Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional
15/11/2022. En el marco de la continuidad de las manifestaciones que tomaron las calles de las principales ciudades iranís, tras el asesinato de Mahasa Amini por la policía del régimen, el Tribunal Revolucionario de Teherán condenó a muerte a un manifestante.
Los tribunales revolucionarios son organismos paralelos del régimen dictatorial y teocrático de Irán que resuelven sobre los crímenes políticos. Fueron creados para “proteger la república islámica” ante ataques al régimen y la religión que gobierna el país. Son conocidos en el mundo como organismos corruptos que crean juicios con acusaciones falsas, montando pruebas, torturando a los acusados para que declaren, y así poder aleccionar al pueblo.
Uno de los más de 15000 detenidos desde que comenzaron las protestas, fue condenado a muerte tras ser acusado de quemar oficinas gubernamentales. El régimen lo denuncia por el delito contra la “seguridad nacional, y ser enemigo de Dios y de corrupción en la tierra”, por lo que la condena es la horca. El mismo destino se espera para otros cinco manifestantes, de los cuales de ninguno se conoce la identidad.
Esta condena atroz se suma a la terrible política represiva que encara el régimen, con más de 15000 detenidas y detenidos, cientos de muertos en las protestas tras la represión policial, y diversas formas de atentar contra los derechos humanos.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional, repudiamos la condena sobre el manifestante iraní, alertamos sobre las posibles condenas sobre los demás detenidos y detenidas. Exigimos la liberación de todas las personas presas políticas. Llamamos a todas las organizaciones que se reclaman democráticas, de izquierda, a los sindicatos, organizaciones de mujeres y LGBTI+ a pronunciarse contra esta condena y elevar el repudio a la escalada criminal de violencia del régimen iraní y solidarizarse con los pueblos de Irán movilizados.