Por Prensa UIT-CI
«Rusia está destruyendo las minas de la zona ocupada del Donbás»
Encontramos a Dimitri y Natalia en Dobropilia, una ciudad de la región de Donetsk que ha crecido alrededor de las minas de carbón. Antes de la guerra tenía unos 65.000 habitantes y desde la invasión rusa que empezó hace un año quedan unos 25.000, además de unos 6.000 desplazados que han huido de otras localidades del Donbás. El frente se encuentra ahora mismo en la ciudad de Bakhmut, a unos 80 kilómetros. Les entregamos alimentos básicos por valor de 1.500 euros que compramos juntos en Dobropilia y ellos se encargarán de distribuir.
Lucha Internacionalista (UIT-CI)- ¿Cuál era la situación de los mineros de Dobropilia antes de la invasión rusa?
Dimitri Zeleniy- Antes de la guerra el principal problema que teníamos que afrontar era la corrupción y la injusticia en el sector energético y particularmente en el sector minero de Ucrania. En Dobropilia tenemos seis minas de carbón que pertenecían todas a DTK, la empresa del oligarca Rinad Ahmetov [la principal fortuna de Ucrania según la lista Forbes]. Hace dos años la empresa abandonó cinco minas, que pasaron a ser propiedad pública y sólo se quedó la más rentable. De las cinco minas públicas sólo una sigue en funcionamiento, y en condiciones muy precarias. El estado debería ser líder en tecnología y condiciones laborales, pero lamentablemente no es así, y los mineros de DTK están en mejores condiciones. En 2020 hicimos una gran manifestación ante el palacio presidencial en Kiev exigiendo al gobierno de Zelenski que dejara de importar carbón de Rusia porque nos encontrábamos con que el carbón del Donbás bajo control ruso es de mejor calidad y todos los almacenes de Ucrania estaban llenos de él, mientras que nosotros teníamos muy poca producción. Esa lucha la ganamos.
LI- Y en particular, ¿cómo estaban las mujeres en las minas?
Natasha Antonevskaya – Yo trabajé 16 años en la mina antes de la guerra: era activista sindical y me ocupaba de la rama de juventud. Estuve encabezando una lucha para que las mujeres pudiéramos trabajar en la mina, cuando cambió la ley que prohibía a las mujeres realizar trabajos considerados peligrosos. Aunque tenía derecho, la dirección de la mina no me permitió el trabajo subterráneo y me pusieron en un equipo de electricistas donde eran todos hombres y así estuve muchos años. Organizamos muchos seminarios y formaciones sobre derechos laborales, así como sobre los derechos de la mujer. Yo soy sindicalista pero también activista feminista. Así fue como hace cuatro años conocí Iniciativas Laborales y me puse a organizar la oficina local de Dobropilia. Desde el principio empezamos a trabajar sobre todo con sindicatos independientes, no sólo de mineros sino también del sector sanitario y otros. Abrimos un club llamado Real Women, donde había una abogada, una psicóloga y organizábamos seminarios con mujeres para explicarles que no sólo son trabajadoras, madres y esposas, sino que tienen sus derechos.
LI- ¿Cómo está ahora?
DZ- Depende mucho de la situación en el frente. Desde que empezó la invasión nos estamos preparando para que nuestra ciudad se convierta en un campo de batalla. Depositamos toda nuestra esperanza en el ejército ucraniano, que en buena parte está formado por mineros de nuestra región. Nos falta fuerza de trabajo por culpa de la guerra. En primer lugar, porque no es muy atractivo trabajar de minero, por los bajos salarios (unos 1.500 euros mensuales brutos para la gente que trabaja en la mina, unos 400 para los que realizan trabajos en el exterior) y las condiciones de trabajo, con mucho de peligro. Pero esperamos que después de la victoria de Ucrania, con la actual crisis energética global, y también con las medidas anticorrupción que han empezado a adoptarse desde el gobierno, aunque sabemos que no se resolverán los problemas de inmediato, las minas de carbón podrán desarrollarse en el futuro. Ciudades enteras dependen de las minas, toda su vida funciona gracias a la mina, que es la única industria que tenemos. Ahora está cayendo la producción minera, especialmente en las minas de propiedad estatal, y como sindicalista, ahora nuestra prioridad es hacer que las minas simplemente sigan abiertas, más que desarrollarlas. Debemos vivir al momento y tener esperanza. Y al mismo tiempo preparar el futuro, que es lo que no está haciendo el ministerio de Energía ucraniano. Esperamos que después de la guerra Ucrania dejará de importar carbón y gas de Rusia y podrá aumentar la producción de nuestras minas.
LI- ¿Qué hace ahora Iniciativa Laboral?
