Por Miguel Ángel Hernández, dirigente del PSL de Venezuela y la UIT-CI
25/10/23. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que: “Es importante reconocer que el ataque de Hamás no surgió de la nada. El pueblo palestino ha estado sometido a una ocupación asfixiante durante 56 años. Vieron como sus tierras se llenaban gradualmente de asentamientos, fueron sometidos a la violencia, sus economías fueron sofocadas, la gente fue desplazada, sus hogares fueron demolidos. Sus esperanzas de una solución política a su difícil situación se están desvaneciendo”. Su alocución se produjo al inicio de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Oriente Próximo, a 78 años de su creación en 1945.
Guterres colocó la acción de Hamás en el marco de la opresión que durante décadas ha ejercido Israel sobre el pueblo palestino, y que sería la consecuencia de la “ocupación asfixiante de 56 años”; que produjo el desplazamiento de los palestinos como consecuencia del robo de sus tierras y la demolición de sus hogares mediante la violencia. En su discurso tuvo que reconocer que hay un ejército que ocupa tierras robadas, y que sostiene la ocupación mediante la violencia.
No obstante, esto es tradicional en la ONU. Por una parte su secretario general hace esta denuncia pero, como de costumbre, no plantea nada concreto, asumiendo el hipócrita papel de policía bueno, dividiéndose las tareas con el imperialismo, y en particular con Estados Unidos, que niega la posibilidad de un alto el fuego, y hasta lo más elemental como sería una “pausa humanitaria”, el eufemismo que cínicamente utilizan en la ONU, para lograr la entrada de algunos recursos para que los gazatíes no mueran de hambre.
Sin duda son sintomáticas las palabras de Guterres, representante de un organismo multilateral del imperialismo mundial. Por ello, no son un hecho menor o anecdótico, por el contrario, reflejan la tremenda crisis existente en el seno del capitalismo-imperialista mundial, que se profundiza con las cada vez más numerosas movilizaciones de los pueblos en todo el mundo, no sólo en los países árabes o islámicos, también en Europa, Estados Unidos, América latina y todo el mundo. Incluso en Jerusalén se han movilizado en los últimos días judíos ortodoxos que se oponen al sionismo.
La crisis también se expresa en la reacción de los representantes sionistas en las Naciones Unidas. La intervención de Guterres despertó la ira del ministro de Relaciones Exteriores israelí, Eli Cohen, así como del embajador ante la ONU, Gilad Erdan, quien pidió la renuncia del secretario general.
Guterres, incluso cuestionó que Israel haya ordenado a más de un millón de civiles que evacuaran el norte de Gaza sin recursos, para luego bombardear las zonas del sur a donde les decía que se desplazaran. Reconoció algo que ya se ha venido divulgando por las redes y que Israel ha desmentido.
En su discurso Guterres advirtió que la guerra de Israel contra Gaza estaría generando «divisiones que fracturan sociedades y tensiones que amenazan con desbordarse». En alusión directa a la posibilidad de que estas “fracturas y tensiones” en los países, se expresen en grandes movilizaciones que eventualmente pongan en jaque a los gobiernos y regímenes en los distintos países, así como a la posibilidad de que el conflicto militar se extienda a toda la región del medio oriente.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional, insistimos en que es necesario redoblar la movilización de los pueblos del mundo para frenar el genocidio que lleva a cabo la entidad sionista israelí.
En muchas ciudades, en todos los continentes, los pueblos se levantan contra la agresión sionista y en apoyo a la heroica resistencia palestina. La UIT-CI da su respaldo incondicional a la resistencia palestina, y llamamos a que los pueblos exijan la ruptura de relaciones de sus gobiernos con Israel, así como de todos los acuerdos, económicos, políticos, militares y culturales; que cesen los bombardeos y el envío de armas y ayuda financiera de Estados Unidos a la entidad sionista; que se retire la flota norteamericana del medio oriente, mientras seguimos luchando estratégicamente por terminar con el estado de apartheid de Israel, y que sea sustituido por un estado único palestino, laico, no racista y democrático, en el territorio histórico de Palestina, donde puedan convivir plenamente árabes, judíos, cristianos y otras religiones.