Por UNÍOS, sección de la UIT-CI de Perú
Con la muerte de Alberto Fujimori, el Fujimorismo sigue vivo pero como una organización criminal que ha tomado el poder, junto al cerronismo y otras variantes de derecha y las FFAA, tras la caída de Pedro Castillo. El fujimorismo es hoy sinónimo de dictadura, violación sistemática a los derechos humanos, entreguismo, privatizaciones, mafia, corrupción y explotación de los trabajadores.
Aunque Fujimori derrotó electoralmente a la derecha en 1990, traicionó al pueblo al someterse al plan económico del Fondo Monetario Internacional y Hernando de Soto. Este plan benefició a las empresas imperialistas y perpetuó la política entreguista que caracteriza a la Constitución fujimoristas de 1993.
El crecimiento económico posterior a Fujimori se debió principalmente al alza de los precios de los minerales, consecuencia del crecimiento de la economía china. Sin embargo, este crecimiento solo beneficio a los capitalistas, sin mejorar la calidad de vida de los trabajadores ni eliminar el empleo precario.
Fujimori y Montesinos tomaron el control de las instituciones del Estado, privatizaron los bienes del Estado e implementaron políticas que beneficiaron a los poderosos.
En UNÍOS, no somos ni seremos parte de los que lamentan al muerte de un dictador, entreguista y violador de derechos humanos como Fujimori. Nuestra visión y punto de vista es esencialmente político. Estamos al lado de los agredidos por la política económica, de los que perdieron sus empleos, de los que perdieron a sus familiares por la acción de los paramilitares de Fujimori y Montesinos, estamos al lado de las mujeres esterilizadas contra su voluntad, estamos al lado de los que ponen los intereses del país por delante y luchan por construir organizaciones políticas que representen y defiendan los derechos de los trabajadores y los pueblos oprimidos.
En suma, estamos por la sociedad socialista que destierre completamente la explotación de los hombres y mujeres de la ciudad y del campo. La sangre derramada jamás será olvidad.
Lima, 12 de septiembre 2024