N.A.- El 26 de febrero, dos días después del inicio de la invasión, hicimos una reunión del club de mujeres y acordamos convertirlo en un centro de voluntarios para la distribución de ayuda humanitaria y la acogida de los refugiados que llegaban de Mariúpol, Kramatorsk y otros pueblos del Donbás. Como teníamos muchos contactos en otras localidades por las actividades de formación pedimos ayuda a todos, ONG y fundaciones de solidaridad. El Centro de Solidaridad de Iniciativas Laborales decidieron financiar nuestra oficina, gastos de gasolina y así pudimos acoger a refugiados y distribuir ayuda humanitaria. A diferencia de otras muchas organizaciones, no hubo despidos en Iniciativas Laborales, e incluso hubo que ampliar la plantilla. A finales de marzo decidieron trabajar con el Sindicato Independiente de Mineros de Dobropilia y desde entonces lo hacemos todo juntos. Las mujeres del club como voluntarias ayudamos a la acogida de los refugiados, en el reparto de la ayuda humanitaria y también cocinamos para soldados. Ahora hemos decidido continuar el trabajo como centro de defensa de los derechos laborales. El 20 de febrero tendremos un seminario sobre las leyes marciales y cómo afectan a los trabajadores y trabajadoras. También participaré en un encuentro de organizaciones de mujeres de la región, llamado “Coalición 13/25 Mujeres, Paz, Seguridad” en referencia al número de la propuesta de ley sobre derechos de la Mujer que hemos presentado en el Parlamento, para abordar la violencia contra las mujeres y sobre todo la violencia sexual.
LI- ¿La ayuda que os hemos traído a quién irá a parar?
NA- La distribuiremos entre las familias de los soldados que han muerto en la guerra en el Donbás. 63 familias recibirán un paquete completo de alimentos básicos. Es una ayuda significativa en la difícil situación que estamos viviendo.
LI- Antes decías que hay muchos mineros en el ejército ucraniano que combate la invasión rusa en el Donbás. ¿En qué situación están?
DZ- Sí, mi hijo mismo está en el frente y conozco personalmente a 100 mineros de Dobropilia que ahora mismo están combatiendo. Los primeros meses fueron los más difíciles. La gente se integró en la Defensa Territorial y no tenía nada, ni siquiera uniformes, cascos o chalecos. Muchos mineros fueron movilizados y desde el principio el sindicato se puso a trabajar para equiparlos, alimentarlos…. no sólo ayudamos a los mineros locales sino a todos los soldados que han sido movilizados en esta región. Trabajamos también con los sindicatos mineros de Khryvyi Rih, Pavlograd y también con las demás regiones. Desde el sindicato compramos 42 chalecos antibalas, que entonces eran muy difíciles de conseguir, para protegerlos. Los compañeros del oeste de Ucrania nos hicieron llegar uniformes de muy buena calidad y nuestra prioridad fue entregarlo a quienes más lo necesitaban, fueran o no afiliados de nuestro sindicato. Antes de la guerra había una competencia entre las dos centrales sindicales y nosotros aquí en Dobropilia teníamos el 58% de los afiliados, pero ahora esto no cuenta. Aquí la gente está aún más motivada para contribuir a la defensa de Ucrania porque su casa está muy cerca del frente. Ahora están todos en el ejército regular: desde junio las unidades de defensa territorial están integradas en el ejército y ahora la situación es diferente.
LI- ¿Cuáles son vuestras principales demandas al gobierno Zelenski hoy?
DZ- Hoy estamos combatiendo a Rusia en el frente, pero al mismo tiempo combatimos las leyes antiobreras del gobierno ucraniano. Han impulsado una reforma laboral contra los trabajadores: atenta contra derechos laborales y sindicales. Ahora tenemos algunas leyes laborales importantes que no queremos perder. Hemos hecho varios llamamientos a diferentes organizaciones internacional de defensa de los trabajadores para que nos apoyen en esta lucha contra estas leyes. Queremos que la integración en la UE tenga también en cuenta los derechos laborales: que los derechos que tenemos ahora no desaparezcan.
LI- ¿Cuál es tu mensaje para los mineros en todo el mundo?
DZ- Durante el Maidán entré con mi mujer en una tienda, donde había un libro para que la gente escribiera sus deseos para Santa Claus. Escribí “paz en el mundo”, como quien dice cualquier cosa. Ahora entendemos lo importante que es la paz.
LI- ¿Cómo crees que debería resolverse el conflicto en el Donbás?
DZ- Sólo la completa victoria de Ucrania y el regreso de todos los territorios a Ucrania, incluido el Donbás y Crimea puede ser una solución. Debemos luchar por nuestra independencia, nuestra autodeterminación. Por ejemplo, en las zonas bajo ocupación rusa en Lugansk, está la mina que produce el carbón de mayor calidad, la antracita, y muchas más que producen el mejor carbón del país. Producían 14 millones de toneladas al día. Hoy está destruida e inundada con agua: es lo que ocurre cuando las minas se abandonan, y después ya no se pueden recuperar. Lo mismo ocurre en todas partes: todas las industrias que están bajo la ocupación rusa han sido abandonadas. Queremos ser parte del mundo civilizado, los conflictos no deben resolverse primero con una invasión militar y después realizar un referéndum. Primero debería haber negociaciones civilizadas y después referéndum, pero Rusia ocupó el Donbás el 2014.
LI- ¿Quiere añadir algo más?
DZ- Muchas gracias por vuestra ayuda, estamos muy agradecidos por su trabajo. Lo importante es quien está a nuestro lado. Debemos hacer todo lo necesario para ganar el futuro.
NA- Los trabajadores de todos los países debemos unirnos en la lucha por nuestros derechos.