Por Prensa UIT-CI
Compartimos con nuestros lectores la ponencia que Juan Carlos Giordano brindó durante la Semana Roja en el Museo León Trotsky, que se llevó a cabo entre el 20 y el 24 de agosto, cuando se cumplieron 84 años del asesinato de León Trotsky. En el panel del día 23, Giordano participó junto a Paul Le Blanc, historiador de extracción trotskista y profesor de la universidad norteamericana de Pittsburg y la dirigenta de Izquierda Revolucionaria de México, Carla Torres Beltrán. Durante su estadía, Juan Carlos realizó otras conferencias y actividades junto a los compañeros del Movimiento al Socialismo de México, sección de la UIT-CI.
Compañeras y compañeros. Es un gusto para mí estar presente en este importante evento que se ha convocado en el museo León Trotsky. Quiero saludar a las y los presentes, a los panelistas, a la señora Directora Gabriela Pérez Noriega y por supuesto recordar a Esteban Volkov, nieto de Trotsky, el único de sus familiares que el estalinismo no pudo liquidar, fallecido el año pasado, habiendo dado todo por sostener este museo y el legado de su abuelo.
Soy Diputado Nacional electo por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) de Argentina. El FIT-U es un frente político electoral de la mayor unidad de la izquierda trotskista conquistada desde 2011, por la que nuestro partido batalló para que se logre y hoy representa la alternativa revolucionaria para pelear por una salida de fondo.
Desde Izquierda Socialista somos parte de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores, Cuarta Internacional (UIT-CI) y estamos presentes en esta actividad junto a las compañeras y compañeros del Movimiento al Socialismo, nuestro partido hermano de México.
Estoy muy conmovido, como siempre sucede cuando uno visita este museo, donde el dirigente revolucionario León Trotsky dio su último aliento en la pelea por la revolución socialista mundial, hasta que fue asesinado cobardemente por el sicario estalinista Ramón Mercader. Asesinato que fue planificado por el mismo Stalin desde las ex URSS, como vimos en el documental exhibido en el primer día de esta Semana Roja.
Queremos decir de entrada, que si con el asesinato de Trotsky querían frenar la pelea por la construcción de partidos revolucionarios y de la IV Internacional -asesinato que indudablemente provocó una perdida irremplazable- ¡No pudieron! ¡No lo lograron! El optimismo de Trotsky fue categórico cuando agonizando dijo: “Estoy seguro de la victoria de la IV Internacional. Adelante”. Y aquí estamos.
Desde nuestra corriente orientada por el dirigente Nahuel Moreno [i], que se sumó a la pelea por la continuidad del legado de Trotsky en 1948 después de la Segunda Guerra Mundial junto a un puñado de dirigentes trotskistas, estamos dando la pelea por construir los partidos y la Internacional levantando bien alto las banderas de Lenin y Trotsky. Dando pelea también contra el revisionismo en las filas del trotskismo. Moreno decía “Hay trotskistas que juran por el Programa de Transición, pero hacen lo opuesto.”
Bienvenido a este debate, a 100 años del fallecimiento de Lenin, a 84 años del asesinato de Trotsky, a 107 años de la gloriosa Revolución Rusa y a 100 años del natalicio de Nahuel Moreno.
¿Qué defendieron y cuál es la importancia de Lenin y Trotsky?
Estamos convocados para responder a este crucial interrogante. Hare lo posible para hacerlo con la mayor claridad posible.
La importancia de Lenin y Trotsky es colosal, porque en 1917 llevaron a la práctica el legado de Marx y Engels logrando la primera revolución obrera y socialista en el mundo. ¡Mostraron que se puede derrotar al capitalismo y que la clase obrera puede y tiene que gobernar!
Hoy, ante la misma pregunta, damos las mismas respuestas. ¿Se puede superar el capitalismo conquistando una sociedad sobre nuevas bases, una sociedad socialista con plena democracia para el pueblo trabajador? Respondemos que sí. ¿No es esto una utopía? Respondemos que no. No solo que no es ninguna utopía, sino que es una necesidad histórica. Porque la disyuntiva es “Socialismo o Catástrofe”. Y hoy, en pleno siglo XXI, hay que luchar por el socialismo bajo las enormes lecciones que nos dejaron Lenin y Trotsky.
