candidato que se reivindica de izquierda. En un país dominado históricamente por la derecha proimperialista, antes por el Partido Conservador y el Liberal, y más recientemente por el uribismo, esto tiene una especial significación.
El otro dato importante es que los grandes derrotados del proceso electoral colombiano fueron Alvaro Uribe, el actual presidente Iván Duque, y su partido Centro Democrático, que después de ganar 4 de las últimas 5 elecciones presidenciales, ni siquiera presentó candidato propio en estas elecciones.
El precandidato del uribismo, Oscar Iván Zuluaga se retiró de la consulta para la escogencia de los candidatos de las distintas alianzas electorales, del 13 de marzo pasado, la cual se realizó simultáneamente con las elecciones parlamentarias, en las que el uribismo pasó de ser la principal fuerza en el congreso al cuarto lugar. De 19 senadores y 32 representantes que tenían, terminaron en las últimas parlamentarias con 14 y 16, respectivamente.
La segunda vuelta presidencial se realizará a dos meses de cumplirse un año de la heroica rebelión popular del pueblo colombiano contra el gobierno de Iván Duque, que comenzó el 28 de abril del 2021. El más grande estallido social en Colombia desde el paro cívico de 1977.
El triunfo de Petro y la derrota del uribismo en la primera vuelta, son expresión distorsionada de aquella rebelión, y reflejan los anhelos de cambio que pusieron dramáticamente en evidencia las movilizaciones del año pasado en Colombia, las cuales estuvieron determinadas por la incorporación masiva del pueblo, los trabajadores y los jóvenes de ese país contra la reforma tributaria y el paquetazo económico antipopular; pero también contra la sistemática violación de los derechos humanos, orquestada tanto por las fuerzas de seguridad del Estado como por grupos paramilitares aupados por el gobierno.
Las elecciones en Colombia se llevarán a cabo con el telón de fondo de la rebelión popular del año pasado, mientras se mantienen latentes las causas que originaron aquel estallido social que por más de 2 meses recorrió las ciudades y pueblos colombianos.
Creemos que en esta segunda vuelta es necesario terminar de derrotar al uribismo, así como a la derecha representada por Rodolfo Hernández. De hecho, ya Federico Gutiérrez “Fico”, quien fuera respaldado por el uribismo y algunas figuras políticas ligadas al Centro Democrático y a Uribe, comenzaron a manifestar su respaldo a Hernández. Por ello es importante derrotar a los sectores más de derecha. Y creemos que esto solo es posible votando masivamente por Gustavo Petro.
Este llamado, lo hacemos desde una posición crítica, y sin dar un cheque en blanco al candidato del Pacto Histórico. No podemos olvidar que Petro en el momento más álgido de la rebelión popular del año pasado, cuestionó públicamente los bloqueos de calles. Dijo que no estaba detrás de las movilizaciones que se estaban llevando a cabo, y en ningún momento asumió la consigna de “Abajo Duque”, que importantes sectores del pueblo movilizado estaban planteando. Y presenta un programa de gobierno bastante limitado, que no ataca los principales problemas del pueblo trabajador colombiano.
Acompañamos el voto de millones de trabajadoras, trabajadores y jóvenes colombianos. Respetamos que vean en Petro una posibilidad de cambio, sin embargo les decimos a todos ellos que lamentablemente el de Petro y el Pacto Histórico, será un gobierno de conciliación de clases, de doble discurso. Como Boric en Chile, Castillo en Perú o como un posible nuevo gobierno de Lula en Brasil. Gobiernos que mientras tienen un discurso aparentemente “popular” y “progresista”, pactan con la burguesía y las transnacionales, y continúan ajustando a los pueblos.
Petro ha sido claro al afirmar que no tocará la propiedad privada de los medios de producción, es decir, a los grandes grupos económicos, financieros y terratenientes, reproduciendo la explotación capitalista. En un país donde hay una gran concentración de la riqueza, y con el nivel más alto de pobreza y desigualdad en América Latina. «Jamás he pronunciado la palabra expropiación», dijo en uno de los debates con los otros candidatos. Incluso, junto a la candidata a vicepresidenta Francia Márquez, firmó en una notaría un compromiso de no expropiar. Además, plantea mantener los tratados de libre comercio suscritos por Colombia, renegociándolos, perpetuando así la dominación imperialista.
Manteniendo la economía en manos de los grandes grupos económicos, como propone Petro, no habrá solución para el pueblo, los trabajadores, trabajadoras, campesinos y jóvenes colombianos, por eso hay que seguir luchando, tal como se hizo el año pasado desde abril. Seguir peleando contra la explotación capitalista y por los principales reclamos obreros y populares.
Colombia es un país que durante décadas ha sido gobernado por partidos burgueses de derecha conservadora y liberal (Uribe, Santos, Duque, entre otros) totalmente entregados al imperialismo norteamericano. Años de aplicación de paquetazos de ajuste han sumido al pueblo en la pobreza y la más despiadada explotación, amparada en la violación sistemática de los derechos humanos, los falsos positivos, la violencia paramilitar y estatal.
Como ya hemos venido diciendo, este llamado a votar por Petro no significa que abriguemos expectativas en un eventual gobierno del candidato del Pacto Histórico, pero su triunfo, sin duda, abriría un período de esperanza y altas expectativas en el nuevo gobierno. A los millones de personas que votarán por Petro les decimos que hay que seguir movilizados, confiar en sus propias fuerzas, no esperar que del gobierno vengan las soluciones, continuar exigiendo las reivindicaciones que inspiraron la rebelión del pasado año, y cuya solución sigue pendiente. El pueblo colombiano debe mantenerse movilizado por sus urgentes reclamos; construyendo una alternativa revolucionaria, y en la perspectiva de luchar por un Gobierno de las y los Trabajadores y el Pueblo.