Por Prensa UIT-CI
Como parte de la campaña que impulsa la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional en solidaridad con el pueblo haitiano y contra la intervención imperialista en ese país, se realizó el miércoles 2 de noviembre el Foro titulado ¡No a la intervención imperialista en Haití!, con la participación de dirigentes y activistas de Haití, Brasil, Chile, Argentina y República Dominicana.
Abrió las intervenciones desde Argentina el diputado nacional electo Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U). Giordano destacó la importancia de la marcha realizada más temprano ese día hacia la embajada estadounidense en Buenos Aires para rechazar la intervención imperialista en Haití. En dicha marcha participaron organizaciones populares y de izquierda argentinas, encabezados por la histórica luchadora por los derechos humanos Nora Cortiñas.
Giordano recordó que durante los gobiernos del kirchnerismo, militares argentinos participaron en la ocupación de Haití a través de la Minustah, algo que siempre repudió la izquierda, así como ahora se rechaza la posibilidad de una nueva intervención. Trazó un paralelismo entre el aumento a los combustibles impuesto por el FMI en Haití con los acuerdos entre el gobierno argentino y el FMI, que implican terribles ajustes contra el pueblo trabajador. También se mencionó la propuesta de resolución de la bancada parlamentaria del FIT-U en la Cámara de Diputados de Argentina, en rechazo a la intervención imperialista en Haití. Finalmente, reiteró que Izquierda Socialista como parte de la UIT-CI continúa en plena disposición de acompañar todas las iniciativas internacionales de solidaridad con el pueblo haitiano y su heroica resistencia.
Mario Maisonneuvre, dirigente del Movimiento Socialista de Trabajadores Haitianos-Red de Organizaciones Populares de la Zona Oeste (MSTH-ROZO), denunció que en las últimas dos semanas la represión ha sobrado la vida de al menos16 personas. Entre las víctimas está un dirigente político opositor al gobierno de facto de Ariel Henry, también ha habido atentados contra la prensa. Se agrava la crisis alimentaria, la inflación aumenta sin control, se aumentó a más del doble el precio de los combustibles. La situación es insostenible y a la crisis social se suma la crisis de dirección política, desde el MSTH-ROZO se intenta aportar a superarla uniendo esfuerzos con otras organizaciones populares y de izquierda para plantear una alternativa.
La descomposición del Estado es muy profunda, por la confluencia entre intereses mafiosos y del gobierno de facto, que cuenta con el apoyo del imperialismo estadounidense. El sistema judicial ha sido destruido por este régimen. El gobierno cobra un impuesto alto a las remesas y no se conoce el destino de esos fondos. Como la situación es insoportable, el régimen apela a una nueva intervención militar internacional para sostenerse. “Seguiremos en la lucha y necesitamos la solidaridad internacional”, subrayó.
Bárbara Sinedino, dirigente sindical docente y de la Corriente Socialista de los Trabajadores (CST), intervino desde Brasil, recordando que la anterior intervención imperialista a través de la MINUSTAH fue encabezada por los gobiernos de Lula y Dilma, del PT, durante más de 13 años. Señaló que esta invasión no solucionó ninguno de los problemas del pueblo haitiano y dejó en pie mecanismos para la interferencia en Haití, como el Core Group, que mantiene el control de las decisiones políticas más importantes en ese país.
El gasto militar que supuso la ocupación de Haití podría haberse utilizado para mejorar las condiciones de vida de la población, como prevenir y solucionar los problemas causados por los terremotos, en cambio se invirtió millones en reprimir y violar los derechos del pueblo haitiano, siendo la epidemia de cólera una de las consecuencias de la ocupación extranjera. Los soldados brasileños fueron responsables de llevar a cabo masacres en los barrios populares haitianos, como en Cité Soleil. La intervención en Haití también fue utilizada como una forma de entrenamiento para militarización de las favelas y periferias del propio Brasil, donde la represión se dirigió contra la juventud negra y pobre.