Los cinco legados de Lenin y Trotsky
Arranquemos por Lenin. Sin Lenin y su proyecto revolucionario no hubiera habido Revolución de Octubre en Rusia. Sus Tesis de Abril fueron determinantes. Vamos a repasar esas tesis.
Uno. Caído el Zar, Lenin dijo “no hay que apoyar al gobierno provisional burgués de Kerensky”. Lo hizo en pelea contra los mencheviques, y aunque parezca olvidado, también lo hizo al interior del partido bolchevique contra Stalin y Kamenev, quienes ya en es ese momento defendían la nefasta teoría de la revolución por etapas, sosteniendo que primero se debía desarrollar la democracia burguesa y después vendría el socialismo. Lenin fue categórico: “Eso sería una traición”.
Esta política leninista fue clave para el desarrollo posterior de la revolución bolchevique y la toma del poder que se dio meses después en octubre de 1917. Este punto es relevante para demostrar -una vez más- que la política de Lenin no tenía nada que ver con los frentes populares y los gobiernos de conciliación de clases que impuso Stalin en 1935.
Dos. Lenin y Trotsky dijeron “Todo el poder a los soviets”. Estaban convencidos que solo un gobierno de clase trabajadora, de los obreros, campesinos y soldados podía terminar con los males capitalistas. No había otra forma. Por eso decimos hoy, que no hay salida con los gobiernos patronales del falso socialismo de Maduro en Venezuela, Lula en Brasil, el peronismo en Argentina, López Obrador en México o Syriza en Grecia, quienes gobernaron con la burguesía y nunca rompieron con el capitalismo.
Tres. En las tesis de abril Lenin dijo “no va el programa mínimo”, va el programa revolucionario. Demostrando que, solo rompiendo con el imperialismo, dejando de pagar la deuda externa, expropiando a los grandes capitalistas, nacionalizando la banca y el comercio exterior y aplicando la reforma agraria, en otras medidas, se puede terminar con las bases que sostienen al capitalismo. Medidas por las cuales luchamos hoy. Porque como decía el Che Guevara, “revolución socialista o caricatura de revolución”.
Revolución rusa que permitió también enormes conquistas democráticas para el conjunto de la clase trabajadora y las masas. Por ejemplo, en 1920, se impuso el aborto legal, seguro y gratuito, que luego el estalinismo eliminó en 1936. Y el bolchevismo hizo todo lo posible, con medidas concretas, para sacar a las mujeres del lastre del patriarcado y elevar la cultura de las masas trabajadoras del campo y de la ciudad.
Es decir, hubo que tomar el poder para que se haga realidad la consigna “paz, pan y tierra”. La misma pelea que tenemos hoy. Hay que expropiar a las multinacionales y a los grandes empresarios y planificar la economía en base a las necesidades del pueblo trabajador. Avanzando al socialismo, en Argentina, México y en todo el mundo. Si no, no hay solución.
Cuatro. Lenin y Trotsky proclamaron el socialismo en Rusia, pero nunca lo consideraron un fin en sí mismo. Lo vieron como un primer paso en el camino de la revolución mundial. Por eso se jugaron a extender la revolución a Alemania y a otros países europeos. Luego el estalinismo y sus seguidores hicieron lo opuesto con la teoría criminal del “socialismo en un solo país” desde 1924 y la “coexistencia pacífica con el imperialismo”.
Quiero llamar la atención sobre este claro internacionalismo de Lenin y Trotsky. Porque la teoría del socialismo en un solo país también se aplicó en Latinoamérica, cuando Fidel Castro aconsejó a los sandinistas en 1979 “no hacer una nueva Cuba en Nicaragua” tras la revolución que tiró abajo a la dictadura de Somoza. Es decir, les dijo que no había que expropiar a la burguesía. Nosotros, en cambio, con nuestra corriente internacional orientada por Nahuel Moreno, impulsamos la Brigada Simón Bolívar precisamente para avanzar en ese proceso revolucionario. [ii]
Quinto. Lenin batalló por la construcción de un partido revolucionario para la toma del poder y una internacional revolucionaria, ya que la II Internacional había traicionado los principios del movimiento obrero al apoyar los créditos de guerra de las burguesías nacionales, enviando a los trabajadores a la carnicería de la I Guerra Mundial. Lenin y Trotsky fundaron en marzo de 1919 la III Internacional porque eran conscientes que el socialismo tiene que ser mundial o no será. Y para ello se necesita una Internacional, para enfrentar al capitalismo imperialista mundial dominante y a sus aparatos, la OTAN, la ONU, el G20, el Mercosur, entre otros. III Internacional que luego Stalin disolvió.
