Por Juan Carlos Giordano, Diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
21/12/2023
Al grito de “unidad de los trabajadores, y al que no le guste, se jode, se jode”, “paro general” y “la patria no se vende”, miles rodearon el Congreso en horas de la noche de ayer y en la madrugada de hoy apenas conocido el decretazo del ultraderechista Milei. Lo que comenzó como un #ruidazo se transformó en un gran cacerolazo, dándose distintas acciones en el AMBA y en varias ciudades del país. Se dio una gran movilización espontánea, justa y necesaria, masiva, ganando nuevamente las calles, desoyendo el protocolo antipiquetes represivo de Patricia Bullrich, dándose la segunda derrota en este aspecto del gobierno, ya que se venía de protagonizar la importante jornada de lucha este 20 de diciembre donde el sindicalismo combativo y la izquierda junto a decenas de organizaciones logramos la marcha y acto unitario en Plaza de Mayo a pesar de las amenazas, intimidaciones y represión, un primer triunfo contra el protocolo represivo.
Como sacado de la era de hielo y rodeado de funcionarios tipo bando militar, un Milei inmutable leyó parte del decretazo de 366 artículos plasmado en 86 páginas, dando por tierra con 300 leyes y modificando otras tantas. Bajo la mentira de que si no toma estas medidas el país iría a una inflación del 15.000 por ciento y apoyándose en el desastre del gobierno anterior diciendo falsamente que no hay plata (cuando se la llevan los de arriba y el FMI), el gobierno justifica todas sus barbaridades al mejor estilo de los nefastos años 90 del gobierno de Menem, que Milei reivindica.
El decretazo ataca de manera autoritaria e ilegal conquistas y derechos de las y los trabajadores y el pueblo, beneficiando con la quita de “trabas”, como dijo Milei, el negocio capitalista “de los privados”, léase grandes empresarios, bancos, multinacionales, laboratorios, fondos de inversión y el FMI. Decretazo que vino precedido de la megadevaluación y una inflación galopante, que hace casi imposible poder acceder a los alimentos de primera necesidad.
El mentor del decretazo -proclamado “hombre fuerte” del ajustazo-, Federico Sturzenegger, es recordado por ser autor del megacanje de la deuda bajo el gobierno de De la Rúa (que nos llevó a la crisis de 2001) y quien estuvo en el negocio de las Lebacs, con el gobierno de Macri.
La primera ley que Milei quiere derogar es la de alquileres -con contratos que se podrán firmar en dólares-, quedando claro que no es para beneficiar a ninguna inquilina o inquilino, sino para más ganancias del negocio inmobiliario. El decretazo particularmente se ensaña con los derechos laborales. En nombre de la “modernización” reduce las indemnizaciones por despido y aumenta el período de prueba de 3 a 8 meses, facilitando las desvinculaciones y profundizando la precarización laboral. Además, restringe hasta el extremo el derecho a huelga, prohibiendo asambleas en los denominados servicios esenciales cercenando el derecho a reclamar. Esto no es para dar trabajo genuino, como mentirosamente dice Milei, sino para beneficiar a las patronales a quienes también les reducen los aportes patronales, perjudicando a las cajas jubilatorias.
El decretazo también convierte a las empresas del Estado en Sociedades Anónimas, con el objetivo de privatizarlas, beneficia a las prepagas, y al derogarse la ley de abastecimiento, entre otras, dará rienda suelta a los monopolios de los alimentos para que aumenten los precios de todo, sin ningún tipo de control, entre tantas aberraciones.
Distintos especialistas señalan que el decreto es inconstitucional (no se pueden derogar ni modificar leyes por decreto). “Es un intento de la suma del poder público vedado por la Constitución”, agregan algunos constitucionalistas. Incluso se recuerda a la CAL (Comisión de Asesoramiento Legislativo), organismo con el cual la última dictadura militar gobernaba por decreto.
Claro que el decretazo es nulo y de nulidad absoluta desde todo punto de vista, por antiobrero y por violar los mínimos resquicios legales de esta democracia para ricos. Dicho esto, ratificamos que la lucha fundamental por tirar abajo este decretazo y el plan motosierra, más allá de los reclamos en la justicia y en el Congreso, se dará en las calles con lucha y movilización.
El peronismo sigue en la complicidad. Critica de palabra, pero no llama a hacer nada. Alberto, Cristina y Massa están borrados. Agustín Rossi, ex candidato a vicepresidente de Massa, dijo: “Oposición patriótica y responsable” (Página12, 21/12). ¿Qué sería responsable? ¿Jueguitos parlamentarios mientras la motosierra avanza? ¿No hacer lo que dignamente hace el sindicalismo combativo y la izquierda?
Los dirigentes de la CGT, por su parte, se la pasan poniendo paños fríos. Héctor Daer criticó el decretazo, pero hasta el momento no llamó a ninguna medida. “No somos obstruccionistas”, dijo Gerardo Martínez (Uocra-CGT). La CGT mantiene su rol nefasto que tuvo en estos cuatro años de gobierno peronista, igual a lo que hizo con el gobierno macrista de 2015/2019, cuando debería estar convocando a un paro general.
La ministra Bullrich dijo que “fue un triunfo” el operativo represivo (cuando le fracasó) y Ramiro Marra tuiteó pos decretazo: “vivo uno de los días más felices de mi vida. Viva la libertad carajo”. Esto muestra a un gobierno que quiere simular fortaleza, cuando lo que está sembrando es bronca, lucha y mucha incertidumbre y preocupación, incluso entre sus propios votantes.
Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad llama a la más amplia unidad obrera y popular para derrotar el decretazo de Milei y todo su plan motosierra. A fomentar iniciativas de rechazo a estas políticas antiobreras, con ruidazos, cacerolazos, marchas y movilizaciones. Hoy salieron a marchar los bancarios y este viernes 22 hay una jornada de protesta de ATE. Hay que organizarse en cada empresa, sindicato y barrio para movilizarse. La CGT y las CTA tienen que llamar al paro general y a un plan de lucha nacional para que la clase obrera enfrente de conjunto las medidas antiobreras del gobierno hasta derrotar el plan motosierra represivo de Milei.