Por Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
24/8/2023. La candidata correísta Luisa González obtuvo la mayoría de votos en la primera vuelta de las elecciones anticipadas alcanzando el 33,25% de los votos totales. La sorpresa la dio el candidato gran empresario Daniel Noboa, del Movimiento ADN de centroderecha, que obtuvo el segundo lugar con el 23,73%. Esto hace a Noboa posible triunfador en segunda vuelta, que se realizará recién el 15 de octubre, dado que podría sumar los votos anticorreistas.
En una votación bastante dispersa, fue tercero con 16,51% Christian Zurita, reemplazante de candidato recientemente asesinado y cuarto el derechista Jan Topic, con 14,68%. La centroizquierda ecologista y representando a organizaciones indígenas y campesinas, de Yaku Pérez sacó el 3,9% (había sacado 19% en elecciones de hace dos años en febrero 2021).
Además de las elecciones presidenciales y legislativas anticipadas, también se llevaron a cabo consultas populares una sobre explotación de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, que salió triunfante el SI dejar de explotar petróleo con el 60% de votos. Y otro sobre el Chocó Andino donde ganó la opción de prohibir la minería metálica. Paradójicamente, estas votaciones por preservar la naturaleza van totalmente en contra de las propuestas de los candidatos más votados y de los últimos gobiernos, incluyendo el de Correa que acordó explotación petrolera con empresa china en Yasuni.
Yaku Pérez es el único candidato que sí defendió esas propuestas que triunfaron, aunque la mayoría de los que votó por eso, no votaron por Yaku Pérez, mostrando la gran confusión política. Yaku Pérez con su movimiento Somos Agua tuvo el apoyo electoral de Pachakuti la mayor organización política indígena del Ecuador. Pero lamentablemente tampoco el movimiento Somos Agua de Yaku Pérez tuvo una clara propuesta ante el conjunto de necesidades populares, contra las multinacionales, banqueros y oligarcas que saquean al país. Eso ayudó a la confusión y a que muchos de los que lo votaron, de las bases del mismo movimiento campesino indígena en el 2021, ahora votaron por Noboa o por los otros candidatos de derecha.
La crisis continuada de Ecuador
Las recientes elecciones “anticipadas”, fueron producto de la crisis política que dejó al borde de la caída al gobierno derechista del banquero Lasso electo en febrero del 2021, capitalizando el voto anticorreista. Pero su gobierno al servicio de transnacionales y banca, profundizó enormemente la crisis económica y social.
En el 2022 hubo una rebelión popular conta Lasso y aunque no cayó profundizó su crisis. Finalmente fue destituido por el Parlamento, donde estaba en minoría, y él disolvió el Parlamento. Lo que dio lugar a estas elecciones anticipadas. Los candidatos electos sólo durarán un año y medio, en el 2025 habrá nuevas elecciones.
En estos años surgió un fenómeno nuevo en Ecuador que son las mafias del narcotráfico (con transporte de cocaína producida en Colombia y Perú), que emplea a miles de jóvenes que no tienen ninguna salida laboral. Esto llevó a una escalada de violencia, con centenares de muertos, incluidos un alcalde de una ciudad portuaria (de tránsito del narco) y un candidato presidencial.
Desde 1997 que Ecuador vive en crisis económica y con sucesivas rebeliones del pueblo trabajador e indígena que derrocaron a varios gobiernos. En el 2000 se dolarizó la economía eliminando el sucre moneda nacional (la “solución” que propone hoy Milei en Argentina). Esto profundizó la pobreza y la crisis. Esto dio lugar al gobierno de Rafael Correa, con mucho apoyo popular al principio, que duró del 2007 al 2017, pero como otros gobiernos de centroizquierda en Latinoamérica, traicionó las demandas populares y no hubo soluciones. Siguió con la dolarización e hizo negocio con transnacionales, entre ellas las petroleras chinas, que no trajeron progreso al país.
El sucesor de Correa, Lenin Moreno, de su mismo partido, rompió con Correa, pero hizo otro gobierno desastroso. Y también enfrentó una rebelión popular en el 2019.
¿Y ahora?
El resultado electoral confuso, indica que la crisis podría profundizarse. La campaña electoral no tomó en cuenta las necesidades populares más urgentes. Sólo el tema de la inseguridad por las mafias del narcotráfico sí se discutió con propuestas de la derecha de fortalecer a la policía y al ejército, e incluso imitar a Bukele de El Salvador, pero sin las soluciones económicas de fondo.
Ecuador, profundizó su crisis económica bajo el gobierno de Lasso que acató los mandatos del FMI, con aumento de productos de primera necesidad, el impacto de la minería saqueadora y contaminante del ambiente, en manos de las transnacionales, que está destruyendo bosques y fuentes de agua. Además, aumento de la pobreza, abandono de la salud y la educación, desocupación, flexibilización e informalidad laboral, salarios míseros en un país que dejó de tener moneda propia, y donde los precios y salarios son en dólares.
Cualquiera de los dos que gane las elecciones continuará con esa política. Y podría además intentar una política más represiva hacia el movimiento popular.
En las rebeliones del 2019 y 2021, además de exigir la rebaja de combustibles, se reclamaba reducir los precios de los alimentos, no a la minería saqueadora de las multinacionales que destruye la naturaleza (es decir cumplir y extender lo que se acaba de votar referente al Yasuní); no a la privatización de empresas estatales; moratoria de un año en el sistema financiero para que las familias paguen sus deudas; precios justos en los productos del campo; empleo y derechos laborales; no a la privatización de los sectores estratégicos; aumento urgente del presupuesto para salud y educación; libre ingreso a universidades públicas; no más endeudamiento; no al pago de la deuda externa. También se reclama contra las leyes represivas. Estas demandas siguen vigentes. Y esto tiene que ir de la mano con expulsar a multinacionales que están saqueando y envenenando los ríos y al país, nacionalizar la banca, terminar dolarización, romper con el FMI y controlar el comercio exterior por donde se fugan los capitales productos del saqueo del país.
Por supuesto esta lucha no puede avanzar votando por ninguno de los dos candidatos Luisa González o Daniel Noboa, ambos sirvientes de banqueros, grandes empresarios y multinacionales. Ni se puede creer en el nuevo Parlamento derechista y correista electo. Con toda razón, el movimiento Somos Agua, de Yaku Pérez, llama al voto en nulo en segunda vuelta.
Además del voto nulo para las presidenciales con lo que coincidimos, hay que reconstruir toda la potencia del movimiento del pueblo trabajador ecuatoriano que en cada crisis puso en pie el llamado Parlamento de los Pueblos, con representantes de las organizaciones, campesinas, indígenas, obreras, del magisterio, para unificar su lucha, sus demandas y buscar una salida de fondo al servicio del pueblo trabajador para el país.