El estalinismo no es leninismo, es contrarrevolución
Hay muchos políticos y opinólogos diciendo que el leninismo engendró al estalinismo, como si el estalinismo hubiera sido una evolución lógica de Lenin. ¡Una mentira total! Leí un prólogo de Estaban Volkov respondiendo claramente que el estalinismo fue una contrarrevolución. Es decir, Stalin le asestó un golpe mortal al legado de Lenin y Trotsky.
¿Qué hizo el estalinismo? Con la muerte de Lenin -quien ya alertaba sobre el peligro de la burocracia- el no desarrollo de la revolución en Europa y la liquidación de la vanguardia revolucionaria rusa en la guerra civil, entre otros hechos, el estalinismo aprovechó para imponer una política criminal dentro del partido, dentro de la III Internacional, dentro de Rusia y en todo el mundo. Política que facilitó el ascenso de Hitler en 1933; impuso los nefastos frentes populares desde 1935; impulsó el pacto de “no agresión” firmado por Stalin con Hitler en 1939; llevó a cabo el asesinato de Trotsky y los partidos comunistas estalinistas llamaron a reconstruir el capitalismo post II Guerra Mundial facilitando el boom económico europeo, entre otras aberraciones.
En lo interno, esto llevó a que el estalinismo impusiera la dictadura de partido único, los Juicios de Moscú de 1936 y 1937, la eliminación de la mayoría del Comité Central bolchevique que tomó el poder en 1917, como parte de una burocracia nefasta que llevó a la restauración capitalista en la ex URSS, el Este Europeo y luego también esto se dio en China y Cuba.
Los grandes aciertos de Trotsky, el Programa de Transición de 1938 y la fundación de la Cuarta Internacional
Bajo el título “La agonía mortal del capitalismo y las tareas de la IV Internacional”, al hablar de los requisitos previos objetivos de la revolución socialista, Trotsky dice “no solo han madurado, empiezan a pudrirse un poco. Sin una revolución socialista toda la civilización humana está amenazada por una catástrofe”. Y sentenció “la crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de dirección revolucionaria”.
¿Qué decía Trotsky? En primer lugar, alertaba que las fuerzas productivas de la humanidad en manos del capitalismo imperialista se habían trasformado en fuerzas destructivas. Esto quedó demostrado con la I Guerra, luego el nazismo y la constante miseria creciente de las masas a nivel mundial. Si lo traemos a hoy, podemos ver que con la reciente crisis especulativa en Japón se dilapidaron dos billones de dólares; los gobiernos imperialistas destinan 2.300 billones de dólares a la carrera armamentista, y podemos agregar que ante la destrucción ambiental doscientos cincuenta científicos de la ONU afirmaron que si no se para el calentamiento global el planeta y por ende la especie humana estarán en peligro en 2050.
En segundo lugar, señalaba que a pesar de la traición de las direcciones se daban procesos revolucionarios enormes, luchas heroicas, huelgas generales. Es más, Nahuel Moreno actualizó el Programa de Transición señalando que lo que Trotsky preveía como una variante sumamente improbable -de que direcciones estalinistas o pequeñoburguesas puedan ir más lejos de lo que ellas querían en la ruptura con la burguesía-, es lo que terminó ocurriendo después de la II Guerra Mundial como regla, donde se expropió en un tercio de la humanidad.
Hoy también se están dando luchas enormes. En Bangladesh acaba de caer el gobierno por la lucha estudiantil y popular. Hay huelgas en Estados Unidos, Europa, dos paros generales en Argentina contra Milei.
Es decir, no faltó ni falta heroísmo o capacidad de lucha. Miremos la heroica resistencia del pueblo palestino que a pesar del genocidio israelí sigue luchando, una muestra de que el nazi-sionismo no puede cantar victoria, mientras crece el repudio mundial en su contra. O el pueblo y la resistencia en Ucrania que siguen dando pelea contra la invasión criminal del imperialismo ruso y Putin. Donde hay un opresor-invasor (Rusia) y un país oprimido e invadido (Ucrania), guerra en la cual los trotskistas no somos neutrales, por eso estamos con la resistencia y la izquierda ucraniana sin dar ningún apoyo político a Zelenski y estamos por la disolución de la OTAN.