A su vez, la militarización de las favelas fue una de las políticas de Lula y Dilma que terminó fortaleciendo a la extrema derecha que llegó al poder en la elección de Bolsonaro, en 2018. Militares que participaron en la invasión de Haití y en las operaciones en las favelas en Brasil luego formaron parte en estos últimos 4 años del gobierno de Bolsonaro. En las elecciones recientes, la CST llamó a votar críticamente por Lula para derrotar a Bolsonaro, pero sin apoyar los pactos de Lula con Biden y el imperialismo, sin apoyar las políticas de conciliación de clase y exigiendo la salida de Brasil del Core Group. Planteó que desde la CST se promueve enfrentar con la movilización de los trabajadores cualquier intento golpista en las calles y que se mantendrán en solidaridad con la lucha del pueblo haitiano.
La diáspora haitiana también participó desde República Dominicana y Chile. Roudy Joseph, del colectivo HaitianosRD, quien compartió una posición unitaria fijada por varias organizaciones sociales haitianas en República Dominicana, rechazó la posibilidad de una nueva invasión militar contra Haití. Recordó que la ONU nunca ha pagado indemnizaciones por los crímenes cometidos en la anterior intervención, inicialmente anunciada para seis meses pero que duró más de una década. Alertó que actualmente también se habla de una intervención “táctica” de corta duración, pero ese antecedente ilustra que puede dar pie a una intervención de largo plazo. También repudió la violencia mafiosa de las pandillas, cuyo auge es una consecuencia de la ocupación entre 2004 y 2017, impuesta para apoyar al régimen surgido del golpe de Estado contra Aristide. La intromisión política del Core Group, que opera como un organismo colonial, ha sostenido al régimen del PHTK, demostrando que la injerencia extranjera es parte fundamental del problema y no de la solución en Haití.
Llamó a exigir a nivel internacional que los gobiernos imperialistas dejen de apoyar al gobierno de facto y que se respeten las decisiones del pueblo haitiano, que se pague indemnizaciones por los crímenes que han perpetrado los gobiernos de EEUU y Francia contra el pueblo haitiano y que se anule la deuda externa de Haití, para que esos recursos se puedan utilizar para la reconstrucción del país.
Jackson Fils, del Movimiento Socialista de las y los Trabajadores de Chile, mencionó algunos antecedentes históricos de la actual crisis en Haití. En 1843 se generó una crisis por el descontento campesino ante las promesas incumplidas del gobierno, otras crisis similares ocurrieron en 1867, 1946-56 y finalmente en 1986 con la caída de la dictadura duvalierista. Se trata de crisis sistémicas en las que se cuestiona un Estado comprometido con la burguesía nacional e imperialista. La respuesta de la burguesía ante estas crisis ha sido la represión. La crisis actual se pretende superar aplastando la protesta popular mediante la ocupación militar extranjera, por eso hay que continuar la movilización para que se vaya Ariel Henry. “Este foro me da más ganas para seguir creyendo que a pesar de las malas condiciones que existen en Haití, las movilizaciones no van a parar, vamos a luchar contra la invasión extranjera y contra el régimen actual”, expresó.
Ingrid Luciano, del Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores de República Dominicana, quien moderó la actividad, también enfatizó la importancia de oponerse a la invasión de Haití, especialmente en países con gobiernos derechistas como el de Luis Abinader, que de manera permanente utilizan los organismos multilaterales como la ONU y la OEA para pedir la ocupación militar de Haití. Para cerrar el foro, leyó un extracto de la declaración de la UIT-CI apoyando la autodeterminación del pueblo haitiano y que se logre un gobierno de los trabajadores y el pueblo para salir de la crisis. Anunció que la campaña continuará en cada uno de los países en los que está presente la corriente internacional, realizando acciones en solidaridad con el pueblo de Haití y contra la intervención militar imperialista.