Por Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
21/02/2024. El 16 de febrero falleció Alexei Navalni, el principal opositor a Putin, a un mes de las elecciones en Rusia. Estaba en una cárcel ubicada en el Ártico (a la que llaman el “lobo polar”), donde en invierno hace 20 grados bajo cero. Hay denuncias de que fue un asesinato. Navalni fue uno de los que se opuso a la invasión a Ucrania. Estaba en prisión desde febrero de 2021.
Hay denuncias de que en dicha cárcel no había calefacción e incluso obligan a los presos a salir sin ropa con 20 grados bajo cero. Por otra parte, las autoridades de la cárcel se negaron a entregar el cuerpo a sus familiares.
En 2020 Navalni ya había sido envenenado en un aeropuerto ruso con una droga agente nervioso que le pusieron en un té. Sobrevivió gracias a un tratamiento en Alemania, acusando al servicio de inteligencia FSB y al propio Putin de querer asesinarlo. Su decisión de regresar a Rusia a pesar del peligro que corría su vida lo convirtió en el líder de la oposición y en el contrincante número uno de Putin.
Después de su muerte, hubo homenajes a Navalni con flores en Moscú, San Petersburgo y en 36 principales ciudades rusas. Los manifestantes acusaron a Putin por su muerte. Hay más de 400 apresados por participar en ellos.
Navalni tuvo mucho apoyo en sectores juveniles. Hace años que denunciaba a Putin como dictador y había calificado la guerra de Ucrania como una guerra criminal, “una huida hacia delante de Putin para perpetuarse en el poder”. También denunció a Putin por no aumentar los presupuestos de salud y educación. Lo ocurrido con Navalni no es un caso único. Hay casi un millar de presos políticos por oponerse a la invasión de Ucrania u otras disidencias con Putín.
Es evidente que las elecciones que se realizarán en Rusia del 15 al 17 de marzo no tienen nada de democráticas. Putin se asegura una nueva reelección por otros 6 años, mediante una brutal represión, que asesinó o encarceló a cualquier opositor que intente hacerle sombra. Evidentemente el régimen ruso se transformó en una dictadura imperialista.