En concreto, lo que falta para evitar la causa de las derrotas a la que nos han llevado las direcciones traidoras, es una dirección revolucionaria. “La tarea central de la IV internacional consiste en liberar al proletariado de la vieja dirección”, decía Trotsky. Pelea que continuó Nahuel Moreno, contra el oportunismo y el revisionismo en las filas del trotskismo.
Después del asesinato de Trotsky y bajo la dirección de Pablo y Mandel, por ejemplo, se hizo entrismo durante más de 18 años en los partidos comunistas europeos, afirmando que se podrían transformar en revolucionarios, lo que llevó a que la IV casi desapareciera de Europa; luego traicionaron la revolución boliviana de 1952, donde la corriente trotskista de Pablo y Mandel se negaron a pelear por “Todo el poder a la COB”, apoyando al gobierno burgués de Paz Estensoro, enterrador de la revolución obrera y luego Mandel capituló ante el maoísmo y el castrismo.
Posteriormente, en 1989, cayó el muro de Berlín. Una revolución colosal que tiró abajo al aparato contrarrevolucionario estalinista, pero que lamentablemente no pudo frenar la restauración capitalista que desde antes había comenzado la burocracia. Burocracia a la que Trotsky había definido como “vehículo de la restauración capitalista”, lo que se terminó dando.
Esto generó enormes confusiones en las masas y la vanguardia mundial. El imperialismo lanzó una ofensiva campaña diciendo que había fracasado el socialismo. Que triunfó el capitalismo. Mientras nosotros dijimos ¡No! Lo que fracasó es la burocracia estalinista.
Para finalizar, quiero decir como resumen, que de lo que se trata, en definitiva, es de retomar el legado de Lenin y de Trotsky y avanza en dar pasos por resolver la crisis de dirección. Tarea que se ha demostrado sumamente difícil, donde su resolución se ha prolongado demasiado en el tiempo. Somos conscientes de eso. Pero hay que seguir dando la pelea. Siendo parte de las luchas del movimiento obrero y de masas en el mundo, junto a la juventud y al movimiento de mujeres y disidencias, entre otros sectores. Donde crece una enorme vanguardia obrera y juvenil que busca una alternativa a la barbarie capitalista.
Nosotros, desde la UIT-CI, con inserción militante en casi 20 países, aportamos a esa gran tarea. Llamando a unir a las y los revolucionarios en el mundo y por la reconstrucción de la IV Internacional sobre bases principistas. Combatiendo al sectarismo y al oportunismo y lejos de cualquier autoproclamación. Creemos que es el mejor homenaje que podemos hacer ante estos dos gigantes de la revolución socialista mundial. ¡Que vivan Lenin y Trotsky! ¡Que viva la Cuarta Internacional!
Coyoacán, 23 de agosto de 2024
[i] Nahuel Moreno (1924-1987). Fue en sus más de 40 años de militancia el dirigente trotskista latinoamericano más importante. Siguió el legado de Lenin y Trotsky, siendo constructor de partidos y de la Internacional. Hoy seguimos sus pasos desde la UIT-CI (Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional), organización inserta en varios países, que edita la revista Correspondencia Internacional. Para profundizar en sus elaboraciones ver la página web www.nahuelmoreno.org
[ii] La internacionalista Brigada Simón Bolívar fue una iniciativa de Nahuel Moreno y su organización internacional para ir a combatir a Nicaragua bajo el bando militar del sandinismo. Se organizó desde Bogotá con combatientes de varios países. La Brigada entró triunfal en Managua ante la caída de Somoza. Pero los sandinistas no quisieron profundizar la revolución, como lo señalaba la corriente morenista. Los brigadistas fueron detenidos y entregados a la policía panameña. La mayoría de la IV Internacional se sumó a esta aberración y pasó a apoyar al sandinismo. Hoy a Daniel Ortega en Nicaragua le llaman “el nuevo Somoza”. Ver el libro “La Brigada Simón Bolívar”; ediciones El Socialista 2009.