Por Prensa UIT-CI – Reproducimos declaración del MAS de México, sección de la UIT-CI. 23/9/2023
Trabajadores de Good Year de México se solidarizan con la huelga de las automotrices de EE.UU.
El 15 de septiembre estalló la huelga más importante en décadas en el corazón del imperialismo. Más de 12,700 personas trabajadoras de tres plantas de las automotrices General Motors, Ford y Stellantis (antes Chrysler), iniciaron la paralización en una primera fase del movimiento huelguístico del United Autoworkers (UAW).
Una semana después, al no haber respuesta a sus exigencias, la huelga se extendió a 38 centros de distribución de autopartes de General Motors y Stellantis, ubicados en 20 estados de la Unión Americana, involucrando a otras 5,600 personas. En caso de no resolverse sus demandas, la huelga seguirá extendiéndose a más centros laborales, hasta llegar a la paralización de la totalidad de las 145,000 personas integrantes del sindicato.
Es una huelga histórica, sin precedentes, al paralizar simultáneamente las actividades en las tres armadoras estadounidenses. Es el movimiento laboral más importante en décadas, y un salto en la movilización que vienen desarrollando trabajadores de una multiplicidad de sectores, iniciada con la pandemia por la COVID 19.
Las demandas del sindicato son: incremento salarial de 40 por ciento, prorrateado durante los 4 años de duración del convenio propuesto, reducción de la jornada laboral a 32 horas y la extensión de los beneficios del convenio colectivo a las personas que trabajen en las plantas armadoras de autos eléctricos y cuenten con la sindicalización en UAW.
Las empresas se han negado a responder positivamente a estas justas exigencias, a pesar de que sus ganancias han alcanzado niveles récord. Por ejemplo, en el tercer trimestre de 2023, las utilidades de las 3 armadoras fueron de 23 mil millones de dólares, un 80 por ciento más que en el mismo periodo de 2022. En la última década, ¡las ganancias suman la cantidad de 250 mil millones de dólares!
A su vez, la elevada inflación ha sumado 7% y 6.5% en 2021 y 2022, y un 4% estimado para el 2023, mientras los salarios se han mantenido sin incremento. Pero la crisis no ha alcanzado a los altos funcionarios de las empresas. Nada más los CEOs de General Motor y Stellantis han cobrado 29 y 21 millones de dólares, respetivamente, en un año.
La huelga de UAW, además de su valor histórico, es un gran ejemplo para la clase obrera de nuestros países. Donde la clase trabajadora en su conjunto ha padecido las mismas consecuencias de la crisis, viendo decaer su poder adquisitivo, además del desplazamiento de numerosas fuentes de trabajo por la implementación de los avances tecnológicos en la producción.
El mensaje de la huelga automotriz es claro: la clase trabajadora no debe pagar la crisis, mientras las empresas siguen embolsándose ganancias multimillonarias, el avance de la tecnología, en lugar de crear un desempleo masivo, debería ponerse al servicio de la reducción de la jornada laboral, sin afectación al salario.
Los sindicatos deben volver a ser herramientas de lucha, por la defensa de las conquistas y el mejoramiento constante de los salarios y los contratos colectivos. Deben ser el medio para que las y los trabajadores consigan que la crisis la paguen los capitalistas.
Es necesaria la solidaridad internacional
Las y los trabajadores automotrices no deben dar esta lucha en solitario. Justamente, porque el poder de las multinacionales se apoya en la oportunidad que tienen de sobre explotar la fuerza de trabajo en nuestros países y, con ello, extorsionar a la clase trabajadora de los países sede de las compañías.
Debemos realizar acciones, como la que recientemente llevó a cabo un grupo de representantes sindicales de la llantera Goodyear, de San Luis Potosí, pertenecientes a la Liga Sindical Obrera Mexicana. A tres días de estallada la huelga, llegaron hasta el edificio corporativo de General Motors, en la Ciudad de México, y realizaron un mitin expresando su solidaridad con las exigencias del UAW. Ese tipo de iniciativas se deben multiplicar en todos los países donde las automotrices estadounidenses tengan presencia, porque el triunfo de la huelga del UAW lo será de la clase obrera internacional.